capítulo 4.

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Pequeño maratón 3/4.

  —Liam—dije tratando de no demostrar mi nerviosismo.
—¿Cómo estás?—dijo curveando sus labios en una sonrisa.
—Bien. A punto de ir a clase—dije. Ok, creo que es obvio ¿no? Son las ocho de la mañana y debo ir a clases.
—Yo, en realidad, tengo período libre a esta hora. Pero me gusta venir a practicar un poco—comentó. Me dio algo de intriga oír eso.
—¿Qué practicas?—pregunté interesada.
—Algo de guitarra y... cantar. Ya sabes—dijo sin darle importancia.
—Qué bueno—dije marcando una sonrisa. Me despedí de él ya que si no, el profesor me matará.
Cuando llegué al salón, me encontré con la sorpresa de que no había venido. Me quedé un rato en el curso, dibujando en una hoja en blanco de mi carpeta, escribiendo cosas absurdas y enmarañadas que no tenían enlace de algún tipo.
Salí del curso ya que a pesar de estar entretenida, el aburrimiento estaba ¿no? Con mi carpeta en la mano, recorría los pasillos de la escuela mirando los salones, y oyendo lentamente la música. Di media vuelta y fui a ver si había algo más que ver o hacer del otro lado. La escuela era grande así que entretenerme no era el problema.

Caminé un poco y fisgoneé un poco los ensayos de una de las clases. De seguro era comedia musical porque los chicos bailaban, cantaban y eran muy talentosos.
Seguí caminado y me topé con el auditorio. Fui hacia a puerta pero... oí una voz. Sí, era Liam. Cantaba una canción, diferente a la de la otra vez. No importaba que cantara, que tonalidad ni nada, su voz era hermosa y me traía mucha paz. Entreabrí las puertas vaivén y lo vi sentado en el borde del escenario rasgueando una guitarra acústica color caramelo. Cuando me vio, dejó de tocar y dijo:
—¿Quién anda ahí?—.
—Soy Olive—dije abriendo las puertas y entrando al auditorio. Al verme, me hizo una seña como para que me acercase a donde él estaba—Así que... ¿vienes aquí en los períodos libres?—dije mientras caminaba hacia él y subía las pequeñas escalinatas que daban al escenario.
—Sí—respondió--¿No tenías clases?—preguntó al notar que eran casi las 9 am y yo estaba merodeando por ahí.
—Es que no había clases y en el salón estaba bastante aburrida—respondí graciosa mientras me sentaba junto a él. —¿Tú qué hacías?—cuestioné curiosa.
—Practicaba para la clase de guitarra en el último período, y aproveché para cantar un poco—no quise mencionarle que lo espié ya que... sería algo... muy raro. Miré hacia un lado del escenario y había un piano de cola color negro precioso.
—¿Está abierto?—le pregunté a mi compañero. Él me extendió las llaves pero antes le dije:
—¿Tocas?—.
—No exactamente—dijo algo dubitativo—solo sé algunos acordes y a veces hago melodías. ¿Tú tocas, no?
—Sí, desde los siete años—me paré como pude y fui hacia el piano. Inserté la llave en la cerradura y dejé ver las teclas blancas y negras de aquel instrumento tan hermoso. Oí que Liam estaba junto a mí, y eso me puso nerviosa, haciéndome sentir de una manera extraña, algo ajeno a mí, que nunca sentí. Para cortar con los nervios, me senté frente al piano y comencé a hacer algunas escalas como para ablandar los dedos y acostumbrarme a las duras teclas del piano*
No sabía que tocar, su presencia me ponía nerviosa. Incluso, sentí como el calor se agolpaba en mis mejillas. Sí, soy una tonta, y eso que no estoy enamorada. Me gusta, pero apenas lo conozco y no estoy en el punto en que haría lo que sea por él.
—Algún día deberás enseñarme a tocar—.
—Lo prometo—dije sonriendo. Estiró su dedo meñique.
—¿Lo prometes?—.
—Sí—dije al entrelazar nuestros dedos pequeños. El timbre tocó y yo debía ir a clase—Debo ir...
—Sí, yo igual—dijo interrumpiéndome sabiendo que contestaría. Nos saludamos con un beso en la mejilla algo dudoso y nos fuimos por caminos contrarios.
Sentía que estaba en el cielo. Polillas se amontonaban en mi estómago dándome una sensación muy linda. Todavía no me voy a rendir, quiero conocer mucho más a Liam.  

VOICE ➳ LIAM PAYNE {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora