El Favor

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Varios días habían pasado desde que Connor hablo con Nahimana en la cueva donde se refugiaron del temporal.

Estaba ya anocheciendo cuando Connor volvió a la hacienda de una de sus misiones y allí estaba ella, no sabía como había llegado al lugar donde el vivía.

Connor aligeró el paso al verla, no sabía porque pero quería estar cerca de ella.

-- Hola Nahimana, ¿cómo has sabido donde vivo? -- le pregunto Connor curioso.

-- Un dia te seguí pero eso ahora no importa, me dijiste que me devías un favor, ¿no?

-- Sí te lo dije y lo sigo manteniendo, ¿es que ocurre algo?

-- Sí, necesito que me ayudes -- le dijo la joven.

Connor pasó por delante suya y abrió la puerta de la hacienda al mismo tiempo que le hacia un gesto a la joven para que entrara primero. Una vez dentro el indígena le ofreció asiento a Nahimana pero esta se lo negó.

-- No, gracias solo vengo para cobrarte el favor -- dijo con voz firme y decidida.

-- Y te ayudare en lo que sea dime, ¿de que se trata?

-- Veras, hay un artefacto de cristal llamado Fruto del Edén, este Fruto lo hemos estado ocultando para que no caiga en manos equivocadas. Cada cierto período de tiempo las aldeas nativas nos lo turnabamos para ocultarlo y mantenerlo protegido. Mi aldea fue ... -- la chica se calló y miró hacia otro lado por un momento, en ese momento Connor se dio cuenta de que ella también había sufrido por sus tierras como él, pero Nahimana continuó -- mi aldea fue devastada por los casacas, querían quedarse con todo lo nuestro, así que para que ellos no encontraran el fruto me dirigí rápidamente a donde estaba y lo oculte yo misma en otro lugar. Ayer me dispuse a volver a cambiarlo de sitio para estar más segura de que no le siguen la pista pero ...

-- Pero no estaba donde tu lo dejaste, ¿me equivoco? -- Connor terminó la frase por ella.

-- Así es -- asintió la chica con tono de amargura --

-- Y quieres que te ayude a buscarlo, ¿cierto?

-- A buscarlo no, quiero que me ayudes a recuperarlo -- dijo mirando a sus oscuros ojos marrones.

-- ¿Entonces sabes donde esta en este momento? -- le preguntó el joven curioso.

-- Si esta en el fuerte oeste, el que está cerca de Boston, los soldados lo buscaban y lo encontraron -- dijo la chica con voz asqueada.

-- Entonces quieres que te ayude a colarnos en el fuerte, que estará minado de soldados, para recuperar el Fruto, ¿no?

-- Dicho así parece un plan suicida -- la chica esbozo una pequeña sonrisa -- pero sí es lo que quiero.

Connor se quedó mirandola callado, era hermosa cuando sonreía aunque su sonrisa fue pequeña, el joven se movió por la habitación hasta ponerse junto a la chimenea, mirando el fuego fijamente, esto le hizo recordar a su madre, el día que la perdió, y miró rapidamente hacia otro lado.

-- Te ayudare, cuenta con ello, los casacas no se saldrán con la suya, esta vez no.

Al decir esas palabras la chica se le quedó mirando perpleja, ¿esta vez? ¿es que los soldados ya le habían hecho algo? por supuesto que sí pensó la joven, es nativo, también le habrán saqueado su aldea, los soldados no tenían miramiento por nada, no les importaban que hubieran mujeres, niños o ancianos indefensos, los miraban con superioridad como si no tuvieran ni derecho a existir.

-- Mañana vendré al anochecer y entraremos en el fuerte. -- le decía la chica dirigiéndose hacia la puerta, se quedó parada en el marco y miró a Connor -- nos vemos mañana Ratonhnhaké:ton 

Dicho esto la joven se fue, Connor se quedó mirando hacia la puerta donde esta había estado, hacia tiempo que nadie le llamaba por su nombre original debido a su difícil pronunciación, se acostumbró a que se dirigieran a el por Connor, pero le encantaba cuando Nahimana lo llamaba por el nombre que le dio su madre.

Connor se dirigió hacia su habitación, debía descansar, mañana sería un largo día, pero era feliz por el simple hecho de que volvería a ver a Nahimana.

Memories of DavenportDonde viven las historias. Descúbrelo ahora