VOICE ➳ LIAM PAYNE {COMPLETA}

capítulo 19.

  Niall's POV

Fui al salón de música ya que la clase estaba por empezar, y encima había perdido a los chicos, así que fui solo.
Cerca de la puerta, oí música, cosa rara. Abrí lentamente la puerta y vi a Florence que estaba terminando de cantar. Ella es una de las cantantes del coro de la escuela y también está en el grupo de Comedia Musical. Además de popular, era muy bonita. Pelo negro muy largo y enrulado, ojos ámbar, piel blanca, estatura media y siempre vestía de muchos colores. Miró hacia mí y me dedicó un ademán.
—Hola Niall—dijo risueña, y acto seguido, me saludó con un beso en la mejilla.
—Hola—respondí—¿Qué hacías?
—Practico mi solo para los sectionales—explicó emocionada y con un brillo especial en sus ojos.
—Lo conseguiste—dije impresionado.
—¿Quieres oír? Solo una vez porque ya debo irme.
Asentí y me senté en una silla a ver. Se acomodó, tomó el micrófono y empezó a cantar. Su voz era maravillosa; en los actos de la escuela, era una experiencia genial verla cantar. Había algo que la destacaba del resto, y en mi opinión, siempre se deja llevar por la música. Al son de los riffs más llevaderos de la canción, agitaba su pelo. Cuando terminó, aplaudí sorprendido.
—¿Y?—espetó poniéndose un mechón de pelo detrás de la oreja—¿Qué dices?—cuestionó con una sonrisa.
—Me encantó—respondí con una sonrisa, poniéndome de pie. Se sonrojó y agradeció el cumplido. Los alumnos de mi clase estaban entrando, así que se despidió de mí con un beso en la mejilla, se colgó la mochila en su hombro y se retiró.
Como era de esperarse, los chicos empezaron a atocigarme respecto a eso.
—Y dime duendecito—empezó Louis poniendo su brazo rodeando mis hombros—¿Qué hacías hablando con Florence Damon?
No puede ser que no pueda hablar con una chica sin que tengan que cuestionarme todo.
—Ustedes se perdieron y... vine al salón y me la encontré, solo eso—dije relajado.
Sí, ya sé que piensan, creen que miento, pero no. A pesar de las circunstancias, aún siento cosas por Nat.
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Olive's POV

Los días pasaban muy rápido, y ya hoy cumplo un mes saliendo con Liam. Bueno, "saliendo". Nunca formalizamos si éramos novios, o solo salimos, o... no sé, algo de ese estilo. El punto es que, a pesar de todo eso, la pasaba de maravilla. Estaba mejor, en lo médico. Mi mente está controlada, y hace varias semanas que no tengo un ataque de depresión o ansiedad.
Desperté una mañana para ir a la escuela. Al salir de la cama, el frío me recorrió las venas dándome escalofríos. Saqué ropa del armario y empecé a vestirme a duras penas. Me puse un jean color negro, una camiseta blanca, mis amadas zapatillas Converse color negras, un gorro de lana gris y un saco abrigado.

Bajé a desayunar y papá y Niall ya estaban ahí. Los saludé a ambos con un beso en la mejilla y me dispuse a preparar mi desayuno. Desde que papá me enseñó a cocinar, y algunas que otras tareas para poder cooperar en la casa, era algo así como una mamá.
Ya habiendo terminado de comer, tomé mi mochila, un abrigo y salí con Niall a sacar el carro e irnos a la escuela.
Mientras iba a la puerta de la escuela, alguien me tapó los ojos. Me paré en seco y traté de descifrar quién era. Pero no podía.
—¿Ya te has olvidado de quien soy?—dijo esa voz tan familiar. Sonreí y quité sus manos de mi cara, dando media vuelta.
—Liam—dije contenta mientras lo abrazaba fuertemente. Él besó mi mejilla con mucha dulzura.
—¿Qué te parece si nos fugamos de la escuela?—propuso.
—No. No podemos fugarnos—dije poco convencida. No estaba ni acostumbrada a estas cosas, siempre fui una chica "buena".
—Vamos. Solo será una vez—me suplicó haciendo puchero. Mordí mi labio inferior de lo tierno que se veía haciendo eso.
—Está bien—respondí resignada—Solo porque hoy es nuestro "mesversario"
—No lo olvidaste—dijo aproximándose a mí y plantando un beso en mis labios. Sin que nadie nos vea, nos fuimos de la escuela.
Al parecer, mi compañero no fue muy inventivo para buscar un lugar, así que decidimos pasar la mañana sentados en un árbol mientras tomábamos los frapuccinos de chocolate que recién habíamos comprado. Liam ya se lo había terminado, pero yo me tomé mi tiempo. Él se recostó en mis piernas y me quedé viéndolo mientras daba algunos sorbos a mi bebida. Algunos rayos de sol caían sobre él, haciendo que cerrara sus ojos. No podía todavía creer que tenía a mi lado a un chico como él. No pude evitar esbozar una enorme sonrisa en mi rostro.
—¿Qué ocurre, Oli?—me preguntó preocupado.
—Nada, no es nada—respondí. Tomó mi mano y enredamos nuestros dedos. Nuestras miradas se cruzaron y nos quedamos unos segundos así.
De repente, Liam se paró bruscamente. Buscó algo en su mochila y al encontrarlo, pude ver que en su mano sostenía dos pequeños paquetes. Lo miré extrañado ya que no entendía nada.
—¿Qué es eso?—pregunté tratando de saber que era lo que escondía.
—Es solo... un detalle, algo que quise darte—dijo mirando al suelo. Me extendió uno de los paquetes y me dijo que lo abriera. Rompí el papel, y una caja quedó a la vista. Expectante, la abrí lentamente y al ver lo que había ahí, tapé mi boca con la mano. Un anillo color plata con un corazón rojo incrustado con una inscripción dentro que decía "Juntos hasta el final. Lo prometo". No pude evitar tirarme sobre él-literalmente hablando-y abrazarlo con todas mis fuerzas.
Al separarnos, él en sus manos tenía un collar con una chapita pequeña color plata en la que al frente tenía un corazón grabado, y del otro lado, pude ver que tenía la misma frase escrita. Tomó mi mano y me puso el anillo en el dedo anular. Yo lo ayudé a ponerse la cadenita.
—Quiero decirte algo—inició él. Asentí esperando a ver qué diría—. Eres lo mejor que me ha pasado. Desde hace mucho que eres especial para mí, Olive, y no sé que haría sin tí ahora que estás en mi vida.
No sabía que responder a eso. Lo amo. Sí, lo amo.
—Si tu supieras todo lo que has hecho por mí. Tú... me salvaste—respondí con una sonrisa. Se acercó a mí rodeó sus brazos alrededor mío—. Necesito decirte algo importante.
Estaba dispuesta a decirle sobre mi enfermedad, no podía dejar de mentirle. Aunque ya casi no está presente, quería que lo supiera.
—Yo... yo...—dije algo nerviosa bajando la mirada. Él me tomó de la barbilla y me dedicó una sonrisa—Te quiero—respondí.
—Yo igual—dijo uniendo nuestros labios en un beso exquisito.
Si seré cobarde. Ay, Horan, ¿tanto te costaba decirle? Pero no quería preocuparlo, sé que estaré mejor así que... ¿para qué decirle? Además, podía esperar. Ahora, no quiero que nos amarguemos con eso, prefiero disfrutar de esto.