XII. Sembrando intriga

1.3K 96 14
                                    

*Hola. He leído sus comentarios... tampoco me agrada Julio en esta parte de la historia pero ¿qué le hacemos? Era parte de la vida de María y había que respetar eso. Un nuevo capítulo con complicaciones.*

DISFRUTEN SU LECTURA...

J: buenas tardes (serio) María, ¿podemos hablar a solas?

Esteban, Nicandro y Santiago se pusieron de pie muy serios y caminaron hasta Julio con clara intención de correrlo de ahí

E: fíjate que mi esposa no tiene por qué hablar contigo a solas (celoso) y tú no tienes nada que hacer aquí (colocando sus manos en la cintura) así que te pido que te vayas

N: ¿qué no escuchaste?

J: ¿usted qué demonios hace aquí? (Sorprendido) ¿y tú también qué haces aquí? (A Santiago)

N: te sorprende vernos con María ¿verdad?

Julio ignoró el comentario de Nicandro y volteó a mirar heladoramente a María, ella sólo tragó en seco y decidió parar esa discusión antes de que llegara más lejos

M: por favor, no comiencen una discusión

J: tenemos que hablar María (muy firme en sus palabras) ¿me regalas unos minutos?

M: sólo unos minutos Julio, vamos al despacho por favor

Julio se encaminó al despacho pero Esteban detuvo a María del brazo con un semblante bastante molesto

E: ¿es en serio María?

M: (nerviosa) mi amor por favor, déjame conversar con MI AMIGO (enfatizando lo último) no me voy a tardar

Esteban la soltó molesto y se dirigió al sillón junto con Nicandro y Santiago que tampoco estaban contentos con la situación, María suspiró y se encaminó al despacho, dejando un ambiente muy tenso en la sala

*Despacho*

María entró al despacho, cerró la puerta y observó seria a Julio quien la miraba frío y molesto, parecía que se iba a desatar una buena discusión entre ellos...

M: ¿qué haces aquí Julio?, ¿a qué viniste?

J: primero dime ¿qué demonios hacen Nicandro y Santiago aquí?, ¿dónde quedó tu palabra María?

M: por favor Julio, yo no los busqué y no tengo por qué darte ese tipo de explicaciones, que no se te olvide que son mi familia (seria)

J: ¡claro que tienes que darme explicaciones, hicimos un trato!

M: olvídate de eso, el tiempo ha pasado y no podemos seguir comportándonos como dos adolescentes (molesta)

J: ¡claro, claro! Para ti es muy fácil ¿no?, como siempre das la vuelta al asunto y terminas saliéndote con la tuya pero no será igual en esta ocasión (tomándola brusco de los brazos)

M: ¡suéltame, me lastimas, qué te sucede! (Empujándolo)

J: (se llevó las manos a la cabeza) ¡no sé qué me pasa!, últimamente no controlo mis actos igual que antes (caminando por el lugar)

M: ¿sigues medicado? (Preocupada)

J: sí, sigo medicado pero tengo miedo de que hayamos llegado al final del tratamiento (aturdido) de por sí, ambos sabemos que no toda la vida surtieron el efecto esperado y en ocasiones hice cosas que no debía

M: ¿cómo? (Desconcertada)

J: no, nada... no hagas caso de mis palabras, sólo contéstame una cosa ¿qué hacen Nicandro y Santiago aquí?

El Último Suspiro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora