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Tuvo suerte.

Así de sencillo: suerte.

El mundo se alineó a su favor y Jimin, uno de sus mejores amigos desde que tenía memoria, le había permitido vivir con él luego de la horrible escena que había tenido lugar en el comedor de lo que antes había sido su hogar. Bajo la aprobatoria mirada de sus padres, obviamente.

Después de terminada su educación secundaria, obtuvo una beca para la Universidad Nacional de Seúl, gracias a la gran dedicación que le dió a sus estudios.

Los padres de Jimin, Boyoung y Hyungsik, quienes lo habían tomado como un hijo más, habían pagado el viaje a la capital del país, a donde iría a vivir junto a su amigo más bajo, quien estudiaría en la misma universidad, aunque sin gozar de una beca.

Por un tiempo habían compartido el departamento, pero Yoongi decidió comenzar a trabajar para poder costearse uno propio. Al principio le había resultado difícil trabajar y estudiar a la vez, tanto que creyó que podría llegar a perder la beca por ello. Pero logró equilibrar todo y estaba a poco tiempo de obtener su ansiado diploma en medicina.

Finalmente en Febrero asistió a su propia graduación, a la que sus padres se negaron a ir.

Yoongi trataba arduamente volver a contactarse con sus padres, pero ellos no lo permitían, al fin y al cabo, su hijo era homosexual y ellos se oponían firmemente a la gente de tal naturaleza.

Aún cuando Yoongi lloraba de rodillas ante ellos, rogando piedad, ellos apartaban la mirada para luego cerrar la puerta en su cara.

Yoongi se sentía cada vez más culpable, más confundido y alrededor de los 17 años le diagnosticaron trastorno de ansiedad generalizado y depresión. Desde entonces, el pelinegro había asistido a diversas sesiones con diferentes psicólogos para tratar sus enfermedades. 

Enfermedades que empeoraron luego de la inesperada muerte de su madre. 

Con tan sólo asistir al funeral él hubiese estado totalmente satisfecho.

Pero no fue el caso.

Su salud entonces empeoró y por ello no pudo ejercer su profesión por unos 3 largos años en los que se sintió realmente mal, verdaderamente triste y dolido, por diversas situaciones que escapaban totalmente de su control.

Años en los que simplemente trabajó en una cafetería. Pero Yoongi estaba bien con su situación, a veces hasta llegaba ser consciente de lo mucho que significaba siquiera levantarse de la cama en su estado. A veces se regalaba un poco de cariño a sí mismo. Reconocía su propio esfuerzo.

Sus enfermedades lo seguirían condenando por el resto de su vida, eso cualquiera lo sabía. Aunque había momentos en los que sentía que mejoraba, había días en las que juraba sentirse totalmente feliz.

Eran esas ocasiones en las que él se cruzaba con Jimin, con Hoseok y con Seungwan inclusive, ya que habían comenzado a hablar más seguido después de su ruptura con Taehyung.

Taehyung.

También con Taehyung a su lado podía decir con honestidad que era feliz.

Fiesta pagana ♚ TaegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora