Señorita Disney

Capítulo 10: "Buen apellido, mal nombre"

Observé fijamente al Director contar hasta diez, y suspirar fuertemente.

- Annika. - habló finalmente cruzándose de brazos y pareciendo realmente cansado. - La pizzería me ha demandado.

Fruncí mis labios, haciendo una rara mueca.

- El dueño de la pizzería habló conmigo ayer y...

- Eso es bueno. - lo interrumpí. - Es bueno que haya comunicación entre usted y los pizzeros. Mi mamá siempre dice que la comunicación es la fuerza de la sociedad. Y es que, ¿qué sería de nosotros sin la comunicación? Sin comunicación no podríamos comunicarnos, digo comunicarnos mediante la comunicación comunicativa y ...

"Hey Everybody, it's me, Mickey Mouse" - se escuchó el sonido de mi celular al recibir un mensaje.

Era Abril.

Para: Señorita Disney.
De: Abril, no mayo.

¡Burbuja!

Me pregunto cómo es que siempre sabe que no puedo parar de hablar... Digo, siempre está ahí para gritarme "¡Burbuja!".

Sonreí y me prometí mentalmente no volver a hablar sobre el tema de la comunicación.

- Según el jefe de la pizzería, habían otros chicos contigo en la "guerra de pizza", por lo tanto pienso que esos "chicos" no eran nada más ni nada menos que Abril Thompson, Zack Andersson y Ashton Stones. - se te olvidó mencionar al Sr. Amargado, amigo. - Así que ahora mismo los llamaré para que compartan el castigo contigo...

- No, espere... Yo hice todo esto sola. - mentí para protegerlos. - Ellos no tienen nada que ver.

El Director abrió sus ojos sorprendido. - ¿Estás segura, Annika? - preguntó entrecerrando los ojos.

- Segura, segura. - asentí con la cabeza. - ¿Y cuál será mi castigo? - pregunté.

El Director miró el horizonte durante varios minutos, analizando la situación.

- ¡No lo sé! - gritó de repente. - ¡Siempre que te doy un castigo terminas destruyendo mi preparatoria!

- Puede enviarme a limpiar los baños...

- La vez que te envié a hacer eso, hiciste que las tuberías explotaran. - asentí con una mueca, dándole la razón.

- ¿Y si me envía a podar el patio de la preparatoria? Esa es una buena idea. - sugerí.

- La vez que te envié a podar la preparatoria el patio quedó sin grama, Annika. ¡Prácticamente podaste toda la hierba, sólo dejaste la tierra y las piedras! - hice otra mueca.

- ¿Ayudar a las empleadas del comedor? - el director me miró mal. - Sí, ya sé. La vez que me envió a ayudar a las empleadas terminé incendiando la cocina. - él asintió.

- ¡No sé que haré contigo! ¡Para ti todo es un juego! ¡Lo único que te importa es divertirte! - gritó el hombre, y acto seguido, buscó en uno de los cajones de su escritorio y sacó un envase con pastillas. - Desde que llegaste a esta preparatoria tengo que tomar pastillas para los nervios. ¡Para los nervios! - exclamó tomando un vaso de agua.

- Director, todos tenemos un niño dentro... - intenté hacerlo recapacitar.

- ¡El problema es que tú tienes tres niños dentro de ti! - exclamó golpeando el escritorio con el vaso.

- ¿Insinúa que estoy embarazada de trillizos?

- ¿Qué?

- Usted dijo que...