Lost in my mind

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Eran las 06:00 de la mañana de un martes bastante frío. Me puse mi chaqueta y decidí correr un poco por la playa, sería una manera de distraerme y de intentar poner mis pensamientos en orden. Encendí el Ipod, lo puse a todo volumen y atravesé la calle encontrándome con algunas personas, minutos después llegué a la playa, el mar estaba un poco agitado, lo que era señal de que un frente frío se estaba acercando.

Fijé mi mirada en el horizonte cuando empezó a sonar Next to me, del grupo Cilvil Twilight. Comencé a correr por la arena sintiendo el viento contra mi rostro.

«¡Regina, por favor, perdóname!»

«Emma, déjame sola» pedía ella llorando

«No debería haber hecho aquello, lo sé» me acerqué a su cuerpo, pero me dio una bofetada, por otra parte, bien merecida «Regina...»

«¡Solo vete!»

«Pero ella estaba...»

«Ella no estaba haciendo nada, Emma» me interrumpió prácticamente gritando «No tenías derecho de hacer aquello con mi amiga»

«Perdóname» pedí bajando la cabeza

«Quiero estar sola»

«Está bien» dije dejando el apartamento»

Cuando volví a abrir mis ojos, me di cuenta de que estaba llorando, me paré un momento, y vi que me había alejado mucho y no sabía dónde estaba, pero eso no era lo que me estaba atormentando, y sí ese corto recuerdo. No sabía bien lo que había pasado, por lo que vi, yo era la culpable, pero ¿cuándo pasó eso? Me senté cerca de una enorme piedra y allí me quedé mirando el mar mientras escuchaba las canciones de mi Ipod. Cada vez que cerraba mis ojos, las imágenes de esa supuesta pelea pasaban como una película en mi cabeza.

Lo primero que noté al pisar el puerto fue el coche de Regina y delante estaba ella conversando con un hombre, él agarraba su mano y por lo que puede leer en sus labios, parecía pedirle disculpas. Continué caminando, procurando no mirar hacia ellos y controlar este sentimiento que no sabía qué era, crucé la calle y sin darme cuenta, acabé chocando con alguien y para mi disgusto era el sheriff que abrió una sonrisa al verme.

«Esto se está haciendo una costumbre» comentó rompiendo el silencio

«Si mirara por dónde camina» refunfuñé pasando por su lado, pero me siguió

«¿Mal humor?» Neal preguntó

«No le interesa» respondí poniendo los ojos en blanco

«Wow, agresiva» dijo riendo «Mira, Emma, sé qué puede mejorar ese humor...»

«¿Y qué sería eso?» pregunté observando la gran sonrisa que se formaba en su rostro

«Un buen café caliente, corre por mi cuenta» respondió Neal «¿Aceptas?»

«Está bien» me encogí de hombros «Pero es solo eso»

«¿Quieres más?»

«Gilipollas»

«¿Qué has dicho?»

«Nada» respondí mientras entrabamos en Granny's. Hicimos nuestros pedidos, y mientras esperábamos, noté algunas miradas «Me gustaría leer las mentes, sería más fácil»

«Estoy de acuerdo contigo» dijo él cogiendo una mesa «Entonces, ¿qué tienes con la alcaldesa Mills?»

«Por lo que parece estamos casadas» él abrió los ojos de par en par «Ya ves»

«¿Por qué dices "por lo que parece"?» preguntó Neal curioso mientras la camarera nos traía nuestros cafés.

«He perdido la memoria en un accidente» respondí llevándome la taza a los labios «No me acuerdo de nada, he estado en coma tres años y...aquí estoy»

«Debe ser una pesadilla no acordarse de nada» dijo mirándome «Pero tiene su lado bueno»

«¿Que sería...?»

«Puedes comenzar de nuevo» respondió inclinando su cuerpo hacia delante «En vez de intentar recordar tu pasado, puedes comenzar tu vida de cero, Emma»

«Es una buena opción, Neal» sonrió y levantó la taza para un brindis, entonces escuché la voz de Regina, miré hacia atrás y allí estaba ella conversando con Ruby.

«Regina está cañón» miré a Neal y le di una palmada en su brazo «Con todo respeto»

Después de una larga conversación con Daniel, acabamos arreglándonos. Él es un idiota, pero cuando necesité un hombro amigo ahí estuvo y me apoyó. Nos despedimos y decidí ir a Granny's a tomar un café, al entrar encontré a Ruby que ya estaba saliendo, hablé rápidamente con ella, que me dijo que Emma estaba con el sheriff, miré hacia la mesa en la que ellos estaban y vi que Emma y Neal estaban riéndose de algo, y entonces él le toco la mano, eso fue suficiente para ponerme celosa y rabiosa.

«¡Buenos días!» dije intentando controlar la rabia en mi voz

«Buenos días, alcaldesa Mills» me saludó Neal poniéndose serio «Bien, yo ya me estaba yendo»

«Paso a las 19:00 por la comisaria» dijo Emma mientras él asentía con la cabeza. Pero, ¿qué iba a hacer ella allí? «Buenos días, Regina»

«¿Puedo saber qué está pasando?» pregunté sentándome donde minutos atrás estaba Neal

«Nada» ella respondió encogiéndose de hombros «Solo dos personas conversando»

«¿Tú y Neal?» Emma me miró

«¿Está prohibido?» por un momento tuve la impresión de que mi Emma había vuelto, sacudí la cabeza y desvié mi mirada de la de ella «Es un tío guay»

«Está todo el día detrás de ti» rebatí irritada.

«No es nada de eso, Regina» dijo Emma intentando agarrar mi mano, pero yo la aparté, pues estaba enfadada y con celos «Creo que me voy a marchar»

«¿Vas a encontrarte con Neal?» pregunté con cierto escarnio. Emma se levantó y sin decir nada dejó el restaurante.

"¡Mierda, Regina!" pensé mirando la puerta.

Al llegar a casa, me di cuenta de que estaba sola, me eché en el sofá completamente enfadada con la actitud de Regina, no debería haberme hablado de esa manera, eso duele. Me quedé mirando hacia la ventana cuando las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer formando dibujos aleatorios en el cristal.

El timbre sonó, me levanté y fui hasta la puerta. Regina estaba de pie, algo mojada por la lluvia. La empujé hacia dentro y cerré la puerta.

«Emma...»

«Voy a traerte una toalla para que te seques» dije interrumpiéndola

«No necesito una toalla» dijo caminando tras de mí

«Estás mojada, claro que la necesitas»

«¡Emma!» me giré quedando frente a ella. Regina se acercó algunos pasos más, quedándose a centímetros de mi cuerpo «Perdóname por mi actitud en Granny's»

«Es...está bien» tartamudeé mirando sus ojos, estaba acercando mi rostro al de ella cuando escuché a David entrar «Voy a buscar la toalla»

Me separé de ella y fui a buscar la toalla, mi corazón estaba acelerado y mis manos sudaban. Cerré la puerta del cuarto y me apoyé en ella, deslizándome hasta el frío suelo.


Losing your memoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora