Akatsuki no mezame [El despertar Akatsuki]

Capítulo diecinueve

Obito no terminaba de asimilar la noticia de que Rin estaba en el mundo de los vivos, Deidara noto la reacción de Obito y lo invadió un sentimiento mucho más molesto que unos simples celos, el rubio salió corriendo de la habitación con los ojos cristalinos sintiendo como aquel sentimiento le consumía por dentro, se encerró en el cuarto que usaba como estudio de arte, se hizo pequeño en una esquina y comenzó a llorar, quizas se celos, tristeza o rabia, su novio entró al estudio de arte y se puso de cuclillas frente a él.

—Deidara, ¿Te sientes bien?—se sentía como un idiota por preguntar algo sobre lo sabía la respuesta pero no sabía que más decir en aquel momento.

—¿A qué se debe que aún no hayas ido corriendo a donde ella para decirle que la amas y toda esa basura?—dijo el rubio sin ver al Uchiha a la cara—¡No quiero verte! ¡¿Entendido imbécil?!

—Dime Dei, solamente dime que hacer para que te sientas mejor y lo hare, no me gusta verte asi—el rubio alzó la mirada, sus ojos se veían rojizos por llorar y las lágrimas corrían por sus mejillas, el Uchiha sintió algo extraño y horrible en su interior al ver esa mirada asi, al saber que el era el causante del sufrimiento de Deidara.

—¿Enserio quieres hacerme sentir mejor?—dijo el rubio fríamente y el Uchiha asintió con la cabeza—¡Entonces dime que no sientes nada por Rin! ¡Dime que no queda ni un rastro del amor que le tuviste algún dia! ¡Di que soy lo que más amas en el mundo! ¡Dilo! A menos que yo solamente fui lo que más amabas en el mundo porque ella no era parte de el y ahora que lo es ya no me amas.

—Siendo honesto, no estoy seguro de lo que siento Dei, me siento muy confundido por esta situación, ame a Rin por unos veinte años o más, después llegas tu con esa sonrisa y esos ojos que ponen todo mi mundo de cabeza, no estoy seguro de lo que siento Deidara—el rubio lo empujó y se dirigió a la puerta.

—Ella nunca te vio y nisiquiera está aquí, yo no puedo quitarte los ojos de encima ni un instante y siempre estoy aqui para ti y aún asi me encuentro en empate con ella. Dime ¿Qué pasará conmigo en el momento en el que ella decida que quiere entrar en la competencia?—dijo para después irse de ahi, Obito lo último que quería era herir a Deidara, herirlo a él no, a todos menos a Deidara, el había sido la persona que le había dado nuevamente luz a su vida, que había hecho que olvidara el odio y el dolor, que le había curado las heridas del alma y dado una nueva esperanza de ser feliz. No existe nada peor que herir a quien más amas y eso el Uchiha lo tenía muy claro. El titiritero de Suna entró a la habitación.

—Si me va a dar un sermón no lo quiero, yo estuve más de veinte años enamorado de Rin y morí estando enamorado de ella, por eso se me hace difícil pensar claramente—dijo mientras pasaba sus dedos por su cabello oscuro y rebelde.

—Si quieres que te escuche lo hare y te ayudare a decir lo antes posible, porque contra más tiempo pase más afectará esto a Deidara y si mi amigo hace una tontería por tu culpa te juro que buscaré el modo matarte—dijo viendo fijamente al de cabellos negros.

—Le juró que si llego a dañar a Deidara yo mismo me mató, no podría vivir sabiendo que dañe a la persona que más me amo en muchos años—el Uchiha no quería estar sin Deidara—Mis padres murieron cuando yo era bebé, murienron el dia de mi nacimiento. Por amarme fueron heridos y finalmente sepultados, jamas permitiré eso con Deidara.

—¿Por qué? Debes pensar claramente en que quieres, porque lo quieres y que harías si no es asi, nesecitas tener todo claro.

—Ya no puedo imaginarme un mundo sin el, pero no quiero ver a Rin y que por eso me olvidé de Deidara, eso le haría mucho daño. Yo veré que hago Sasori-San pero mejor ve con Deidara, el realmente te debe nesecitar ahora más que nunca—el pelirrojo se fue, el Uchiha se fue a hablar con quienes eran sus mejores amigos en Akatsuki, Itachi y Nagato—No se ni a quien amo, soy un desastre.