Capítulo 15.

4.3K 383 10
                                    

Nos alejamos unos metros, habían algunos árboles que no reconocí y flores que te atrapaban con su dulce olor.

Paseamos y tras unos minutos en silencio Thomas me tomó de la mano, era una agradable sensación caminar por aquel lugar de su mano.

-Siento lo de antes.

Le miré curiosa.

-¿Qué sientes exactamente? -nuestras manos bailaban entrelazadas.

-Haberme puesto tan celoso por una estupidez -murmuró con la cabeza gacha.

-Solo era una broma -hice una pausa-, ¿Confías en mí?

Me miró como si estuviera loca.

-Pues claro.

-¿Por qué te pones celoso si sabes que con quiero estar es contigo? -Sus ojos no abandonaron los míos.

-No lo puedo evitar, claro que confío en ti, pero me es inevitable temer perderte -fruncí el ceño.

-No confías en lo que siento por ti si lo pones en duda -nos habíamos detenido, nuestras manos seguían unidas.

-No lo pongo en duda -suspiró-, no quería sonar tan... Posesivo, pero no me controlé, siento el no haberme controlado.

-Puede que no debiéramos hacer la broma, pero era eso, una broma -aclaré-. No creí que te lo tomaras tan enserio.

-No quiero que eso arruine el día -admitió acercándome a él.

-Siempre pareces salir impune de todas las situaciones besándome -sonreí ligeramente y Thomas lo hizo también.

-Todavía no te he besado -sonreí aún más.

-¿Y a qué estás esperando? -dicho eso fui yo quién lo besó.

Volvimos abrazados hacia Phoebe y Dan, y ésta parecía muy cómoda sentada sobre Dan riendo y despeinándolo.

-Volvimos -habló Thomas y se sentó enfrente de la pareja, yo lo hice junto a él.

-¡Comamos! -rugió Dan y Phoebe rió en su regazo.

Empezamos a comer y entre risas y anécdotas la comida pasó volando.

-¡Tú siempre me echabas la culpa y mamá te creía! -le reprochó hermano a hermana.

Phoebe estaba sentada con la cabeza de Dan en su regazo mientras que Thomas me abrazaba por detrás y mi cabeza descansaba en su pecho, su respiración agitada me hacía reír.

-Quién no creería a esta carita de ángel -le sacó la lengua a su hermano y la respiración de éste se aceleró, Thomas tenía algunos prontos a los que estaba aprendiendo a aplacar.

-Parece que se te vaya a salir el corazón -me removí entre sus brazos y él se acomodó en un árbol para que yo pudiera estar mejor-, tu corazón sigue acelerado -sonreí ladeando la cabeza.

-Cómo no lo iba a estar si estás aquí conmigo -sonrió con picardía por su ataque de dulzura.

-¡Puaj! -se asqueó Phoebe- Que pasteloso Thomy.

Thomas trató que su respiración no se acelerara y se centró en mí ignorando a su hermana, mientras yo intentaba no reírme de los comentarios de la ojiverde.

-Hemos encontrado a la domadora de la bestia -bromeó Dan y ahí una carcajada escapó de mí.

-¿Bestia? -repetí y Thomas rodó los ojos, mi cabeza estaba inclinada hacia arriba y la suya hacia abajo- ¿Significa eso que tienes una enorme biblioteca?

Thomas rió y acercó su rostro al mío.

-¿Significa eso que me quieres solo por mis libros? -alzó una ceja y reí.

-Los libros son un añadido -me encogí de hombros y le besé cortamente.

-Bueno pareja se nos hace tarde -Phoebe se incorporó y se acercó a nosotros-, debemos irnos.

Me levanté con esfuerzo ya que Thomas no me dejaba y abracé a Phoebe.

-Ha sido un placer -susurré y ella me correspondió con cariño al abrazo.

-El placer ha sido mío, lo he pasado muy bien y espero que repitamos pronto -nos separamos y se dirigió a su hermano.

Dan me abrazó.

-Bienvenida a la familia -le correspondí, no alcanzaba a escuchar a los dos hermanos mientras se despedían.

-Gracias -nos separamos y Thomas no tardó en abrazarme por la espalda.

-Sigue sobreviviendo a mi hermana y te tendré un respeto inigualable -le pegué un codazo a Thomas y éste se ahogó con la carcajada.

-Adoro a esta mujer -Phoebe se dirigió a mí y sonreí-. Cuidala -señaló amenazante a su hermano, Thomas apoyó la cabeza en mi hombro y besó mi mejilla.

-Con mi vida.

Dan y Phoebe insistieron en que nos quedaramos en la reserva natural y se marcharon, nos tumbamos en la sábana que dejaron y Thomas no dejó de tenerme abrazada.

-Me gusta que me abraces -susurré, su respiración me hacía cosquillas en la nuca.

-A mí me encanta tenerte entre mis brazos -nos mecimos suavemente.

Thomas recibió un mensaje, su hermana ya había llegado a casa y esperaba poder tener otra tarde para pasarla con nosotros.

-Gracias por el día de hoy -recordé la pesadilla sobre mi padre, Thomas reparó en ello y me acercó más aún a él.

-¿Quieres hablar de ello? -tomé unas cuantas respiración, contarle mi pasado a Thomas conllevaba confiar plenamente en él, ¿Lo hacía?

-No estoy segura -confesé.

-Tómate tu tiempo amor, no tienes porqué contárlo aquí ni ahora -Me reincorporé y me volví hacia él, mis piernas se entrelazaron en su cadera y mis manos en su nuca, sus piernas estaban debajo de mí y sus manos me aferraban de la cintura.

-¿Cómo has dicho? -pregunté.

Thomas me miró confuso.

-Que no tienes porqué -le interrumpí.

-Eso no -negué con la cabeza-, me refiero a cómo me has llamado -sus mejillas se sonrojaron.

-Amor -repitió en un susurró-. Yo, yo estoy enamorado de ti Leire, de verdad -no me dejó hablar-. Antes de que digas cualquier cosa déjame explicarme, me gustaste desde que te vi cuidando a Juliet con aquella ternura. Cada uno de nuestros encuentros me ponían nervioso como un chiquillo, temía que no te fijaras en mí y cuando empezamos a ser algo así como amigos yo solo podía pensar egoístamente que quería más. Me moría cada vez que te veía abrazada a Josh, yo creía que había algo entre vosotros. Aquél día en mi casa fue el mejor de mi vida, no sabes como me haces sentir. Y entonces empezamos a salir y todo para mí era perfecto, tú eres perfecta. Cada vez que sonríes, yo no puedo evitar hacerlo, cuando juntas los labios concentrada no puedo dejar de mirarte y cuando estás nerviosa solo quiero tener tu mano junto a la mía. Me traes paz, cariño y amor. Se que estoy perdidamente enamorado de ti Leire, te quiero y si no te sientes a gusto con esto lo entiendo yo... -y ahora al fin lo interrumpí, uniendo nuestros labios.

-Iba a decirte que creo que yo también estoy enamorada de ti.

Una Humana Para El LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora