VIII. Viviendo entre mentiras

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¡Hola! Aquí les traigo un episodio más y pues... ¡que se desate la guerra y el infierno en la historia! Preparen la caja de kleneex para lo que se viene a partir de aquí...

DISFRUTEN SU LECTURA...


N: ¿María? (Asombrado)

M: sí, soy yo, María (muy seria) y no entiendo que haces aquí, ¿cómo te atreviste a buscarme? (Agresiva)

N: yo no te busqué, esto ha sido una casualidad... una desconcertante casualidad (pensando) qué curiosa es la vida ¿no crees?, nuevamente nos une cuando pasas por el dolor de perder a un hijo

M: ¡cállate!, no tienes derecho a decirme nada y haz de cuenta que jamás me volviste a ver porque no te quiero aquí, ¡lárgate! (Alterada)

N: no, no me voy María y tú y yo vamos a hablar muy seriamente, te guste o no (tajante)

*Paralelamente*

*Mansión San Román*

Esteban se encontraba en la recámara, pensativo, con la chalina de María entre sus manos, la angustia e incertidumbre de lo que su esposa pensara sobre él lo estaba matando, de pronto sintió una mano en su hombro...

C: ¿en qué piensas mijito?

E: ¿en qué crees tía?

C: ya veo, estás mortificado por la Mary ¿verdad? (Él asintió) deberías buscarla papi chulo, no le hagas caso a este Rubencito, tú busca a tu esposa

E: pero ella no nos quiere ver tía y no entiendo la razón, quizá de mí lo entiendo pero de sus hijos... ¿qué le ocurre?

C: no estoy muy segura de que ella no quiera, quizás es el dolor que la está cegando pero no te quedes con eso papi, tú búscala, que te diga en tu cara que no quiere verte

E: (suspiró) me da miedo, por eso no lo he hecho, no creas que no lo he pensado pero me dolería mucho que de verdad todo terminara

C: vamos papi, sé valiente como siempre y afronta las cosas, ve a buscarla al hospital y ponlo de cabeza hasta que te dejen verla (sonriéndole)

E: tienes razón tía, anda, vamos (sonriendo también)

Esteban abrazó a Carmela, ambos salieron de su habitación, topándose con los cuatro muchachos en el vestíbulo.

Es: papá ¿a dónde van?

C: a buscar a la Mary al hospital muchachitos, ¿quieren ir? (Sonriendo)

Va: ¡ay sí por favor!, esta incertidumbre nos está matando, ¡qué bueno que mi mamá ya nos quiere ver!

E: eh... no, no es así Vane, tu madre no sabe que vamos a ir y Rubén tampoco, realmente quiero poner el hospital de cabeza para verla

An: pues en ese caso lo pondremos de cabeza contigo para verla (sonriendo)

Todos salieron rumbo al hospital para ver a María sin imaginarse la sorpresa que se iban a llevar.

*Mansión Cárdenas de la Fuente*

Julio y Blanca vivían como perros y gatos desde el día en que Luciano le dijera que Vanessa conocía toda la verdad o... casi toda.

B: ¡ya no te aguanto Julio, estás insoportable!, no es mi culpa que Luciano le dijera todo a Vanessa, ¿cuándo lo vas a entender?

J: ya, ya, deja el drama Blanca, sé perfectamente que no es tu culpa pero con alguien tenía que desquitar mi rabia

B: ¡idiota! (Molesta) ya estoy harta de esto y lo mejor será firmar el estúpido papelito que nos separe

El Último Suspiro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora