I won't see you tonight

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El despertador resonó por la enorme habitación despertándome, me giré hacia un lado y noté que Emma no estaba, en realidad su lado de la cama estaba sin tocar, una vez más no había dormido en casa. Suspiré, levantándome de la cama y caminando hacia el baño, cuando escuché pasos por el pasillo. Debe ser ella, pensé, mientras me quitaba la ropa, y ella entraba en la habitación con cara de pocos amigos. No le pregunté nada, solo me fui a tomar mi baño, ya que dentro de poco tendría reunión en el ayuntamiento.

No sé cuánto tiempo estuve en el baño, pero cuando salí Emma estaba dormida en la cama y ni siquiera se había quitado las botas, sabía cuánto odiaba yo eso. Comencé a arreglarme con algo de prisa y sin querer cerré con fuerza la puerta del cuarto despertando a Emma, que saltó de la cama asustada y por poco no cayó al suelo. Me fui a la cocina a preparar el desayuno cuando escuché a Emma murmurar algo.

«Podrías ser más delicada, ¿sabes? Estaba durmiendo» habló irritada.

«No fue mi intención despertarla, sheriff» ella puso los ojos en blanco «¿Otra guardia?»

«¿Tú qué crees? Me pegué toda la noche haciendo informes» comentó sentándose, le pasé una taza de café y me senté enfrente de ella «¿Tienes reunión hoy?»

«Sí tengo, cinco en realidad» respondí llevándome la taza a los labios.

«¿Estás libre esta noche?»

«Después de las seis lo estoy, ¿por qué?» pregunté curiosa

«Hace tiempo que no salimos a cenar» Emma respondió sonriendo «Te echo de menos, Regina»

«También te echo de menos, Emma» entonces mi móvil comenzó a sonar, era mi secretaria. Emma puso los ojos en blanco «Me están esperando, ¿cena a las siete, entonces?»

«No te retrases, Regina» me acerqué a ella y la besé

«Nunca me retraso»

Cogí mis cosas y salí de casa, encontrándome con un cielo bastante nublado. Entré en mi coche y arranqué. No puedo negar que me quedé sorprendida con la invitación de Emma, quiero decir, estamos casadas hace cinco años, pero en estos dos últimos años nos hemos ido separando poco a poco y nuestro matrimonio se ha enfriado y desde hace unos meses no pasa nada entre nosotras, y eso me deja de mal humor. Estacioné mi coche en mi plaza de siempre y salté del coche dirigiéndome hacia la entrada principal del ayuntamiento, recogí mis recados con Molly, mi secretaria, y me fui a mi despacho donde me encontré a Daniel leyendo una revista.

«¿Daniel?» dije llamando su atención «Daniel, ¿qué haces aquí?»

«¡Regina, cuánto tiempo!» habló caminando hacia mí y abrazándome «Sigues hermosa»

«Como siempre, tan galante, Daniel» sonreí separándome de él.

«Y respondiendo a tu pregunta, soy uno de los empresarios que quiere comprar aquel terreno»

«¿No me digas? Eso es fantástico» comenté, sentándome en mi silla «¿Y los otros?»

«Llegarán más tarde, y quieren conocerte» dijo Daniel con una enorme sonrisa en sus labios « ¿Podemos cenar esta noche? Y después ajustaremos el contrato»

«Claro que podemos, Daniel» respondí, animada

«Paso más tarde para recogerte»

«Vale»

«Hay sido un placer volverte a encontrar, Regina»

«Lo mismo digo, Daniel» sonreí, acompañándolo hasta la puerta.

Las horas habían pasado volando, hice algunas rondas por la ciudad y aproveché para confirmar la reserva que había hecho. Estaba ansiosa con esa cena, le había comprado un anillo a mi Regina, y estaba segura de que le iba a encantar. Cuando llegué a casa eran las 18:30. Me fui a tomar un buen baño, para después comenzar a arreglarme, algunos minutos después ya estaba lista, solo faltaba coger mi chaqueta, cuando mi móvil vibró. Era un mensaje de Ruby avisándome de que estaba llegando de viaje, le contesté y salí de casa.

En el camino hacia el restaurante, llamé a Regina y ella no contestó, cosa extraña porque siempre atendía mis llamadas al segundo toque. Estacioné el coche en una de las plazas y llamé de nuevo y nada. Ya estaba empezando a preocuparme, entonces decidí ir hasta el ayuntamiento para saber de ella. Al llegar, encontré a Molly leyendo una revista, le pregunté por Regina y me informó que había salido con algunos empresarios a cenar. Cuando escuché aquello, me enfadé porque ni siquiera me había llamado para avisarme. Salí del ayuntamiento con rabia, de nuevo era cambiada por el trabajo.

Después comenzó a llover fuerte. Estacioné el coche en la comisaria y bajé, mojándome toda. Cuando entré fui a buscar una botella de whisky que tenía guardada en el cajón. Me senté en el sofá y cuando me tomé el primer trago, el teléfono de la comisaria comenzó a sonar, era una llamada avisando de que un árbol se había caído encima de un coche cerca de los límites de la ciudad. Estaba cogiendo las llaves del coche patrulla cuando mi móvil comenzó a sonar. Era Regina, suspiré ignorando la llamada y después apagué el aparato.

Una tempestad había llegado a Storybrooke, y eso dificultaba mi trabajo, tenía que redoblar mi atención mientras conducía, pero no estaba atenta, todavía estaba enfadada por el mal trago que me había hecho pasar mi esposa. Los truenos llenaban el silencio de la noche, apreté con fuerza el volante del coche y aceleré. La carretera estaba resbaladiza, cosa que era peligrosa. Ya estaba llegando al lugar del accidente cuando un rayo atravesó el cielo distrayéndome por algunos segundos Cuando volví mi atención a la carretera, un camión estaba viniendo en mi dirección, di un volantazo hacia un lado perdiendo el control por completo, haciendo que el coche deslizara por la carretera y diera un par de vueltas.

Mi cuerpo salió despedido a metros de distancia del coche, que estaba completamente destrozado. Intenté moverme, pero todo lo que sentí fue dolor por todo el cuerpo, mi visión estaba borrosa y la lluvia solo había empeorado, tenía dificultad para respirar y cuando comencé a toser, salió sangre. Lleve la mano a mi bolsillo, sacando la pequeña caja de terciopelo donde estaba el anillo que le iba a dar a Regina. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por mi rostro, de nuevo un rayo cortó el cielo, iluminándolo todo. No tenía fuerzas para gritar por ayuda, me sentía mareada, cerré mis ojos al sentir que mi cuerpo se adormecía, cuando volví a abrirlos, lo último que vi fue el cielo completamente nublado.


Losing your memoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora