~•~ 152 DÍAS DESPUÉS ~•~
Ya han pasado cinco meses y mi madre ha sufrido cambios considerables, su vientre se ha expandido de una forma colosal. Ni siquiera sabía que podía tener ese tamaño.
Me la he pasado cuidando de ella y del bebé que espera, Teresa me ha estado enseñando una cosillas muy interesantes de mi nuevo estado. La verdad es que me esta agradando ser así, nunca podia haberme imaginado acabar yo sola con un humano.
—Morgana, recuerda que esta es la única que vez que harás esto— me miro y yo asentí obedientemente.
Obviamente nunca lo dejare de hacer pero por si acaso diré que si a todo lo que Teresa diga, por el momento.
—Tú madre esta empeorando, sería muy prudente llevarla a un hospital ¿No creés? — me pregunto mientras Caminábamos de regreso.
—Te iba a hacer una pregunta desde hace tiempo. Pero no veia la forma...
—Dime...
—¿Cómo es que saliste y entraste tan fácil de la casa de el señor Ludge? — nos paramos en seco las dos y yo la mire de reojo.
—Existen cuestiones que no te puedo explicar Morgana, ya deberías entenderlo de una buena vez— entonces siguió caminando y yo me quede atrás pensando.
¿Por qué no me lo decía? ¿Acaso ella tenía algo escondido con Ludge? Jaja, eso es imposible. Teresa se ha convertido en una amiga estos últimos meses. No sería capaz.
Entre a casa sobando mi cabeza y mi madre me miraba con atención y golpeando con su dedo indice la mesa.
—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? — pregunte tratando de evadir lo que se venía.
—No me evadas el tema, ¿Lo hiciste?— se levanto y yo tatre de ayudarla pero me empujo a un lado.
—¿Lo hiciste si o no? — cuestionó con más molestia.
Suspire y me deje caer en la silla de madera y cerre los ojos.
—Si, lo hice... ¿Y qué? Me vas a castigar o simplemente me darás un sermón de tres horas....
Mi madre se fue caminando y salio del cuartucho que pasando más los días se iba cayendo a pedazos. Tengo que sacarla de aquí.
Me recosté en la cama y me mire los dedos manchados de sangre seca, olfatee un instante. Entonces me llego el olor de un ADN desconocido.
Sali corriendo hasta que llegue a mi madre y cuando alce los ojos estaba él.
—Ludge...
—Morgana... ¿Cómo estas?....
Me quede helada por 5 minutos sin saber que hacer.
—¿Quién te mordió?...
Pestañee varias veces y me contuve para no hablar de más.
—No se, tus experimentos, se han salido de control... Estan abundando en todos lados— mentí.
—Que raro, porque yo personalmente los he estado matando... Sabes Morgana, me han causado muchos problemas, he mentido...
—Vaya, al fin cuando lo haces porque debes y no porque quieras....
—Veo que estan viviendo en condiciones un poco... Pobres...
—No le hagas daño a mi madre... — solté secamente y di tres pasos a él.
—No le haré nada, además me crees capaz de hacerle algo a mi hijo o hija— sostuvo a mi madre por el cuello con delicadeza y le beso la sien.
—Por supuesto que no, no eres tan salvaje... ¿Oh si?
—No que va, ven Morgana, vamos de regreso a casa— me soltó y extendió su mano.
Yo accedí y me acerque a él con cuidado. La tensión era demasiada que mi vellos del cuerpo se erizaron al contacto de su mano.
Mire alrededor y percibí el olor de Teresa. Busqué desesperadamente su ubicación.
—Teresa no está querida, estas percibiendo su olor por esto— se levantó la camisa y una mancha roja se dejo apreciar por si sola.
—¿QUÉ HAS ECHO? — grite y el me sujeto las mejillas con fuerza.
—¡¡CÁLLATE PENDEJA!! AHORA SOY YO QUIEN DA LAS ÓRDENES DE NUEVO— su fuerza era suprema a la mía y no sabia porque Teresa nunca lo mencionó.
—Soy mas fuerte porque yo tengo más ADN que tú mi querida Morgana— me estiró el cuello y lo lamió.
Me opuse a su tacto y el me apreto mas la cara.
—Vamos, mis queridas damas.... Esta vez no las dejaré ir...
Se río perversamente y yo busque la mano de mi madre. La sujete y apreté.
Estamos perdidas mamá, pensé.
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LA CREACIÓN DEL MAL
VampireLa venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno. Walter Scott