Capitulo 8: Pánico.

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-              Lamento interrumpir – Dijo una voz femenina al frente nuestro al mismo tiempo que  emprendía su camino hacia donde estábamos.

Bajé mi mirada hasta el suelo. Me di cuenta que James aún me sostenía de la cintura y entonces me aparté. Esperé a que la dueña de aquella voz saliera de la oscuridad para saber su identidad. Lex. Más vergüenza aún. Mi mejor amiga acaba de presenciar una sesión de besos con un chico que apenas conozco. Que perra.

-          Debes de ser James. El chico nuevo del instituto, verdad? – Preguntaba Lex mientras se acercaba a nosotros. James asintió. – Soy Lex, la mejor amiga de Emma. – Se estrecharon las manos.

-          Mucho gusto. – Simpatizó James con una sonrisa.

-          Creo que se está haciendo tarde, Lex. Es mejor que nos vayamos. – La agarré del brazo y la empecé a arrastrar hacia la casa. – Gracias por traerme, James. Buenas noches. – Le grité cuando ya estaba a punto de entrar a la casa.

Cerré la puerta y esperé a escuchar el motor del Audi encenderse y alejarse. Pegué mi espalda contra la puerta. Me deslicé hasta sentarme en el suelo y puse mi cabeza apoyada en mis rodillas recogidas. No puedo creer lo que hice hoy. Casi pierdo mi virginidad con James. Un tipo que apenas conozco. Solo sé su nombre, apellido y al parecer a mi gata en celo interna fue lo único que le bastó para tirármele encima. Pero hay que tener en cuenta que es malditamente sexy. Un Adonis caminante. Cuando pasaba al frente del auto me era imposible no ver las gotas caerle encima y luego deslizarse por esa hermosa y adorable cara, luego caer a su pecho y abrazar ese delicioso abdomen y bajar más hasta llegar a quién o Dios sabe dónde. Envidio a esas gotas de lluvia. No. Que pervertida. Maldita E.L James, ahora por culpa de ella con su maldito libro erótico, pienso lo que pensaba Anastasia al ver a Christian, solo que en este caso, con James.

-          Emma ¿Siquiera me estás escuchando? – La voz de Lex, algo ya enfadada me sacó de mis pensamientos. Mejor.

-          Lo siento.

-          Te dije que Al, se fue a dormir. Estaba algo cansada. La pizza está en la mesa del televisor, estaba a punto de hacer palomitas para ver una película. – Se podía ver en su mirada que estaba algo preocupada por mí. No, era eso lo menos que quería. No quería preocupar a Lex.

-          Eso suena perfecto, Lex. – Me levanté del suelo y emprendí mi camino hacía la sala.

Estuvimos viendo “La vida de Pi”, comiendo pizza y palomitas. Como a media noche, Lex y yo empezamos a limpiar los restos de comida para irnos a dormir. Llenamos una bolsa entera de basura desechable, entonces me ofrecí a sacarla al basurero que quedaba en el patio de enfrente.

Salí de la casa con la bolsa de basura en una mano y cerré la puerta detrás de mí, con la otra. Apenas salí del porshe de la casa, un sentimiento de miedo me recorrió la espina dorsal. Había noches en que llegaba de madrugada a la casa porque el trabajo en la cafetería era muy ajetreado, y nunca me dio miedo. Nunca me daba miedo salir sola de noche, si había sentido miedo los primeros días de rutina, pero después me fui acostumbrando. Lo que sucede es que nunca había sentido la clase de miedo que estaba sintiendo en este momento. Sentía como si alguien me estuviera observando. ¿Alguien me estaba observando? Con solo pensarlo, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

Al llegar al lugar donde se deposita la basura, abrí la tapa del enorme contenedor para meter la bolsa dentro. Sentí que alguien me miraba de cerca  y entonces levanté mi vista. Al hacerlo, me encontré con un auto negro, el cual no podía definir exactamente cuál era su modelo, parqueado como a 10 metros de donde yo me encontraba. Agarré fuertemente la tapa del contenedor, en caso de que ese coche se devolviera, le lanzaría la tapa y saldría corriendo. Sí, claro. Mucho daño le haría. Estaba mirando fijamente a la dirección del coche cuando un movimiento dentro de él me llamó la atención.

Había alguien dentro del coche.

Decidí que debía averiguar quién era. Tal vez era alguna persona la cual necesitaba ayuda porque su automóvil se dañó o algo así y si era eso, yo con muchísimo gusto le podía ayudar. Estaba tratando de ser optimista pero en cambio, lo que sentí fue más temor del que sentía al inicio. Llevaba 2 metros de trayecto cuando una voz femenina me llamó desde adentro de la casa. Lex.

-Emms, apurate que tengo sueño. – Su cabeza estaba fuera de la ventana y la luz de mi cuarto estaba encendida. Asentí con la cabeza y me empecé a devolver.

Cuando puse el primer pie dentro del porshe, algo bastante extraño sucedió. Sentí una vibración en mi bolsillo trasero. Un mensaje de texto. Saqué el celular y lo desbloqueé, estaba a punto de leer el mensaje, cuando el motor de un auto llamó mi atención. Levanté mi vista a la dirección del sonido de motor creyendo saber de dónde provenía y sí, provenía de donde yo creía. El auto negro encendió en motor, la luces y empezó a andar despacio hacia el lado contrario de donde yo vivía. Extraño.

-          Bueno, al menos no estaba dañado. – Me dije a mí misma, refiriéndome al extraño coche.

Volví mi concentración al mensaje de texto que me llegó antes de que el coche de fuera.

Mensaje de Número Desconocido. 12:20 a.m

De: Número desconocido.

Emma, no deberías de salir de casa a altas horas de la noche. Ten cuidado, algún automóvil negro podría secuestrarte. Te estoy vigilando de cerca. No hagas alguna tontería porque tú y Alice podrían terminar pagandolo.

Al terminar de leer el mensaje de texto, volví a leerlo como 10 veces más. Tenía miedo. Mucho miedo. Así que ese automóvil estaba ahí por mí, y era alguien que me conocía. Sudor frío empezó a salir de mis manos y mi corazón latía fuertemente contra mi pecho en busca de atención. No tenía ni puta idea que quería decir ese mensaje. No sabía porque tal amenaza. No tenía ni idea a que se refería con "No hagas alguna tontería". Yo no soy de  la clase de chica que hace tonterías.  

Pánico, otra vez.

Entré rápidamente a la casa, cerré la puerta y le puse en seguro.

Nunca había sentido tanto pánico, miedo e inseguridad en toda mi vida. Quería llorar.

Same shit, Different dayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora