Yoongi reposó su mentón sobre su mano izquierda, mientras que con la mano derecha deslizaba de manera vaga el mouse sobre el pequeño escritorio que tenía.
¿Realmente habían pasado ya tres semanas desde que él y Taehyung pelearon?
Intentó no pensar en ello, en verdad trató, pero de una manera u otra cualquier recuerdo relacionado con él se hacía presente de manera inoportuna. Cada que escuchaba atentamente a la letra de alguna canción de su celular sólo lograba deprimirse más; sin saberlo todas las melodías tristes comenzaron a tratarse de Taehyung.
Logró no llorar en todo ese tiempo... o al menos no lloró tanto, era lo único que lograba levantarle un poco el ánimo en toda esa situación: saber que estaba siendo capaz de controlar sus emociones, por más diminuto que eso pudiese sonar.
Mantuvo la vista fija en la pantalla, mientras que su pecho se sentía vacío, pero pesado a la vez. Sentía que la respiración se le entrecortaba, sentía que sus órganos estaban muriendo lentamente por la falta de oxígeno, incluso cuando nunca le habían diagnosticado ninguna enfermedad de tipo pulmonar restrictiva. Sentía su rostro ausente, se sentía perdido y sus ojos ardían, así también como su garganta y su cabeza.
En esas tres semanas, día tras día, noche tras noche, madrugada tras madrugada, tarde tras tarde, a todas horas, sin descanso alguno, Yoongi se sintió sólo así: dolido.
No sabía si el sufrimiento era mayor por su padecimiento físico o por el emocional, pero a grandes rasgos le resultaba sencillo afirmar que le dolía el tan sólo existir.
Continuó su búsqueda en la computadora.
Había escuchado antes de Neruda, cualquier persona interesada en la literatura universal o en la poesía del siglo XX sería capaz de reconocer alguna de sus obras o al menos su nombre.
Yoongi se consideraba un idiota por estar indagando, investigando, averiguando, inquiriendo, examinando, explorando, rastreando, tanteando e incluso husmeando cualquier cosa que pudiese en relación al poema que Taehyung le había mostrado un día antes de que se separaran.
Si no hubiera estado tan destrozado, hasta se hubiera reído de sí mismo al verse en esa situación.
Suspiró al encontrar lo que buscaba; no había tardado más de dos minutos pero para él parecía una eternidad, o eso transmitía por su demacrada expresión de impaciencia dibujada sin vergüenza en su rostro.
Se salteó el fragmento que conocía gracias a su ex, en parte porque le dolía y en parte porque casi se lo sabía de memoria.
Al fin y al cabo, ese fue el último mensaje recibido que tuvo de él y había desarrollado una especie de manía al leerlo.
Culminó con su lectura y sintió sus ojos aguarse. Los cerró, con la esperanza de no derramar lágrima alguna, pero era inevitable.
Se cruzó de brazos sobre su teclado, sin darle relevancia alguna a qué sucedería en consecuencia, y recostó su desordenada cabeza sobre estos.
Pequeñas gotitas de agua salada comenzaron a salir a la superficie en total silencio. Sin quejidos, sin respiraciones agitadas.
Salieron así sin más y no se detuvieron hasta que Yoongi cayó en un sueño profundo.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinado
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mío,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amado,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
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Fiesta pagana ♚ Taegi
FanfictionPonte en pie, alza el puño y ven a la fiesta pagana, en la hoguera hay de beber. De la misma condición no es el pueblo ni un señor; ellos tienen el clero y nosotros nuestro sudor. Cabrones.