29. Caras bonitas esconden horribles secretos.

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Estoy esperando en la sala para abrirle la puerta a Jimin en cuanto llegue.
Mi madre está preparando chocolate caliente en la cocina, pues, en cuanto mi novio llamó corrí hasta el cuarto de mi mamá contándole lo que pasaba.
Respiro con algo de dificultad, si lo qué pasa es lo que pienso; entonces Jimin me contará la historia de su mamá...pero, ¿por qué ahora? ¿A estas horas de la madrugada?.
La puerta suena, abro lentamente encontrándome con un demacrado Park Jimin.
Su cabello está alborotado, tiene los ojos llorosos e irritados, sin olvidar su respiración entrecortada y acelerada.
-Pasa- me muevo para que entre y eso hace.
-Perdón por llamar a esta hora- baja la mirada.
Me acerco hasta él, con una mano aprisiono una de sus redondas y suaves mejillas, logrando encontrar nuestras miradas. Quiero calmarlo.
-¿Por qué te disculpas? Dije que podías llamarme a cualquier hora...gracias por hacerme caso esta vez- le dedico una suave sonrisa.
La puerta de la cocina se abre, dejando a mi madre con una taza en mano frente a nosotros.
-Hola Jimin- sonríe felizmente la mujer.
-¿Despertaste a tu madre?- me susurra.
-Pues...
-Ay querido, sabes que yo estoy para mi muchacho favorito- se acerca hasta él- Toma, platiquen todo lo que quieran. Yo iré a ver televisión en mi cuarto- le entrega la taza y desaparece por las escaleras.
-Que vergüenza, no debí haber venido...tu madre...- intenta decir, más lo interrumpió tomando su mano.
-No es la gran cosa- me encojo de hombros-Hay que sentarnos.
Nos sentamos en el sillón, quedando frente a frente. No suelto su mano en ningún momento.
-Ahora, suéltalo.
-Vale- noto como muerde su labio nervioso-¿Recuerdas que te dije que mi familia estaba pasando un momento difícil?.
Asiento en respuesta.
-Pues...- continúa hablando-Todo comenzó cuando mi madre...ella...ella se lió con un tipo, tuvo una hija con ese hombre mientras seguía casada con mi padre. Yo lo descubrí por azares del destino, y me pidió no decir nada; guardé el secreto unos años pero la verdad salió a la luz y mis padres se separaron al iniciar mi segundo año de preparatoria.
Analizo todas sus palabras con detenimiento, procesando la información.
¿Acaso esa bella mujer tuvo un amorío con otro hombre y por eso su hijo la odia?.
-Y...¿qué pasó después?- pregunto.
-Mi padre está destrozado porque mi madre se fue a vivir con ese hombre y su hija. JiHyun no lo sabe pero...nuestros padres ya no están juntos y yo tengo que cuidar de él con lo que mi padre me da para subsistir.
-Entonces...¿están solos?.
-Bueno, mi padre está absorto en su trabajo y no suele llegar a dormir; pero si.
Maldición.
-Jimin...¿tú estás bien?- hago la pregunta más importante.
-Yo...yo estoy...eso no importa, JiHyun, él es quien me preocupa...porque...porque- las lágrimas salen de sus ojos, los sollozos interrumpen su intento por hablar.
Suelto su mano para poder abrazarlo. Su cabeza se recarga en mi pecho, y comienzo a sentir sus húmedas lágrimas empapando mi blusa. Lo aferro más contra mí.
-Yo te ayudaré. Estoy aquí para ti, lo sabes ¿verdad?- con una mano acaricio su espalda lentamente.
-Lo sé y te lo agradezco, pero JiHyun...
-Jimin- lo interrumpo-Si tú estás así de inestable no puedes ayudar a tu hermano.
-Él pregunta por su madre y...ya no quiere más excusas.
Noto como él comienza a divagar, con los ojos muy abiertos mirando hacia cualquier dirección.
¿Quién diría que uno de los chicos más populares de la escuela tiene este tipo de problemas? Por eso no hay que confiar en las apariencias simples y hasta cierto punto estúpidas.
-Y tú...¿cómo estás?- aprisiono sus mejillas entre mis manos para que espabile de una buena vez.
-Terriblemente mal- suelta en un gran suspiro.
-¿Te sientes mejor después de contarlo?- lo miro fijamente. Él ya me ha protegido en seguidas ocasiones y, ahora es mi turno de ser la fuerte.
-Un poco- suelta una sonrisita.
-Lo superarás, yo te ayudaré...pero, creo que debes decirle la verdad a JiHyun- hago una pequeña mueca; se que es más fácil dar un consejo que hacerlo, y esta situación es en realidad delicada.
-Es un niño...
-No tiene cinco años Jimin, está terminando la secundaria y es muy maduro para su edad.
-No quiero que sufra lo mismo que yo- baja su mirada desolado.
-No lo hará- recargo mi mentón en su cabeza-Si se lo dices- completo.
-¿Estarías conmigo?- siento que dice en mi pecho.
-Si así lo quieres.
...
Acaricio la espalda de mi novio antes de entrar a casa.
-Tengo miedo- dice y noto el nerviosismo que su voz desprende.
-Estoy aquí.
Suelta una pesado suspiro que nos obliga a avanzar hasta adentrarnos en su hogar. Abre la puerta y entro después de él.
-¿JiHyun?- pregunta el chico.
-¡En la cocina!- responden.
Vamos hasta le lugar indicado por el menor.
-JiHyun...
-¡Oh! Hola Hyung, hola SeolYeon- sonríe de una manera sincera.
-JiHyun...debemos hablar- Jimin comenta con una voz notoriamente seria que cambia el semblante de su pequeño hermano.
...
-¿Me estás mintiendo?- la boca del menor ha comenzado a temblar después de que Jimin su hermano terminara de contarle los hechos que han estado ocurriendo hasta hoy.
-No JiHyun.
-Pero...dijiste qué mamá estaba de viaje.
-Ella...ahora está viviendo con ese otro hombre y su hija.
Parece que JiHyun no capta lo que está pasando, como si se hubiera desconectado del mundo por el exceso de información que está saturando su cabeza.
-Hyung, ¿mamá es feliz?- es lo único que logra pronunciar después de unos segundos de silencio.
-Si, lo es- una lagrima cae por la mejilla de Jimin.
-Y...si ella es feliz, nosotros debemos serlo esté donde esté, ¿no?.
El mayor asiente soltando leves sollozos, le doy un apretón a la mano de mi novio. Este parece leer mi mente y acto seguido suelta lentamente la mía para levantarse e ir a abrazar a su hermano menor.
Las lágrimas salen entre los dos sobre el emotivo escenario.
-Hyung- dice uno entre sollozos- ¿Odias a mamá?.
-Por supuesto que no- responde.
Suelto un insonorizado suspiro. Parece que después de todo Jimin no odia a su madre, y, eso me alivia.
Las lágrimas seguían corriendo por las mejillas de ambos hermanos, pero ahora no una sonrisa era esbozada por sus bocas.
...
-Gracias- Jimin pasa un brazo sobre mis hombros atrayéndome hacia él.
-Me alegra que no odies a tu madre- suelto sin más.
-Nunca la he odiado. Hasta la he defendido cuando la han llamado perra...pero, me da miedo volver a quererle y confiar en ella.
Lo miro lentamente, está mordiendo el interior de su mejilla pensativo.
-Eres su hijo, ella te ama a ti y a JiHyun más que a nada en el mundo.
-¿Eso crees?- me dedica una sonrisa para luego plantar un beso en mi frente- Gracias por haberme ayudado.
Mi corazón se acelera por su repentino afecto, pero, en vez de alejarme por la vergüenza me aferro más a él.
Lo demás lo dejaré en manos de su familia y él, pues es una situación íntima y personal. Aunque, con Jimin liberado de una carga que lo detenía en su camino, pienso que será capaz de resolverlo apropiadamente.

No bajes la mirada princesa;se te puede caer la corona. [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora