El Dios de la decadencia

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Yo soy la oscuridad,
la depravación
y el sufrimiento;
yo soy la necesidad,
la depresión
y el tormento.
Soy el ruido que se escucha bajo tu cama,
la risa infantil que resuena en la noche,
el resplandor azulado que surca la nada,
la mirada maligna que te observa con goce;
soy el recuerdo de un trauma pasado,
la sensación de asfixia antes de morir,
la pesadilla que te visita al estar soñando,
el pensamiento maldito que te impide dormir.

Yo soy la tristeza,
la amargura
y el dolor;
yo soy la pobreza,
la hambruna
y el hedor.
Soy el llanto de un niño flacuchento
que tortura a una madre impotente,
el deseo de un ruin sufrimiento
porque llegue el momento de la muerte;
soy la sangre que pinta la espada,
el humo que emana del cañón,
la cuerda que cuelga prensada,
el último latido de tu corazón.

Yo soy el sexo,
el masoquismo
y la prostitución;
yo soy la sodomía,
el sadismo
y la humillación.
Yo soy la droga,
el cigarrillo
y el alcohol;
yo soy la zorra,
el gran impío
y el traidor.

Soy la calumnia que destruye una buena causa,
soy el engaño que divide una amistad,
soy el bastardo que nadie quiere en casa.
Yo soy el Diablo, hijo de la humanidad.

Poemas de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora