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Caminé como de costumbre hacia el templo que yo habituaba y con discreción entré; sin previo aviso hice lo mismo con la oficina de Taehyung y una sonrisa incómoda se hizo presente en mi rostro al chocar nuevamente con el chico alto de hacia algunas semanas.

-Disculpa -dije sincero pero con una evidente falta de interés en mi voz-.

-No es nada -contestó sonriente aquel chico-. Nos vemos luego, Hyung -espetó hacia el más alto de los presentes dedicándole un ademán; seguidamente se perdió en el largo pasillo-.

Me adentré finalmente a la pulcra habitación y cerré la puerta tras de mí.

-Hola, Yoongi -dijo él mientras tomaba asiento. Imité esa acción-. ¿Qué te trae por aquí?

Rodé los ojos con impaciencia.

-¿Cuándo será el bendito día en que me llames "Hyung" como es debido? -murmuré, cruzándome de brazos y arqueando una ceja-.

Taehyung rió en respuesta y como de costumbre sonreí ante eso; su risa era muy bonita. Era infantil y masculina, pero más que nada era verdadera.

Y esa era una de las razones principales por las cuales yo gustaba de Taehyung; vivimos en una sociedad llena de hipocresías y engaños, por lo tanto es difícil encontrar a alguien puro de corazón como él.
La codicia se apoderó de mí cuando vi por primera vez a ese católico de apellido Kim; ansié tener a alguien tan transparente, tan real, tan verdadero, tan honesto y tan inocente como Taehyung se había mostrado hasta ahora, definitivamente deseaba a alguien así a mi lado, y eso era algo que había querido desde pequeño.

-Ya veremos...-murmuró con voz seductora, alejándome de mis propios pensamientos. Se removió en su lugar y prosiguió-. Bien, ¿cuál es la pregunta del día?

Mordí mi labio inferior con discreción y sonreí divertido.

-Quisiera saber como se llama ese chiquillo que ronda por su oficina, Señor Kim.

Taehyung frunció el ceño divertido y se levantó de su asiento.

-¿Acaso está celoso, Señor Min?

-Tal vez -mascullé-. Pero quiero que respondas.

Taehyung sonrió y dió pequeños pasos hacia donde yo estaba.

-Es un amigo. Cantaré con él en la próxima Misa de la Primera Comunión. Ya sabes, los coros y eso.

Fruncí mis labios, estaba un poco celoso, lo acepto. Pero sólo un poco.

Sin darle mucha importancia, Taehyung apoyó sus manos vagamente por el respaldo de la silla en la que yo yacía sentado, quedando frente a mí, con su rostro bastante cerca del mío.

-No me dijiste su nombre.

-Tal vez no quiero decírtelo -dijo con una sonrisa ladina plasmada en su rostro-.

-¿Y qué quieres entonces? -dije impaciente-.

-Esto.

Y un fugaz pero tierno beso fue depositado en mi mejilla, causando un breve ardor en éstas y un gran cosquilleo en mi estómago.

Taehyung sonrió después de tal acción por su parte y yo también lo hice; el contrario me rodeó, se posicionó detrás del asiento y pasó ambos brazos alrededor de mí cuello cariñosamente.

-Se llama Jungkook, pero yo lo llamo Kookie~ -murmuró melodiosamente con sus labios cerca de mi cuello-. Es un buen chico.

-Al final sí me dijiste su nombre.

-Sólo buscaba una excusa para darte un beso.

Sonreí nuevamente y medité unos segundos la respuesta.

-Puedes besarme cuando y donde quieras. Con o sin excusa, Tae.

Éste frotó su mejilla con la mía cariñosamente y sentí como su aura irradiaba felicidad pura.

-Gracias.

-No es necesario que agradezcas -respondí acariciando uno de sus brazos con mis dedos-.

Seguimos abrazados por largo rato, hablando de trivialidades; Taehyung logró convencerme de que asistiera a aquella Misa en la que él cantaría. Me emocionaba la idea, por más raro que sonase.

Sin embargo no todo sería color de rosa, ese tal Jungkook ya tenía bastante cariño ganado por parte de Taehyung, cosa que me generaban un poco de celos. Pero sólo un poco.




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Perdón si el capítulo tiene algo mal escrito o se ve raro xd







Fiesta pagana ♚ TaegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora