Estoy en casa. Sola. Con una botella de Vodka. Tal vez dos. O tres.
Aaaaaargh. ¡Que asco! Me he quemado toda la garganta.
Mira que eres gilipollas. ¿Como coño se te ocurre beberte una botella en cinco tragos?
Soy una kamikaze
En (¿poco?) rato, el tiempo deja de tener sentido. ¿Han pasado segundos, minutos o horas?
No tengo ni idea. Pero me da iguaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal.
Llama a Dan
¿Lo llamo?
Llámale. Dile que le quieres. Die que aún te gusta.
Le invito a venir a casa?
Sí. Y te lo tiras.
Soy la puta ama.
Lo soy.
Claro que sí.
—¿Ivy?
—Daaaaaan. ¿Que quieres?
—Ivy. Estás borracha.
—Noooo. Pero cuéntame. Por que me has llamado.
—Dios, Ivy. Estás como una cuba.
—¿Por qué me llamas, guapetón?
—Me has llamado tú. Yo tan solo he respondido a tu llamada. ¿Lo entiendes?
—Nah. Vén a casaaaa. Y me lo cuentas mejor. Con más calma.
—No te muevas, ¿vale? No bebas más.
—Vale-¡HIP!
*CLICK*
¿Ha colgado?
Dan's POV
Salgo corriendo de mi casa. En otro contexto, como por ejemplo una cita, me pararía a ir al garaje y subiría en mi moto. Hoy no. Tengo a Ivy borracha en su casa. Como siga bebiendo le va a dar un puto coma etílico.
La casa de Ivy está a tan sólo unas manzanas de aquí. Si corro un poco podré llegar en unos 3 minutos.
¿Cuanto se tarda en acabar-se una botella de vodka? Oh, cielos, Ivy. Estás loca.
Ivy me abre la puerta de su casa. Pero después de que le pase la "patita" por la finísima abertura de puerta que ella misma ha ajustado. Parece que quería saber si era un lobo. E incluso me ha obligado a sacarme los zapatos y entregárselos como prueba de que no le mentiría. Como en los siete cabritillos. Realmente está muy borracha.
—¡Oh, no!—Exclama cuanto me ve la cara al entrar.—Si es peor que un lobo feroooooz. Es Daaaaan.
Y ya tenemos a Ivy tumbada en el suelo.
Mierda, joder. Reacciona, imbécil. Tienes a tu amiga en el suelo!
Bajo las escaleras de tres en tres, de cuatro en cuatro. No lo sé.
Si no recuerdo mal el teléfono estaba en la planta de arriba de su casa.
Algo me obliga a bajar. El ruido de cristales rotos.
Se me cae el alma a los pies cuando me encuentro con el panorama. Ivy ha roto (por lo menos) tres botellas de Vodka y está rompiendo otra. Las ha conducido con ayuda de una escoba hasta las escaleras. Y hasta se ha tomad la molestia de apartar algunos muebles de al lado de la escalera.
¿Para qué?
Tan pronto cómo me hago la pregunta ella misma me da la respuesta: saca dos botellas más de vodka y abre una de ellas.
Mierda, joder.
—Ivy.
Después de dar un largo trago de esa mierda responde.
—¿Qué qu-ier...?
—No creo que esto sea una buena idea.
—Y tanto que ... L-Lo éeess.
—No. No es buena idea. ¿Así que vas a darme la escoba para que pueda apartar los cristales y te pueda ayudar?
—Sí...
—¿Sí?— Estoy flipando.
—Cua-ndo me. Hhhaya acabado estas dos.— Me suelta con un intento de sonrisa burlona.
A la mierda los cristales. Doy un salto que tendría que alargar como para pasar de largo esos metros de cristales.
Decir que lo consigo por un pelo es quedarse muy corto.
Ivy parece avergonzada. Y se hecha a llorar. No sé si por arrepentimiento o porque su plan ha fallado.
Tengo a Ivy en cama, durmiendo. Le doy un beso en la frente y le pongo un vaso de agua en la mesilla de noche. Y me voy.
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NEGANDO //Trilogía: No caeré//
Teen FictionHace 3 años que me perdió. Me olvidó. Intenté retomar conversa. Hablar... Dicen que le deje ir ya, que ha cambiado. Mientras yo iba perdiendo popularidad él la estaba ganando a una velocidad sorprendente. Hasta que llegó la señor...