CAPÍTULO XII

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Un rayo de luz natural penetra con rudeza mis ojos haciendo que los abra al instante, trato de mover mis piernas, pero al hacer el intento siento como mi cuerpo pide agritos quedar en cama, viene a mi mente lo que sucedió la noche anterior y trato de mover los músculos de mi ano para comprobar de que no haya sido un sueño.

-Oh Dios mío, no fue un puto sueño. -.Se me salen estas palabras pero en tono de susurro.

Me incorporo y al frotarme los ojos noto que estoy en el piso. ¿Qué carajos ha sucedido? No encuentro la forma de ponerme de pie, pero como soy considerablemente alto logro ver si hay alguien en cama, noto esa mirada intensa puestas en mis ojos y un recorrido de nervios empieza desde mis ojos hasta el final de mi cuerpo. Me lanzo al piso, sin saberlo me golpeo la cabeza al caer.

-Te vi Legend, no seas estúpido, párate y bésame. -.una voz a lo lejos se escuchó juguetona y autoritaria. Me incorporo al instante, no sé cómo desapareció el dolor. Me pongo de pie y mi mirada está recorriendo ese cuerpo tan espectacular que se encuentra bajo mí, su cuerpo estaba sobre su espalada con la mano derecha bajo u cabeza y la mano izquierda hacía círculos en sus bolas, sus ojos eran tan intensos que me daba miedo mirarlo fijamente, en su pezón izquierdo cargaba una pieza de metal que le atravesaba el mismo. No entiendo cómo rayos no me había dado cuenta de que cargaba un piercing en el pezón, bueno creo que él se dio cuenta de que también cargo uno en el frenillo superior.

Su sonrisa hace una combinación perfecta con sus ojos, mis pensamientos hacen un stop y recordó que si él estaba desnudo lo más seguro era que yo también lo estuviese, bajé mis ojos a mi cuerpo y lo recorrí, al instante llevo mis manos a mi miembro cubriéndolo de toda vista. Mientras me pongo colorado.

-¿Qué intentas hacer? Ya he visto todo, no veo la ciencia a que te tapes, ¿ves esto?, esto también lo has visto tú. -.Dijo agarrando su miembro y sacudiendo de arriba abajo, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Al terminar de hacerlo cayó en risas y se puso de rodillas, tomándome por los hombros y halándome a él, me depositó un suave beso en los labios, di paso a su lengua e hicimos de este momento una perfección.

Con la fuerza que tenía este hombre, con esa misma me tumbó a la cama y se subió encima de mí, notando como crecía su miembro en mi vientre al tener este ahí, el mío empezó a aumentar de tamaño, considerablemente.

Se acerca a mi cuello y traza líneas con su lengua, haciendo que mi vientre se contraiga y empiece a hacer visible mi excitación con mi líquido pre-seminal, al notar que su abdomen es humedecido por mí hace una sonrisa maliciosa y estira su brazo hasta mi miembro y hace círculos con sus dedos en mi glande con la lubricación que yo mismo fabriqué, al sentir este cosquilleo rujo en su cuello, haciendo suaves embestidas y chocando con su miembro que se estaba empezando a lubricar también. Sacó sus dedos de ahí y pasó su dedo índice por mi labio inferior, dejando este brillando a causa de aquel líquido, el resto lo pone en su boca y chupa con gran pasión, al terminar de hacerlo se dirige a mis labios y pasa su lengua por mi labio superior y absorbe el líquido que había dejado en el labio inferior, con un beso rudo, acto seguido clava sus colmillos en mi labio inferior haciendo que este sangre.

-¿Qué te sucede? -.Me incorporo y le doy un gran empujón, su rostro se quedó perplejo ante mi actuación.

-Pe... pensé que no te molestaría.

-Pues sí lo hizo. -.Respondo tocando mi labio y mirando mis manos como estaban un poco manchadas con sangre.

Se pone de rodillas frente a mí, toma mi rostro con la mano izquierda y con su mano derecha toma la mitad de su miembro y lo introduce en mi boca haciendo tres embestidas y al instante su miembro palpitaba tanto como mi corazón en ese momento esparciendo su líquido dentro de mi boca, al sentirlo tan caliente y espeso, lo trago rápidamente y mi rostro se puso pálido. Al terminar de tragar me incorporo también.

-¿Por qué carajos hiciste eso? ¿Y cómo es posible que hayas eyaculado tan rápido? ¿Y por qué lo metiste en mi boca así sin avisar?, casi me ahogas, no estaba preparado para eso, no supe qué hacer con eso en mi boca. –Hiciste lo correcto amor.

Eduardo se separa de mí cayendo en la cama sobre su espalda masajeando su pene y pasando las sensaciones postorgásmicas, saliendo tan solo gotas de semen de su glande. Aún estoy anonado con lo que acaba de suceder.

-¿Ahora que se supone que haga yo? ¿Esperar a que termines de disfrutar tu momento?

-Bien dicho, para ti debe ser fenomenal ver como estoy tan exhausto, todo esto lo has logrado tú. Ahora vámonos y guarda esa erección que tienes ahí, al igual que esa gran cantidad de semen que guardas. Todo eso será liberado, todo a su debido tiempo.

Después de ambos estar duchados y vestidos decidimos salir a trabajar, recordando que ayer no había ido y no cargaba ropa adecuada para asistir hoy. Pues cargaba ropa que le pertenecía a él.

Nos introdujimos en el tráfico y a cada instante sentía como sus labios masajeaban mi cuello, no sabía si sentirme excitado o con temor de que fuésemos a chocar con alguien.

Al llegar bajamos del auto y se encontraban la mayoría de las personas en la entrada, percatándose de que yo estaba en tal auto, al salir todos se quedaron con la mirada fija en nosotros, me puse helado a tal escena, mientras Eduardo estacionaba el auto yo lo esperaba observando el piso sin más nada que hacer, al terminar se acercó a mí y tomó mi mano, me liberé de ella lo más rápido que pude, fue un intento fallido, porque sin lograrlo la atrapó nuevamente y esta vez, para que no me soltara. Lo miro a los ojos y me fulmina con la mirada.

-Por favor, esto no es necesario, aún no es nada formal, no estoy preparado para esto, por amor a Dios, suéltame. -.Con tono de súplica.

-No hagas que te castigue, ahora dime ¿quieres ser mi novio? -.Caray, no supe que hacer, todo mi alrededor ha desaparecido y solo estamos él y yo, sin más nadie en nuestro contorno. –Esta es la parte en la que respondes, así que, hazlo.

-No sé qué decir, ¿no podía ser en un momento más apropiado? -.Las personas siguen observándonos, pero obviamente no escuchan nada, solo ven que estamos muy cercanos y tomados de la mano. Dios mío, está Ana, válgame Dios.

-George, por favor, no me hagas esto.

-No sé preguntas eso, no quiero responderlo, quiero preguntarlo. Eduardo, quiero ser tu novio, ¿tú quieres ser mi novio? -.Estas palaras salen de mis labios observando nuestras manos entrelazadas. Su mano toca mi barbilla y la levanta para que mire a sus ojos tan perfectos y su espectacular sonrisa. Se aproxima mí y me da un beso en la frente y me abraza, tengo tantas ganas de llorar, luego desciende y me da un beso en los labios y entre el beso susurra.

-Quiero estar contigo si tú quieres estar conmigo, sí, quiero ser tu novio, soy adicto a ti, a tu cuerpo, a tu ser, a tus palabras, a tu aroma, es inútil tratar de alejarme de ti.

-Pues, no lo hagas.

-No lo haré, novio. -.Se separa de mí, mira mi rostro y me hala a él, dándome un abrazo. Toma mi mano y nos dirigimos a la entrada, siendo el centro de atención, no soy capaz de mirar a nadie, solo observo el piso, pero al intentar levantar la mirada lo primero que veo es el rostro de Harold, su rostro denota seriedad, nada más.

Miro el rostro de Eduardo quien sonríe a tal actitud del hombre que está en frente de nosotros.

-Saluda, es tu SexCall. -.Su sonrisa es odiosa.

-¿Te quieres ya callar?

Al llegar al pasillo principal, Eduardo se aleja de mí, pues aquí adentro están terminantemente prohibidas las manifestaciones afectivas. Llama el ascensor y al retirarse guiña su ojo izquierdo y lanza un beso en dirección a mí, me sonrojo. Me dirijo a mi oficina y me lanzo en mi silla con un suspiro largo. ¿qué voy a hacer con mi vida? 

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