Hablando sobre la muerte

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Llora el ánima, imperante, sobre la torre de cadáveres, monumento de putrefacción que se erige hacia los cielos. Un llanto de dolor, inquietante, desgarrador, perforando el alma del viajero emanado desde el suelo. Carmesí, fulgurante, de ríos desbocados, sangrientos, que brotan de la blancura, manchando de rubí las telas de hielo. ¡Oh, ánima impía, que vagas por la Tierra, errante, inundada de furia y sufrimiento, la calumnia de la vida cernida sobre tus sueños! Ánima muerta, que divagas en el instante, vienes del ayer al mañana, por momentos, suspendida en el espacio y en el tiempo. ¿De dónde vas y a dónde vienes, caminante, que motivas el espanto donde fueres, allá donde la noche se cierne sobre el miedo? Y allí vas, ánima, exuberante, destellando mortecinos haces a través del camino de los muertos.

Poemas de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora