Akatsuki no mezame [El despertar Akatsuki]

Capítulo siete

Ambos se apresuraron para llegar al hotel, sentían la sangre hervir del deseo. Llegaron y se registraron rápidamente, estaban comiéndose a besos por los corredores, al llegar y abrir la puerta Obito abrazo a Deidara por la cintura, pasó si lengua por el oído de Deidara y le susurró con profunda voz.

-Juegue conmigo Senpai-dijo besando el cuello de Deidara, acariciándole las piernas y subiendo la falda que está llevaba puesta, cargo a Deidara y la llevo hasta la cama, el le besaba el cuello. La luz se apagó en toda la aldea, Deidara se aferró fuertemente a Obito, desde siempre tuvo problemas con la oscuridad-¿Se encuentra bien, Senpai?

-No me gusta la oscuridad, me parece melancólica, mi hermana siempre se iba a dormir conmigo cuando habían apagones. Papá no dejaba que durmiera con ellos cuando tenía tenía miedo de los relámpagos, apagones o por una simple pesadilla. Kurotsuchi se iba a mi cuarto con el pretexto que era ella quien tenía miedo, y una vez que hubo un apagón debido a una tormenta ella quería dormir con sus dos hermanos así que me arrastró al cuarto de Akatsuchi, después llegó mi madre a dormir con nosotros y también papá para no dormir sólo.

-Creo que lo que sucede es que extraña a su familia.

-Eso no importa, si hubiera dicho eso en la organización todos se hubieran burlado de mi-el le acaricio las mejillas a Deidara y le besó la nariz.

-Yo nunca me burlaría de usted-Deidara abrazo a Obito por el cuello. No podían ver el rostro del otro pero estaban ansiosos por unir sus labios en otro beso desenfrenado, aún en la oscuridad Deidara logró encontrar los labios de Obito, lo beso de modo dulce y sintió las manos del moreno tomar su cintura para pegarla más a sí cuerpo, la lengua del Uchiha entró como intrusa a la boca de Deidara aprisionándola hasta que Deidara empezó a pelear por el control del beso. El le comenzó a quitar la falda a Deidara hasta quitársela por completo mientra mordía el lóbulo de la oreja de Deidara-Se ve hermosa senpai.

-No hay luz-pensó en voz alta-¿Puedes ver en la oscuridad gracias al Sharingan?

-No, pero se que se ve hermosa porque usted es hermosa y no debo verle para saber que es algo precioso-dijo besando la nariz de Deidara, subiendo las manos de la cintura de Deidara para quitarle la blusa, Deidara le quitó la camisa negra a Obito y después los guantes, el de cabello negro besaba, lamia, chupaba y mordía el cuello de Deidara para marcarle como algo suyo, Deidara enterraba las uñas en los brazos y espalda de Obito, ambos tenían los rostros ruborizados y parte del pecho.

-Obito, recuéstate un momento-el obedeció con una sonrisa divertida en el los labios, al acostarse sintió como Deidara le quitaba los pantalones y se acomodaba sobre el, Deidara empezó a besarle el cuello a Obito bajando por el pecho, después su abdomen y al llegar a la erección de Obito paso su mano sobre el apretado boxer del chico lo cual hizo que el no pudiera seguir obedeciendo la orden de su senpai, en un ágil movimiento tomó las muñecas de Deidara y se puso sobre ella-¡Ey! No había acabado.

-Lo lamento pero no me resisto, quiero cormerle entera-los labios de Obito comenzaron a llenar de saliva, besos, chupetones y mordidas el pecho de Deidara, su torso, sus brazos y sus piernas sin dejar de sujetar sus manos. Deidara trato de contener mucho tiempo pero ya no pudo resistir más y comenzo a gemir sin resistirse, al acariciar con sus dedos la parte más íntima de Dei está soltó un gemido más que sonoro y el noto lo húmeda que se encontraba-Deidara, ¿Ahora?

-Ahora, pero suéltame.

-Se que ama que le sujete mientras pego mis labios a su cuerpo-el le quitó la ropa interior a Deidara y Deidara a él, las piernas de ella se abrazaron a sus caderas y sus abrazos a su cuello, el colocó en la entrada de Dei y entro lentamente hasta que sintió como se adaptaba, después comenzó a embestir suavemente y cada vez las embestidas aumentaban, ambos llegaron al orgasmo después de varios minutos, ambos se quedaron abrazados en la cama-Te amo Deidara, con cada parte de mi ser y eso nada lo va a cambiar.