Capítulo ocho

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Todos los Akatsuki estaban en camino a la aldea de la lluvia, esas eran las órdenes de Boruto y ellos las obedecerían;

Itachi y Kakuzu salieron a la primera hora de la mañana con los cadáveres que Boruto les pidió, dos hombre y una mujer embarazada. Habían cosas que el jutsu de Boruto no podían cambiar, por ejemplo el género y la edad.

—Kakuzu—dijo Itachi para llamar la atención del moreno—Tu sabes mucho de mi y yo prácticamente nada de ti, quiero saber más.

—Haz tus preguntas y quizás conteste, de cualquier manera de terminaras enterando de eso—dijo arto.

—¿Qué te ofreció Boruto? Todos piensan que en ese papel había el porcentaje de una cifra grande, pero yo pienso que era algo diferente.

—Prácticamente me devolverá la vida—perdió todo lo que había construido alguna vez, su equipo, el respeto y lo más importante, a su familia.

—Yo te veo bastante vivo—comento el Uchiha para tratar de conseguir otra respuesta de Kakuzu, una que le diera más en que pensar.

—Créeme que ahora estoy tan muerto por dentro como antes de que Boruto nos resucitara.

Kakuzu se negó a decir otra palabra en todo el camino hasta la aldea de la lluvia.

[.....]

Hidan seguía dormido, Konan se había despertado desde antes del amanecer para enseñarle a Aika alguna técnicas para defenderse. Después de un rato ambas volvieron al cuarto de Hotel y se encontraron con Hidan aún dormido, Konan se sentó junto a el y comenzó a moverlo suavemente.

—Cinco minutos más—dijo tapándose hasta la cabeza.

—Hidan, por favor levántate, ya es tarde—el se levantó de la cama aún algo adormilado y se vistió de mala gana, recogió sus cosas y se peinó.

—¿Contenta?

—Si, mucho.

—¿Por qué siento que me tratas como un niño?

—Porqué soy trece años mayor que tu, Hidan.

—Eso tiene sentido—los tres se fueron le la habitación y cuando estaban apunto de tomar uno de los senderos sabían que era hora de despedirse de Aika.

—Recuerda lo que te enseñe y cuídate mucho, se algún día nos volveremos a ver y espero que sea pronto—dijo Konan acariciando la cabeza de la niña—Hasta pronto.

—Hasta pronto Konan-san—ella se paró frente a Hidan—Hidan-san, ¿usted no quiere decirme algo?

—A mi no me gustan las despedidas—ella agachó la cara, Hidan le despeinó el cabello—Espero que la próxima vez que te vea estés más alta, enana.

Ella volvió a la aldea y los otros tomaron su camino.

[.....]

Kisame despertó junto a la pelirroja, le dolía pero debía dejarla, se vistió y antes de irse le besó la frente. Llegó al hotel teniendo mucho cuidado de no despertar a Shisui pero se encontró con la sorpresa de que el Uchiha ya estaba despierto y con todo listo para ir a la lluvia.

—Sólo esperó que irte a acostar con la ex Mizukage te sirviera para conseguir alguna información importante—dijo sonriendo, había atrapado a Kisame.

—¿Cómo sabes que estaba con ella?

—Me lo dijo el hombre de la barra de sushi, en realidad me dijo muchas cosas interesantes y si no te molesta ya debemos irnos a la lluvia—dijo el Uchiha tomando sus pocas pertenencias y caminando hacia la puerta—Vamos.

Akatsuki no mezame [El despertar Akatsuki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora