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Un 9 de Marzo había llegado al mundo.

Un 9 de Marzo había respirado el aire impuro de la atmósfera por primera vez.

Un 9 de Marzo había sido condenado a vivir debajo del techo de sus padres.

Min Yoongi.

Así decidieron llamarlo.

Min Yoongi.

Un niño etéreo, de oscuros y suaves cabellos, de piel blanca y delicada, de ojos felinos llenos de calidez.

Un niño totalmente excepcional, alguien muy astuto, muy inteligente y muy dulce, sobre todo.

Sus padres no eran muy diferentes a él. Sohye, su madre, era una mujer muy agradable, adorable inclusive. Una persona que adoraba con su alma a su precioso y único hijo. Su padre, Joong Hoon, era muy calculador. Era más callado y menos demostrativo en comparación a su esposa, pero de vez en vez le revelaba su lado cariñoso a su familia.
Yoongi realmente los admiraba, los amaba y por supuesto, los respetaba.

Pero, sin que fuesen relevantes sus sentimientos, fue a la dulce edad de los 6 añitos que para él la vida había perdido el sentido que sus tutores le habían otorgado.

Su familia pertenecía a la religión católica, y hasta el momento él nunca se había quejado de ello. Verdaderamente le agradaba asistir al templo de la ciudad en donde vivía para oír el sermón del Padre, inclusive cuando por la complejidad de las palabras él no lograba comprenderlo del todo.

Yoongi comenzó a prestar aún más atención, había comenzado a recurrir la biblia de manera más habitual, ya que también estaba aprendiendo a leer y no le disgustaba la idea de practicar.

Pero fue así que comenzó a dudar.

¿Cómo un hombre podía crear todo lo que lo rodeaba en tan sólo siete días?

Yoongi se preguntaba porqué él no era capaz de hacerlo.

Yoongi se cuestionaba muchas cosas. Muchísimas. Era simple curiosidad merodeando por su cabeza.

¿Por qué un hombre podía caminar sobre las aguas? ¿Por qué podía multiplicar comida?

No lo entendía.

Y pensaba en las tragedias que alcanzaba a ver en las noticias. Yoongi realmente pensaba mucho en eso.
¿Por qué no venían los personajes del santo libro a ayudar a las víctimas? En verdad se sentía triste.

Se había guardado muchas veces sus preocupaciones, no quería molestar a sus padres.

Pensó un día que tal vez las respuestas estaban en la misa, en los sermones que se habían tornado aburridos y repetitivos con el tiempo.

Decidió prestar más atención.

Pero las dudas no se aclararon y ya con 8 años sus preguntas habían incrementado notablemente.

Pensó que ya le había dado demasiado tiempo, pensó que debía preguntar.

Y así lo hizo.

Preguntó sin temor alguno a sus padres, quienes le regalaban respuestas vacías y, según él, incoherentes.

Cuando su padre terminó de explicarle varias cosas, Yoongi se encogió de hombros, decepcionado.

Él ya no creía.

Fiesta pagana ♚ TaegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora