VOICE ➳ LIAM PAYNE {COMPLETA}

capítulo 44.

  Olive's POV

El reloj-despertador comenzó a sonar estruendosamente dándome el susto de mi vida y arrastrándome del mundo de los sueños al mundo real. Me di vuelta mirando el cielo raso verde manzana y sonreí. Hoy era el día. Hoy en la escuela sabrán quién es Olive Sophie Horan. Con entusiasmo de sobra—cosa rara—me levanté y fui a prepararme para un día algo largo.
Al terminar de aplicarme bálsamo sabor mora en los labios, dediqué una sonrisa al espejo y me decidí a bajar a desayunar. Papá y Niall estaban en la mesa comiendo normalmente. Me senté en mi lugar de siempre y les dije "buenos días". Hace unos días decidí volver a hablarles a ambos. ¿Cómo? Bueno, tuve un ataque de ansiedad y ellos debieron cuidarme unos cuantos días, por lo que falté a la escuela casi una semana entera. Tuve la oportunidad de hablar con ellos y dale mi punto de vista de las cosas. No los perdoné, si eso preguntan. No acepto que la gente me mienta. Creo que ese ataque fue por algo, fue para que volviera a recobrar la comunicación con mi familia, para que ese silencio que me guardé por orgullo se rompiera dándome vía libre para poder decir lo que realmente sentía.
Luego del desayuno y un pequeño interrogatorio por parte de mi padre si estaba bien, Niall y yo nos fuimos hacia la escuela. Hoy solo tendremos escuela hasta las 12 por los preparativos de la muestra anual.
—¿Y, estás nervioso?—dije cuando mi hermano arrancó el auto hacia la escuela.
—Un poco—dijo entre algunos suspiros. Sí, está muy nervioso—. Espero que salga todo bien—.
—Sé que así será. Ustedes son geniales, o eso creo. Nunca los escuche realmente—.
—¿Y tú? ¿Nerviosa, tranquila o ansiosa?—
—Un tanto de todas—respondí—Es raro ¿sabes? Me gusta pero al mismo tiempo estoy aterrorizada—.
—Pasa seguido, pero lo harás muy bien—me alentó—. Además, la canción que elegiste... es perfecta, y es de mi ídola—.
—¿En serio?—dije perpleja—Genial—.
Aparcamos el auto en el estacionamiento de la escuela y caminamos hacia las puertas de la institución.

Las clases pasaron volando. Sí, literalmente. De un momento a otro, de las 8 pasaron a ser las 12. Salí de la escuela con mi hermano y los demás. Los chicos tenían que ensayar por última vez, y bueno... Natalie venía simplemente porque no tenía quien la llevara luego a la escuela.

Ambas subimos a mi habitación para tratar de relajarnos en lo que los chicos dejaran de usar la sala para ensayar. Entre la búsqueda de algún vestido que pudiese usar, Natalie sacó un tema de conversación que no quería sacar.

—Oye, ¿qué tal Liam? ¿Pasó algo con él?—.
¿Qué le digo? ¿Que cada vez que lo veo me acuerdo que soy la razón por la que a veces lo noto que finge una sonrisa? ¿Que lo veo y una sensación de culpabilidad recorre mi médula espinal ascendentemente?
—Nada—mentí—. El otro día hablamos. Fue raro porque me preguntó de mi anillo—dije mostrándoselo. Tomó mi mano y lo inspeccionó—. Es un chico raro, ¿no?
—Sí—dijo soltando mi mano—. Muy raro. Si no, no sería amigo nuestro—bromeó haciéndome reír.
—Chicas, vayan y practiquen, nosotros ya terminamos—dijo Louis asomándose por la puerta para luego esfumarse de allí rápidamente.

Bajamos apresuradamente las escaleras y casi nos caemos. Al llegar abajo, reímos como dos tontas. Nat se sentó en el piano a practicar su canción al menos una vez o dos. La verdad es que le salía perfecta, por fin le pudo poner el sentimiento que le faltaba. Era obvio que hoy le taparía la boca a mucha gente. Luego practiqué yo mi canción dos veces. Me salía bien por suerte, pero tuve que cambiar los agudos ya que eran demasiado para mi tonalidad.

Llegó la hora de prepararnos para irnos. Subimos a mi habitación y ambas nos pusimos nuestra ropa ya elegida. Natalie lucía preciosa con su atuendo. Tenía unos jeans negros con manchas blancas con zapatillas color negro, una camiseta negra, un sombrero y había hecho un dibujo con purpurina plateada en su mejilla derecha. Y yo... bueno Nat dijo que esto me quedaría bien. Tenía un vestido blanco con detalles en plateado, unos zapatitos de charol color negro con medias blancas soquetes. Mal no me lucía.

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Niall's POV

Ya en la escuela, estaba muy nervioso. Traté de no olvidarme la letra ni nada, en cada rato en que no pensaba en nada repasaba cada palabra. Decidí ir a ver a Florence y desearle suerte—o en teatro, decirle rómpete una pierna. Llegué hacia donde se encontraban los de Comedia Musical, quienes por cierto me miraban algo raro. Frente a un espejo, ella se hallaba colocándose rubor en los pómulos con ayuda de una brocha. Vio mi reflejo y con una de sus hermosas sonrisas se dio vuelta hacia mí. Corrió y se colgó de mi cuello plantando un beso en mis labios.
—Hola cariño—dijo ella muy entusiasmada. Nos separamos un poco y admiré un poco su atuendo. Llevaba un vestido color púrpura con detalles en blanco.
—Estás preciosa—dije mientras tomaba su mano y le hacía dar una vuelta.
—Gracias—dijo algo ruborizada—. Tú también estás guapísimo—agregó acariciando mi mejilla—. ¿Pasó algo Niall?
—No—respondí—Quería saber como estabas, y... ya sabes, rómpete una pierna—. Rió mientras me acercaba a abrazarla. Nos quedamos unos cuantos segundos así hasta que nos separamos.
—Rómpete una pierna tú también—respondió aún sin quitar la sonrisa de su rostro. No sé si es el amor, pero había algo en esos gestos que hacía que me volvían loco. Me hacía querer besarla por tiempo indefinido sin parar y darle todo el cariño del mundo.
—Florence, vamos—se asomó una chica que llevaba también un atuendo de color púrpura. De seguro era una de sus compañeras.
—Debo irme—espetó apresurada. Dejó un corto beso en mis labios y se fue.
Con las manos en los bolsillos, me fui hacia donde los chicos estarían.

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Natalie's POV

Comencé a vocalizar mientras bebía un poco de miel en agua caliente. Muchas cosas me tenían nerviosa. La presentación, y además... Zayn y yo habíamos decidido hace una semana tomarnos un tiempo. Las cosas con él no estaba funcionando como creíamos. Peleas constantes, celos, y etcétera. Creo que debí callarme y no decir nada de mis sentimientos hacia él. Sabía de no debí haberme arriesgado. Una fugaz lágrima se derramó sobre mi mejilla y la limpié con la punta de mi dedo índice tratando de que no se me corriera el maquillaje que llevaba puesto.
—¿Pasa algo?