Capítulo 21: "Nunca cambiará"

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- ¿Y a qué se debe el motivo de tu desagradable visita? - preguntó el director soltando un suspiro.

Lo miré mal y me senté en una de las sillas que habían en la oficina.

- Vengo a buscar el permiso para la excursión de mañana. - avisé encogiéndome de hombros. - Aún no me lo han dado. Cualquiera pensaría que quieren que no vaya.

- Ese era el plan...- murmuró el director entre dientes.

Lo fulminé con la mirada.

Luego de susurrar cientos de insultos hacia mi persona, me entregó el dichoso permiso.

- Tienes que estar aquí antes de las siete de la mañana, de lo contrario nos iremos sin ti. - dijo cruzándose de brazos.

- Claro, aquí estaré. - dije feliz, antes de abandonar su oficina.

Resulta que había una excursión para un circo que había venido de visita a Levonville, y como el director era tan generoso, había decidido ir con nosotros. Claro estaba que él no quería que yo fuera, pero ya nada podía hacer. Yo iría o de lo contrario la preparatoria ardería en llamas. Todo simple, todo sencillo.

Habían pasado dos semanas desde el incidente en el que mi enemigo y yo terminamos en el hospital. Luego de ser arrojada por las escaleras y casi terminar paralítica, yo me había vengado.

Él me había empujado por las escaleras y yo, bueno, yo...

Flashback

- ¿Se puede saber cómo rayos terminé amarrado a un pupitre? - preguntó el Sr. Amargado.

- No, no se puede saber. - respondí mientras ataba la silla dónde Leopardo yacía amarrado, a la puerta trasera del autobús escolar.

- ¡¿Se puede saber por qué estás atando el pupitre donde me encuentro a la puerta trasera del autobús?! - gritó en mi rostro con tono preocupado.

- Fácil. - me encogí de hombros. - Ya no hay espacio para ti dentro del autobús, así que tuve que añadir un asiento extra.

- Tengo auto, no necesito irme en el autobús. - puso los ojos en blanco.

- Pero, ¿acaso yo te pregunté?

- No pero... ¡Ah! No entiendo nada. ¿Ahora por qué estás haciendo esto? - gruñó el ogro.

- Es simple. Tú me lanzaste por las escaleras, yo casi muero. Ahora yo me vengaré, y esperaré a que casi mueras. - sonreí inocente. - Cuando el autobús se ponga en marcha, arrastrará la soga, esta a su vez arrastrará el pupitre y este, te arrastrara a ti. Así que darás un pequeño viaje por todas las calles de Levonville. ¿Entiendes o te hago un dibujito?

- ¡¿Qué?! ¡No puedes hacerme esto!

El autobús se encendió, y comenzó a moverse lentamente dirigiéndose a la salida de la preparatoria.

- ¡Oh! Pero si ya lo hice. - anuncié con una sonrisa.

- ¡ANNIKA!

- "Mantenga los brazos y las piernas dentro del carrito". - lo imité.

- ¡AHH!

El otro día, Leopardo había aparecido con varios moretones en su rostro y una mirada de muerte. El video de él siendo arrastrado por todas las calles de la comunidad mientras maldecía, ya circulaba por todas las redes sociales, y yo era feliz.

Muy, muy feliz.

Fin del Flashback.

Lo extraño de todo, era que ya había pasado un buen tiempo desde ese acontecimiento, y Leopardo aún no se había vengado.

Señorita DisneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora