Videollamada de "HelensitahhUnikorniaaah"
Vaya, así que no se ha olvidado de mí.
Presiono levemente la pantalla de mi móvil y en ella, aparece una sonrisa dulce una mirada muy familiar.
—¡¡¡Heleeen!!!
—¡¡¡Ivyyy!!!
—Vaya, creí que mi mejor amiga se había olvidado de mí.
—¿Cómo iba a hacerlo? ¿Estamos locas o que?
— Sí, supongo que un poco sí, ¿no?
— Pero me mola esta locura.
—¿Te leíste el libro que te recomendé?
—Cuando no hay dinero...
—¡¡¡No hay dinero wé!!!—Reí acabándole la frase. Aunque sabía que no era el dinero lo que le impedía a Hel comprarse el libro.
—De veras lo siento. Me matan las ganas de leer ese estúpido libro, pero no sé encajar la idea de que el puto dependiente de La Casa del Libr me snría amablemente cuando le suelte la pasta sin reprimir las ganas de soltarle un bofetón.— Decido que es mejor ignorar sus cambios de humor repentinos, porque eso sería psicología barata, y esa mierda nos revienta a las dos.
—Te mandaré el PDF de "El año que el mundo se vino abajo".
—¿Crees que de verdad me sentiré identificada?— Dice calmándose un poco. Está tratando de no soltar ninguna lágrima.
—Puess... Si, la verdad.— Supuse que a Helen le iría bien superar la pérdida de su madre con ese libro. Casi parecía que Clare Furniss se hubiera inspirado en su caso para escribirlo. No quería pasarle el PDF de un estúpido libro de autoayuda. Le quería pasar el PDF de algo que se pareciera a su situación. De algo que le hiciera sentir que no era la única que se sentía así. Que había más gente de la que ella creía a su lado. Y Clare Furniss parecía capaz de relatar la situación de Hel en tan solo 256 páginas. Justo lo que yo necesitaba para animar a mi única y mejor amiga.
—Como me sueltes el rollo de que pensase en mi mientras lo leías te mato.— Soltó tratando de simular una risa.
— Tranquila, más bien pensé en ese libro cuando me lo contaste todo.
— Eres la mejor amiga del mundo.
—Y la única que tienes.— Bromeo, de ben humor.
—Oh, ¡¡venga ya!! Habló miss popularidad.— Responde haciéndome una exagerada ovación con las manos, y arrodillándose en su cama, con la cabeza baja.
— Te mataría si los viajes en avión no fueran tan caros.— Me río.
— Lo mismo digo zanahoria.— Se refiere a mi color de pelo. Así que le enseño la lengua con descaro. De repente se gira en dirección a la puerta de su habitación y me suelta— Lo siento, debo ir a comer.
— Tranquila, hablamos luego.
Y se termina la videollamada.
Sinceramente, no sé que haría si Helen en mi vida.
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NEGANDO //Trilogía: No caeré//
Novela JuvenilHace 3 años que me perdió. Me olvidó. Intenté retomar conversa. Hablar... Dicen que le deje ir ya, que ha cambiado. Mientras yo iba perdiendo popularidad él la estaba ganando a una velocidad sorprendente. Hasta que llegó la señor...