I HATE YOU!

Capítulo extra 2

Solté un suspiro observando como uno tras uno cada quien por su lado se marchaba, mientras yo me tenía que quedar en este lugar cuyo calentador no funcionaba y me congelaría odiaba mi perra suerte. Me adentré hacia el cuarto y le observe empacando sus maletas.

-¿por qué no haces tus maletas? –Me pregunto –

-Estúpido desinformado, por si no lo sabías no tengo lugar al cual volver, ni donde quedarme que no sea aquí, no tengo el dinero suficiente para alquilar un buen departamento y los lugares que están en mi presupuesto o son compartidos con otras personas o no tienen puerta. . . son lugares de mala muerte –Contesté –Prefiero quedarme aquí a congelarme el culo, que estar allá a que me roben la virginidad violándome –La irritación en mi voz era completamente notable –

-¿eres virgen? –Me miro completamente atónito para que yo le lanzara una almohada irritado –

-¡¿Y qué?! ¡Si no quiero darle a mi culo a un imbécil que pronto me dejará no lo haré! –Grite fastidiado –

-Calmante fiera –Me dijo sonriendo –Si quieres te puedes quedar en mi departamento es muy grande y estaré solo.

-¿solo? ¿Yo? ¿Contigo? ¿Me vez cara de estúpido? –Pronuncie arqueando una ceja –

-Estoy enamorado de ti, no lo niego, pero en ningún momento intentare aprovecharme, no soy de esos tipos así que relájate... además... te cobrare tu hospedaje... lo que pagarías en uno de esos sitios de mala muerte lo pagaras conmigo... aunque no sea tu novio... o amante.... Pareja como desees... quiero al menos lograr entablar una amistad contigo... y realmente me desagradaría que te quedarás aquí congelándote –Respondió –

-Mh... déjame pensarlo, ¿quedarme aquí congelándome o quedarme con la persona a la que odio? –Hice como si pensara un momento –prefiero congelarme –Observe como una vena de poso en su frente, genial estaba fastidiando su calma inquebrantable –

-No seas terco fiera –Me dijo –Te puedo jurar y perjurar que no te haré nada malo

-No estoy dispuesto a verte la cara en las vacaciones de invierno –Otra vena de irritación apareció en su frente –

-Fierecilla ¿Cuánto pesas? –Me pregunto –

-Como... 64 kilos ¿por qué? –Conteste –

-Necesitas alimentarme mejor –Con eso me tomo y me cargo en su hombro –

-¡Oye quien te crees bájame! –Forceje golpeando su espalda mientras me tomaba fuerte –

-No, yo no dejaré que congeles tu lindo y virginal trasero aquí –Me respondió una vena apareció en mi frente –

-¡Que me sueltes pervertido de mierda! ¡Bájame de una puta vez tú grandísimo hijo de perra! –Le grite completamente enojado pero en ningún momento me prestó atención hasta que llegamos a el estacionamiento intente escapar cuando intentaba meterme a su auto pero no me dejo, maldito –

Continuara...

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