Capitulo veintitrés

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Hidan tenia su guadaña en una mano y estaba listo para atacar, Mirai tenia sus cuchillas como las de Asuma determinada a hacer pedazos a Hidan. Las reglas eran que si ambos decidían detener el combate se podía detener la pelea y que nadie podía intervenir en la pelea, Hidan comenzó a correr hacia Mirai para conseguir su sangre pero la chica desapareció en el aire.

—¡¿QUÉ DEMONIOS?! ¡ELLA ESCAPÓ! ¡GANO POR AUSENCIA!—una bala de agua golpeo a Hidan pero aun así no veía donde se encontraba la chica—¡No seas una maldita cobarde! ¡Joder sal!

—Estas perdido—dijo la chica apareciendo justo frente a Hidan para después hacer varias posiciones de manos haciendo un genjutsu para entra en la mente de su enemigo, al entrar de la cabeza comenzó a ver la vida de Hidan desde los ojos de este, comenzó a vivir los momentos donde el estaba solo en el orfanato, después cuando lo capturaron para experimentar con el, la chica no podía  soportar tanto dolor así que rompió en genjutsu—¿Cómo hiciste eso?

—Yo no hice nada, no puedes enfrentarte a mi, no me eres rival porque los niños que nacen en tiempo de paz son mas débiles que los que nacen en tiempo de guerra, por eso no tu ni tus amigos son suficientemente fuertes, ustedes no conocen las atrocidades de la guerra y nunca han quitado una vida a sangre fría—ella dio brinco hacia atrás para poner una distancia segura entre Hidan y su sangre—¿Sabes? El genjutsu funciona para dañar al enemigo rompiendo su mente pero no puedes romper algo que ya esta roto.

—No voy a perder—ella mordió la yema de dedo para invocar a un enorme gorila color negro con armadura roja, subió en el gorila y el primate escupió una ráfaga de fuego y la chica una de aire las cuales se mezclaron para hacer un enorme tornado de fuego que envolvió a Hidan. Cuando el tornado desapareció el de cabellos plateados estaba intacto y protegido por una especie de sombras negras—¿Cómo? Las técnica de sombras son exclusivas de el Clan Nara.

—Estas no son sombras, son almas. Todas las personas que asesiné con mi técnica tienen que servirme en las batallas cada vez que los invoque, créeme que esto no es nada en comparación a todos los que he asesinado—las almas comenzaron a atacar al gorila, Mirai deshizo la invocación para salvar al simio—Estas perdida.

—No aceptare eso—dijo terca la Sarutobi mientras comenzaba a brincar por todos lados de la arena de combate para escapar de las demoníacas sombras que servían a Hidan. De repente sintió algo como una aguja picar su espalda, era la guadaña de Hidan—Demonios.

—Acabas de cavar tu propia tumba literalmente, nadie sobrevive a mi técnica—la chica comenzó a alejarse de Hidan pero el de ojos violetas dibujo el símbolo Jashinista y probó la sangre de Mirai, Hidan había cambiado de color al negro propio de su Jutsu—¿Sabes? Llevo un tiempo sin usar esta técnica, quizás te torture un rato.

En la guarida de Kawaki:

Tobirama se encontraba en la cama leyendo, Izuna se había acostado a su lado mientras observaba al Senju atentamente, si que era muy atractivo el Senju con sus ojos color sangre y sus cabellos plateados, el de cabellos oscuros deseaba ser consentido por su pareja en ese momento así que se metió entre los brazos de Tobirama impidiendo que este pudiera leer su libro.

—¿Qué sucede Izuna?—dijo mientras bajaba el libro, el de cabellos oscuros lo beso dulcemente en los labios y Tobirama comenzó a acariciar las piernas del menor sobre su pantalón lo cual hizo al menor gemir suavemente—Que bello eres Izuna.

—No es justo que tu sepas tocar así, es solamente porque haz vivido más tiempo que yo—dijo totalmente sonrojado, Tobirama tenia más experiencia que Izuna en ese tipo de cosas y eso frustraba al Uchiha, se suponía que eran rivales que estaban igual en todos los aspectos pero cuando se trataba de cosas de amantes—¿Tuviste muchas parejas después de mi muerte?

Akatsuki no mezame [El despertar Akatsuki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora