I HATE YOU!

Capítulo 39

Me desperté antes que Kaito como solía hacerlo sonreí por verle entre mis brazos por saber que lo de anoche no había sido un fugaz sueño, la luz comenzó a filtrarse por la ventana comenzando a iluminar su angelical rostro, sonreí ante aquella imagen que de mi memoria jamás se borró pero que había extrañado tanto, me levante para cerrar las persianas dejando a Kaito dormir un poco más, lo admire un momento más dormir para acariciar esas suaves hebras de cabello y levantarme a bañar.

Me mire en el espejo notando los chupones y mordidas que me había dejado Kaito en el cuello y en los hombros voltee a mirarme la espalda para notar los arañazos que tenía sonreí, soltando un ligero suspiro, me adentré a la ducha dejando que el agua me mejora la cara y todo el cuerpo, recordando todo lo que había ocurrido anoche, al terminar de bañarme escuche un alboroto afuera, ¿esa voz no era de?

-Demonios –Gruñí mordiéndome el labio ¿cómo nos habían encontrado? – ¡Espera por favor! –Salí de inmediato para encontrarme con Akaito –

-¿Gakupo? –Me miro sorprendido – ¡¿Pero qué demonios?!

-Por favor no armes un escándalo y déjame explicarte ¿sí? Kaito no tiene la culpa de nada, de lo único en que es culpable es amar a un idiota como yo. . . por favor –Akaito solo suspiro –

-Bien explícate –Se cruzó de brazos mirándome fijamente –

-Tome una bocanada de aire para observar la mirada preocupada de Kaito yo solo le sonreí intentado calmarlo –Verás mi padre intento asesinarme porque al cumplir los veinte años heredare la compañía de mi madre por consiguiente la de él, entonces tendría tanto poder que podría tenerlo en la palma de mi mano y destruirme por lo tanto intento sacarme de su camino, uno de mis camaradas me dijo lo que mi padre tramaba y tuve que fingir mi muerte para evitar ponerlos en peligro.

-Tu padre es bien hijo de puta –Respondió molesto –Supongo que mantienes la fachada de Murasaki Yukari para poder estar con Kaito.

-Sí, el plan inicial era mantenerme en la sombrar para no levantar sospechas y luego salir cuando lograra destruirlo pero. . . –Mire hacia Kaito –No logre soportar las ganas de volver a verlo.

-Hay ustedes –Akaito suspiro –Sería bueno que le dijeras esto a nuestros padre Kaito.

-No creo que sea buena idea mientras menos personas lo sepan es mejor, ni Miku, ni Luka lo saben siquiera y es lo mejor –Contesté –

-Lo mantendré en secreto espero sepas lo que haces Gakupo –pronunció Akaito –Y... lamento haberte llamado puta regalada que se entrega fácil...

-Estabas enojado creo que es entendible –Respondió mi amado –pero me dolió

-Es que era muy extraño que unos días después de la muerte de Gakupo tú salieras con otro, es como si no te fuera dolido y eso... me molestaba un poco, pero ahora que sé que Murasaki es Gakupo ya entiendo por qué no te duele –Se rascó la nuca –Ustedes son tan complicados pero bueno, papá y mamá no están muy felices tampoco.

-Y entiendo porque y le explicare mis razones y motivos para no decirles él porque de todo esto –pronuncie Akaito solo asintió –

-Entonces los dejo solos y no se preocupen yo era el único que sabía que estaban aquí y bueno papá lleva buscándote desde anoche Kaito no te irá muy bien –Comentó Akaito –

-Ah, valió la pena –Soltó una risa nerviosa mientras Akaito negaba –

-Adiós –Con eso se marchó y pude respirar de nuevo como si en todo momento hubiera estado conteniendo el aire –

-Me deje caer en la cama como si fuera de piedra sintiendo como Kaito también se dejaba caer a mi lado –Eso fue... algo...

-¿inesperado? –Asentí –Si también lo creo, no pensé que fuera a venir a buscarme Akaito, supongo que mi padre lo estuvo molestando tanto que tuvo que hablar con sus diversas fuentes para saber dónde yo estaba.

-Supongo –Murmure –

-lamento haber puesto en riesgo tu fachada –Yo solo negué para sonreírle –

-No te preocupes amor por ti cualquier cosa –le abrace de la cintura para atraerlo hacia mí y volverle a besar –Por ti doy hasta mi vida si es necesario, así es lo mucho que yo te amo.

-lo sé Gakupo y es lo que más temo –Susurro escondiendo su rostro en mi pecho –puedes que tu des tu vida por la mía pero yo no sabría qué hacer con mi vida si no estás en ella.

-Amor –Su cuerpo estaba temblando y había soltaba ligero sollozos, le abracé más fuerte a mí –No te preocupes Kaito yo sé que no debo morir por que tengo un lugar cálido al cual volver y es entre tus brazos

Continuara.

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