Narra Annika:
- Vamos, acompáñame a cenar y hablaremos con mis padres. - dijo él tomándome de la mano. - No tienes que sentirte avergonzada.
Ciertamente lo estaba, esta era la primera vez que visitaba su casa y era para pedirle dinero.
Cruzamos varios inmensos pasillos, decorados elegantemente, hasta que llegamos a un enorme comedor. Una mesa rectangular en el centro del lugar, tenía sillas para diez personas y no estaba bromeando. Habían elegantes floreros por doquier, y una lujosa alfombra en el suelo.
- Mamá, papá, ella es Annika Scott. - habló Leonardo y me obligué a levantar la mirada y sonreír tímidamente para no parecer descortés.
- Oh querida, toma asiento.- dijo la mujer sonriendo inmensamente.
- Encantados de conocerte, Annika. - dijo el hombre. -Pensamos que no vendrías. Mi hijo me dijo que no aceptaste venir a cenar y sin embargo aquí estás.
- Sí... bueno, no. Su hijo no me dijo nada pero si lo hubiese hecho yo tampoco hubiese aceptado. Bueno aunque si otro hubiese sido el momento sí que lo habría hecho, es que yo...
- Permiso, - interrumpió la ama de llaves apareciendo junto a mí. - Acaba de llegar esta carta a la casa y dice que es para la señorita Scott.
Fruncí el ceño y la leí:
"¡Burbuja!"
Oh, gracias mi querida Abril.
- Lo siento. - me disculpe riendo nerviosa y ambos adultos me miraron con ternura.
- Iré a buscar unos platos para servirte. - dijo la mujer. - Espero que te guste el pollo asado, lo cociné con mi mejor receta. Puedo tener empleadas que cocinen y limpien la casa, pero prefiero hacerlo yo misma porque si no me aburro. - se alejó riendo.
(...)
Los próximos minutos los pasamos comiendo en silencio. Cuando Leonardo tomó mi mano, supe lo que vendría. Escuchar de la boca de Leonardo la historia de mi vida y de como perdería mi casa, fue un terrible golpe en el estomago. La mirada que ambos adultos se lanzaron mutuamente cuando él les dijo que por favor me ayudaran fue lo peor que pude presenciar.
—No nos tenías que preguntar si podíamos ayudarla, hijo. - habló el padre de Leonardo. - La respuesta es bastante obvia.
Iba a levantarme y marcharme de allí con la poca dignidad que me quedaba. Iba a resignarme a lo que el destino había elegido para mí, pero él volvió a hablar.
- Te ayudaremos, Annika. Será un gusto.
- Siempre estamos dispuestos a ayudar, y mucho más si es la novia de nuestro Leo la que necesita ayuda. - me sonrojé y me levanté de un salto.
Lloraba de alegría mirando a aquella familia que tenía tanto dinero como buenos sentimientos. Leonardo me rodeó con sus brazos. Una radiante sonrisa adornaba su rostro y sonreí aún más cuando unió su frente con la mía, brindándome todo el apoyo que necesitaba.
- Gracias. - sollocé entre risas - Les devolveré hasta el último centavo, lo juro.
Ellos asintieron, y me prometieron que mañana iniciarían todos los trámites necesarios para que el banco no se llevara mi casa.
(...)
Extrañamente mis padres me habían dado el permiso para quedarme a dormir en casa de Leonardo. Los había llamado para darle la buena noticia y ellos habían venido hasta la casa de mi príncipe para mostrar lo agradecidos que estaban.
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Señorita Disney
HumorAnnika Scott, mejor conocida como Señorita Disney. Definitivamente ama Disney. Bromista. Infantil. Habladora. Leonardo Jones, mejor conocido como Señor Amargado. Definitivamente no es un príncipe. Gruñón. Aguafiestas. Bromista encubierto. Annika...