Espérame, amigo

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Tus ojos inánimes escrutan el vacío,
preguntándose qué fue de ti en el pasado.
¿Quién fuiste en vida, oh ser?
¿Quién eres, espectro demacrado?
Tus historias cuento antiguo que se narra
del ayer, por el hoy, hacia el mañana;
tantas travesías escritas en tu libro,
incluso después de tu encuentro con la dama.

Tú, espíritu, ¿qué piensas?
¿Qué miran tus cuencas inhóspitas?
Un gusano que emerge de tu piel,
prueba de una realidad tan insólita.
El viento, peinando tus cabellos,
susurra tu nombre al porvenir.
¿Qué soneto, qué rima o verso?
¿Qué palabra es esa que no puedo oír?

Ve, alma, al mundo de la vida
que tu existencia junto a mí ha terminado.
Sólo espérame, allí, en el maizal,
que pronto podré estar a tu lado.
¿Qué rimas, alma muerta, en tu lecho?
¿Qué versas en ese pobre sepulcro,
donde yaces tirado en el olvido,
apartado en la tierra de este mundo?

Espérame, fantasma, en el jardín.
Que mis versos sean testigo de este tiempo,
y el llanto el canto que haga comienzo,
a mi vida en el mundo de los muertos.
Espérame, poeta, con paciencia,
que mi camino algo más se ha de extender.
Sólo espera, viejo amigo, allí sentado,
que muy pronto lograré yo fallecer.

Poemas de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora