Capítulo 15: "Bromista encubierto"

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Caminé por los pasillos de la preparatoria, mientras buscaba a mi objetivo:

Zack Anderson.

Y cuando al fin lo encontré, sonreí y corrí hasta él. Éste se encontraba sentado sobre el suelo, al parecer limpiando su patineta.

- ¡Zack! - exclamé, y él alzó la mirada.

- Annika. - sonrió.

- Necesito que me hagas un favor...

- Oh, no por favor... - dijo al ver mi sonrisa maliciosa. - ¿No te cansas de molestarlo?

- La verdad es que no. Además, esto formará parte de mi plan para convertirlo en un chico divertido. - dije encogiéndome de hombros.

- Él me matará, y luego te matará a ti. - dijo, pero lo vi sonreír justo antes de levantarse del suelo. - ¿Qué necesitas? - preguntó poniendo su brazo sobre mis hombros y comenzando a caminar.

- La contraseña para desbloquear su celular y su número de teléfono. - sonreí inocente.

Zack soltó una pequeña risa mientras negaba con la cabeza. - La contraseña es: "Odio-a-Annika", y este es su número de teléfono. - dijo mostrándome el número telefónico que tenía guardado en los contactos de su celular.

Copié toda la información en las notas de mi celular y sonreí.

- ¿En serio esa es su contraseña? - pregunté impactada.

- Así es. - respondió. - Annika. - dijo y lo miré. - No te pases de los límites.

Mi sonrisa se hizo muchísimo más amplia y Zack golpeó su frente con la palma de su mano.

(...)

- Profesor, ¿puedo ir al baño? - preguntó el Sr. Amargado.

Luego de un asentimiento por parte del profesor, Leopardo abandonó el aula.

Sonreí mentalmente, pues no quería levantar sospechas, y con movimientos sigilosos, abrí la mochila de Leopardo.

Quise dar un grito de emoción, pero me contuve, al encontrarme con mi gran objetivo:

Su. Celular.

Lo tomé en mis manos, como si fuese una especie en peligro de extinción, y con mis temblorosos dedos, tecleé la contraseña que me había dado Zack para desbloquear el aparato.

¿Cómo me podía odiar tanto para poner de contraseña las palabras: "Odio-a-Annika"?

Detalles.

Con la velocidad de Flash, descargué en su celular la canción "Libre soy" de la película "Frozen". Levanté la mirada para asegurarme de que nadie me observaba y continúe con mi labor.

Luego de varios segundos presionando teclas, logré poner como tono de llamada la canción que acababa de descargar, y una vez finalizada mi tarea, apagué su movil y lo dejé dentro de su mochila, justo dónde estaba antes de que yo lo cogiese.

Minutos más tardes él apareció nuevamente por el aula, y tomó asiento junto a mí.

Con la excusa de hacerle una pregunta al profesor, me levanté de mi asiento junto con mi cuaderno, cuaderno que ocultaba mi propio celular entre sus páginas.

Marqué el número telefónico que Zack me había dado y fingí una conversación con el profesor.

Fue entonces cuando la genial música llenó de alegría el aula.

"¡Libre soy, libre soy! ¡No puedo ocultarlo más!"

Todos los allí presentes me miraron fulminantes, por lo que alcé mis manos, y con una de ellas, les mostré mi celular, haciéndoles entender que no era de mi movil de dónde provenía la bonita canción.

Señorita DisneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora