Capítulo 31

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En realidad me encontraba bastante nervioso no era algo que yo tuviera muy planeado ni nada. Y Kaito me miraba extrañado.

-¿Qué es eso que tienen el profesor Dell y tú? –Me pregunto –

-Es algo entre nosotros dos –Le respondí –

-Dime –Me dijo de manera seria –

-No te enceles no es nada malo –Le respondí –

-Pero quiero saberlo –Dijo él solté un suspiro –

-Es un secreto entre él y yo –Respondí –Está mal que te lo cuente

-Bueno –Profirió al parecer no me haría más preguntas de allí al menos eso quería pensar y así era después de eso no me pregunto más –

Aunque me mantenía nervioso pronto o más pronto de lo que yo quería se hizo ese día en el cual tenía que hacer el recorrido por la casa. Por lo que una vez fue mi hogar, quien nos guiaba era el director, además del profesor Magane y el profesor Dell, mientras hacíamos el recorrido.

-Gakupo pensé que jamás volverías –De repente observe aquella figura elegante ceñida delante de mí, era aquella mujer que le llame madre durante tantos años pero que nunca lo fue –

-Estamos haciendo un recorrido por la mansión, no es que planee regresar –Contesté –

-Se me ha hecho de lo más extraño no ver tu ser penumbroso por aquí ¿ahora eres feliz? –Me dijo ella, le mire para sonreírle –

-Como no tienes idea –Proferí ella solo sonrió –

-Me alegro, realmente no te has merecido nada de eso, aun por ser el hijo de ella. . . de seguro quieres tus ropas ¿no es así? –Pronunció yo solo asentí –En un momento le digo al sirviente para que te las lleves contigo

-Muchas gracias –Le dije ella solo sonrió para volver a su lugar, pero paso por un lado de Kaito le susurro algo que hizo colorar sus mejillas y luego se marchó riendo – ¿qué te dijo?

-Mh –Murmuro –Que te cuidara –Contestó, le mire sorprendido para solo sonreír y mirar aquel paso elegante con el que caminaba –

-"no eres tan mala después de todo ¿eh?" –Solté un suspiro de felicidad, al terminar aquel recorrido por el lugar que yo tan bien conocía, uno de los sirvientes me entregó mis ropas en una maleta –

Al terminar todos los recorridos hasta por la casa de mi madre y la sorpresa que se llevaron mis compañeros al escuchar el grito de mi madre diciendo "¡Hijo!" "Y él Ha, has traído al encantador de Kaito" realmente se sorprendía el saber que yo vivía en lugares como estos tan grandes, que yo perteneciera a la altar alcurnia que fuera nacido en cuna de oro y abandonarla por el amor. . . pero ¿Qué vale todo el dinero del mundo? Si no puedes estar con quien amas, al final no es más que un papel. . . que termina destruyendo el alma, como si fuera una droga. . . la más poderosa de todas pues cuando pruebas la riquezas, muchos no desean salir de ella y solo se vuelven seres destructivos.

-Al fin tengo mis ropas –Dije feliz pues ya no tendría que usar las ropas del padre de Kaito, no me gustaba como me quedaban –

-Me alegro por ti –Contestó Kaito, el aún seguía en el mismo estado de antes por haber pasado tiempo con mi madre –

-¿Qué te dijo mi madre al oído? –Le pregunte, se sonrojo hasta las orejas realmente ese sonrojo que invadía su piel era completamente encantador –

-¡Nada! –Respondió negando rotundamente que algún encuentro así hubiera ocurrido –

-Dime –Proferí seriamente, sus ojos azules mar estaban fijos en los míos suspiro haciendo una leve mueca –

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