El poder del Fruto

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Cuando Nahimana despertó a la mañana siguiente vio que Connor no estaba en la habitación, tal vez estubiera de misión como siempre pensó la joven.

Se quedó quieta en la cama mirando al techo recordando lo que había pasado la noche anterior, no sabía porqué le había contado a Connor todo su pasado, era la primera persona en mucho tiempo con la que sinceraba y le contaba todo lo que había sufrido, y despues de eso le besó, no sabía muy bien como había pasado pero pasó.

La joven se levantó apoyando su peso en su brazo sano, el otro aún le dolía como para poder moverlo, cuando se sentó en la cama se oyó alguien llamar a la puerta, acto seguido se abrió y allí estaba Connor, a Nahimana le dió un vuelco el corazón, no sabía como reaccionar, nunca había vivído esa situación, para la chica era más fácil luchar que hablar de lo que sentía.

-- Creía que todavía estabas dormida, te he traido algo para desayunar -- dijo el muchacho con la mirada fija en la bandeja, Nahimana se dio cuenta de que las mejillas de Connor estaban ruborizadas, ella lo comprendia muy bien pues estaba igual que él.

-- Gracias Ratonhnhaké:ton, no tenías porqué molestarte -- dijo la chica mirandolo con una pequeña sonrisa amable, hacía años que no sonreía, desde que su aldea fue arrasada ...

-- No tienes nada que agradecer -- Connor miró hacia la chica pensando que no lo miraba y allí estaban, sus grandes ojos marrones mirandolo fijamente, el joven sintió como su corazón se aceleraba y sus mejillas ardían -- ¿Cómo estás? -- se apresuró a decir.

-- Mejor ... creo, me sigue doliento bastante para moverlo -- le respondió Nahimana mirandose la herida, Connor se dispuso a cruzar la habitación hacia la silla junto a la cama, donde depositó la bandeja con el desayuno para la joven.

-- No hace falta que te vayas hoy ... puedes quedarte todo el tiempo que necesites para que tu brazo sane del todo -- le ofreció Connor.

-- Gracias de nuevo Ratonhnhaké:ton, pero no quiero ser una molestia, además tengo que volver a esconder el fruto y esta vez me aseguraré de que nadie lo encuentre.

-- No es molestia, con el brazo así no podrás luchar si un soldado te ataca, quiero estar seguro de que te vas de aquí en condiciones y no herida como estás -- dijo Connor en tono serio y autoritario.

-- Está bien me quedare hasta que pueda moverlo pero el Fruto ...

-- Mientras estes en estas condiciones yo me encargaré del Fruto, no te preocupes por eso -- esta vez su tono era más suave, ella sentía que podía confiar en él.

-- Vale Ratonhnhaké:ton, seré sincera contigo -- cuando dijo eso Connor la miraba perplejo -- nunca he confiado en nadie, siempre me he valido por mí mísma sin fiarme de nadie, desde lo que le pasó a mi aldea ... pero no se porqué siento que en tí es distinto -- la joven se levantó de la cama y se puso justo en frente de él, mirandole fijamente a los ojos, esos ojos tristes que no habían sido felices en mucho tiempo -- lo que quiero decir es que en tí confiaría hasta mi vida.

Cuando acabó esas palabras Connor la miraba sin saber que decirle, él iba a misiones y la gente dependía de ellas pero nadie estaba muy convencido de que haría lo correcto para salvarlos o ayudarlos, su corazón se conmovió por aquello, era extraño como una joven que apenas conocía le causaba tan gran sentimiento.

-- ¿Sabes qué? ... yo pienso lo mismo -- cuando el joven terminó de decir esas palabras se agachó un poco ya que era más alto que ella, puso su mano bajo la barbilla de la joven para levantarle la cara y la volvió a besar, un beso lento y tierno y la joven le devolvió el beso.

Cuando se separaron se quedaron frente con frente, Nahimana notaba el aliento de Connor en sus mejillas, se podrían quedar todo el día así, en ese momento no existía nada más aparte de ellos dos.

-- Todo esto es nuevo para mí -- dijo Connor -- nunca he sentido algo así por nadie y ... la verdad ... no quiero dejar de sentirlo, me gusta estar contigo, Nahimana -- la joven apartó su frente de la de Connor y se le quedó mirando fijamente, a Connor se le heló la sangre, pensó que había metido la pata por haber dicho eso pero para su sorpresa no fue así, la chica lo atrajo hacia sí agarrandolo por la túnica y le dió un beso corto, Connor se quedó mirandola confuso

-- Sé como te sientes ... yo siento lo mismo -- dijo mientras apartaba la vista y miraba hacia abajo, Connor aprovecho y besó su cabeza

-- Tomate el desayuno y recuperate pronto, no me gusta verte así, y por el Fruto no te preocupes yo lo tendré.

-- Ratonhnhaké:ton hay algo que no te he dicho del Fruto, es mejor que no lo tengas tanto tiempo cerca, es como si se aprovechara de la pesona que tiene al lado, por eso lo ocultabamos, para que nadie lo cogiera o que el Fruto no le hiciera daño a nadie.

-- Esta bien, gracias por decirmelo y no te preocupes, estaré bien -- le dijo con una pequeña sonrisa pintada en la cara, Connor se dirigió hacia la puerta y salió de la habitación.

El día ya había llegado a su fin, Connor, que venía de ver como seguia Nahimana, entró en su cuarto y se hecho en la cama, tenía la cajita del Fruto en el escritorio de su habitación y tenía pensado esconderlo al día siguiente. En el momento que se relajo en la cama, el sueño le pudo y se sumergió en el.

-- ¡Ratonhnhaké:ton despierta! ¿no decías que querías ir hoy a cazar conmigo? -- dijo una voz femenina haciendo que Connor despertara, cuando abrió los ojos pensó que todavía no había despertado, era imposible ... no podía ser ella ... ella estaba muerta ... pensó el joven

-- ¿Madre? ... ¿pero cómo ...? -- Connor se levantó rápidamente y se le quedó mirando, era ella, por imposible que pareciera, era Ziio, su madre. Connor no se lo podía creer y avanzó ligero hacia ella para abrazarla, Ziio se quedó perpleja

-- Ratonhnhaké:ton ¿que te ocurre? -- le dijo la madre devolviendole el abrazó.

-- Creí que te había perdido y aquí estas de nuevo junto a mí -- dijo el joven con la cara en el hombro de su madre.

-- ¿perdido? ¿estás bien hijo?

-- Nunca he estado mejor, madre. Me alegró de verte.

-- ¿Que te alegras de verla? si la viste anoche antes de dormirte -- dijo una voz varonil con tono de risa a su espalda, Connor reconoció esa voz al instante, nunca la podría olvidar, se dió la vuelta y allí estaba el, lo que Connor sospechaba era cierto, era la voz de su padre.

Memories of DavenportDonde viven las historias. Descúbrelo ahora