En busca del Fruto

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Después de haber hablado con su padre y haberle contado todo lo que había vivido, verdaderamente y no esa realidad en la que estaba atrapado, se había sentido como si se hubiera quitado un gran peso que cargaba desde que lo despertado su madre, gracias a hablar con él también había podido poner en orden sus pensamientos y así llegar a la conclusión de que tal vez todo esto que estaba viviendo era por causa del Fruto, así que decidió ir de nuevo a la tribu de Nahimana.

Connor sentía pánico, no había vuelto a tener ese sentimiento desde que vio a su madre envuelta por las llamas, no sabía cómo reaccionaría Nahimana cuando se lo contara todo, y si lo intentara matarlo otra vez o tal vez también podría tomárselo a bien si sabía el funcionamiento del Fruto ... pero esa última idea no parecía convencer mucho a Connor él estaba completamente seguro de que en el momento que mencionara el nombre del Fruto lo atacaría sin pensárselo dos veces.

Era más de media noche y el joven asesino estaba allí, subido a un árbol con la mirada fija en la tribu de la joven, sus murallas estaban construidas por fuertes y altos troncos atados unos a otros con cuerdas, a simple vista se veía como si con solo un golpe se cayeran pero la verdad era que el muro podría aguantar bastante bien un ataque. La entrada no disponía de puerta, esta estaba vigilada por dos guardias por el día y cuatro por la noche, más los vigilantes que se paseaban dentro de la aldea, toda la tribu estaba rodeada por los árboles del bosque, pensó en subirse a un árbol y entrar sin que nadie lo viera hasta encontrar a Nahimana y hablar con ella, pero eso solo levantaría más sospecha en contra de él así que decidió que al amanecer entraría como entró el día que fue para vender las pieles.

A la mañana siguienteConnor se dispuso a dirigirse la tribu de la joven, de camino a la aldea vio no muy lejos de esta un grupo de casacas rondando por aquellos lugares, era raro ver casacas en el interior del bosque, algo malo estarían planeando pensó Connor.

A pocos pasos ya de la entrada de la aldea habían dos guardias, uno era delgadoy alto con el pelo casi por la cintura recogido en una larga trenza, el otro era mucho más robusto y más bajo que su compañero, este tenía casi toda la cabeza rapada ecepto por la cola de caballo que tenía a un lado, ambos tenía el torso al descubierto y en el conturón que rodeaba sus cinturas tenían una hacha a parte de las largas lanzas que sostenían, los dos guadias levantaron sus armas y le cortaron el paso a Connor

-- ¿Qué vienes a hacer aquí? -- le preguntó el guardia de la cabeza rapada

-- Solo quiero hablar con una persona que vive en esta aldea, no vengo a nada más -- contestó el joven sinceramente, los dos guardias se quedaron mirandose mutuamente, luego el más delgado le volvió a preguntar

-- ¿y podemos saber a quién buscas, amigo?

-- A Nahimana, se que está aquí porque la última vez que vine la vi -- el guardia de la cabeza rapada se quedó mirando a Connor con curiosidad unos segundos hasta que continuó hablando

-- Ya me acuerdo de tí, eres el chico que vino a vender pieles y que Nahimana hechó ... y dime si ella te hechó de la aldea, ¿por qué deberiasmos de dejarte pasar ahora? -- le contestó vacilante a Connor

-- Es muy importante que hable con ella, por favor dejadme entrar -- le volvió a pedir Connor

-- No se, ¿qué deberíamos hacer, Kato? -- le preguntó a su compañero sin quitar la mirada de Connor, pero a Kato no le dio tiempo de contestarle a su compañero, tras terminar de formular la pregunta el sonido cortante de un rifle cortó el silencio del bosque y Kato cayó al suelo con un disparo en el pecho, su compañero palideció y entró en la aldea dando la voz de alarma, la aldea entró en revuelo pero cada uno en ella sabía perfectamente que hacer en este tipo de situaciones.

Connor en la entrada todavía se apresuró hacía dentro dando gracias de no ser él el blanco de quien disparó el arma, una vez dentro Connor comenzó a buscar a la joven aunque dadas las circunstacias no le iba a suponer una tarea fácil. El joven se dispuso a dirigirse donde vio el Fruto la vez que vino, el refuerzo allí sería mayor y puede que Nahimana estubiera allí.

Cuando comenzo a correr hacia la caseta donde vio el Fruto un casaca se dispuso a atacarle por la espalda, Connor se percató de ello, acto seguido se dio la vuelta activando su hoja oculta cogió al guardia por sorpresa y le paso la hija por la garganta matandolo en el acto, Connor dejó que cayera al suelo y siguió corriendo.

Ya veía donde se hubicaba la caseta y como pensó el número de guardias alli era mayor debido a la importancia de lo que ocultaba, y allí estaba ella, Connor sintió un gran alivio al verla aunque Nahimana no se acordara de él.

La joven estaba luchando contra dos casacas, pero no se percató de que otro más se estaba preparando para atacarla por la espalda, a Connor se le heló la sangre al ver al casaca y corrió hacia este con el hacha en la mano, Nahimana lo vió de venir y se sorprendió de verlo, Connor pasó por su lado quedando tras ella y le hundiendó el hacha en el pecho al casaca haciendo que cayera hacia atrás impulsado por el fuerte golpe de Connor. Nahimana acabó con los dos que le estaba atacando, juntos siguienron luchando por unos minutos más hasta que uno de los casacas gritó retirada y los que quedaban huyeron de la aldea.

Cuando los casacas abandonaron la aldea, Nahimana fue directamente hacia Connor, este no sabía decir que era lo que pensaba la chica mientras se dirigía hacia él, pues su cara era una mezcla de enfado y confusión

-- ¿Qué haces aquí otra vez y por qué nos has ayudado? -- le exigió con voz fría y autoritaria

-- He vuelto porque necesitaba hablar contigo de algo muy importante, mientras estaba en la entrada hablando con los dos guardias uno cayó al suelo con una bala en el pecho y el otro dió la voz de alarma, se lo que es que los casacas ataquen tu aldea y decidí ayudar sin buscar nada a cambio, solo quiero hablar contigo, que es a lo que he venido -- se explicó Connor

-- No tengo nada de qué hablar contigo, no te conozco de nada -- dijo mientras se daba la vuelta para irse, las palabras de la joven resonaron en la cabeza de Connor, era curioso como esas palabras le habían causado más dolor que una herida de espada o bala.

-- Por favor espera Nahimana -- le dijo mientras la agarraba del brazo y la hacía mirarlo, la joven con el ceño fruncido miró a Connor a los ojos y poco a poco fue alzando sus cejas, en los ojos de Connor encontró tristeza y desesperación -- necesito hablar contigo -- le volvió a repetir el joven soltandole el brazo

-- Está bien, hablaré contigo -- le respondió la joven.

Memories of DavenportDonde viven las historias. Descúbrelo ahora