Enero.

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Te amo, y aun que ya no estés te seguiré amando, si me hubiera dicho que se iba a derrumbar cada pedazo de mi alma, de mi mundo con tu partida, igual te hubiese elegido....

Se ha ido, y una parte de mi se fue con el, llueve...  Y es cuando más lo recuerdo, el siempre me dijo que las mejores cosas pasan baja la lluvia.

Y ahora en una suave llovizna de enero, estoy sentada en el sillón que da a la ventana de la sala, y mientras veo como las gotas de agua resvalan por la ventana, - como si el cielo llorase lo que yo no he podido llorar.

Hace ya días que no lo veo y siento en vacío que no desaparece.  Benjamin ya no está....  Y aunque nos texteamos a diario, no es lo mismo y yo...  Yo solo puede extrañarlo y esperara  que llegue nuestro tiempo de estar juntos... 

Aun recuerdo sus ojos, esos en los que muchas veces encontré mi paz y la respuesta a preguntas que aún no concebía en mi mente, esos ojos que desnudaban mi alma cuando los veia....y ahora, su ausencia está en todos lados y es cada vez peor.

Nunca imagine que un mes tan cálido, terminaría siendo el más frío para mi-quizás parezca exagerado que diga esto, y si...  Solo llevo pocos días desde la última vez que lo vi, pero... Se que va a pasar meses, y quizás años antes de que lo vuelva a ver y el saber eso, duele. - el ver llover, me recuerda ese día, en el que por primera vez soñamos juntos...

Estábamos en el salón de clases y llovía, el y yo imaginábamos a una pareja de médicos enamorados que juntos construían un gran hospital, y que sus largas noches de desvelos y estudios, la pasaban juntos frente a una chimenea, haciendo  que la anatomía fuese más interesante. - y con ese pensamiento me quede dormida junto a una suave  brisa de enero.

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