Capítulo veintiséis.

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Esa misma tarde me forcé a mirar la libreta que tenía en mi regazo. Hechos y fechas que estarían en mi examen final de historia repitiéndose en mi cabeza. Sin previo aviso, mi furia salió a la superficie. Cogí la taza que estaba en el alféizar de la ventana y la lancé hasta el otro lado de la habitación. Golpeó la pared y se rompió por la mitad. Mi mano recorrió mi escritorio, los bolígrafos y lápices volando por el aire como misiles en busca de su objetivo. Al final, me eché al suelo y hundí la cabeza entre los brazos.

Supongo que todos nosotros nos considerábamos a nosotros mismos perdedores antes de que Justin Bieber apareciera en escena. Nora, la más lista de todos, terminó siendo la que tenía menos sentido común. Por Richie, no tenía ninguna duda de que Justin creía que él seguía ahí fuera, derivando sin rumbo en el mar. Un toquecito en la muñeca, y podría recuperar a su amigo. Y Zoe había estado demasiado ocupada haciéndose cargo de su madre como para mirar por ella misma.

Entonces estaba yo. Dulce y solitaria Ariana. Otro punto más en el dibujo de Justin. Pero yo terminé siendo una sorpresa final, y si había algo que a Justin no le gustaba, eran las sorpresas.

Mientras limpiaba mi alfombra, me prometí nunca más ser parte del juego de alguien. Metiendo mi mano debajo del escritorio para coger el ratón del ordenador, mis dedos se encontraron con un objeto familiar. Duro, frío y redondo. Retiré mi mano de golpe como si hubiera tocado un mechero. Esperé un momento y luego recogí el anillo con la cadena.

FRANCIS PARA SIEMPRE, 1985.

Las palabras del Sr. Reid retumbaron en mi cabeza: Ella era una consejera voluntaria que intentó encargarse de la ausencia escolar de Justin.

El asaltante le robó algo.

La policía no creía que el robo fuera su motivación. Él quería aterrorizarla.

Todo tenía sentido ahora. Justin había arrancado la cadena del cuello de la Sra. Johnson y metió el anillo en su caja de zapatos. Un símbolo de victoria. Deshice mi puño y miré la evidencia. Justin Bieber había hecho esto por su cuenta.

Pero claro, si delataba a Justin, eso podría guiar a más descubrimientos... descubrimientos que podrían revelar la Liga, pero no podía dejar que eso se revelase. Tenía que concentrarme en esa pieza pequeña de prueba en mi mano. Se lo debía al Sr. Reid. Se lo debía a gente que no había conocido... esos que algún día cruzarían sus caminos con Justin. Él tenía que ser parado, sin importar qué.

Dejé el collar en la alfombrilla del ratón, encendí el ordenador y empecé a teclear.

Justin,
Te devuelvo el anillo que me diste. Sé que es de la Sra. Johnson por la inscripción. Espero que se lo devuelvas. No importa qué te hizo, ella merece sus recuerdos.

Imprimí la nota y pegué la cadena. El anillo cayó hacia abajo. Enfrente del envoltorio, escribí "¡URGENTE!" y metí la nota dentro.

Justin no era el único con un plan.

...

—Ah, señorita Grande —habló el Sr. Reid cuando entré en su oficina a la hora de la comida al día siguiente—. ¿Estás aquí para confesar algo?

Mi estómago se revolvió.

—He decidido ayudarte.

Me estrujé las manos para que parasen de temblar. Lo estaba arriesgando todo —la relación con mis padres, el último vestigio de amistad con Zoe y Richie, la graduación. Ni siquiera me había permitido a mí misma pensar en los dos oficiales de policía, Price y Henderson, los cuales habían pasado tanto tiempo en Kennedy que prácticamente eran unos más. Si lo hacía, sería incluso más difícil pasar por ello.

—Tengo algo para ti. —Antes de ir a la escuela, había tocado el anillo de boda por última vez, toqué con mi meñique el interior suave, la inscripción desgastada por años de uso. El anillo era un símbolo de unión eterna, algo preciado que Justin no tenía derecho a llevarse—. Es la prueba que necesitas. No para todo lo que ha hecho. Pero es suficiente.

El Sr. Reid se enderezó en su silla, esperando a que me explicase.

—Quiero que la Sra. Johnson recupere su anillo de boda —dije—. Ella no merecía nada de esto. Nadie lo hacía.

—¿Cómo has conseguido...

—Justin me lo dio después de una cosa. Es su idea retorcida de regalo.

El Sr. Reid estiró el cuello de su camisa blanca.

—¿Podría verlo?

—Está en el casillero de Justin. Él se parará ahí al acabar de comer. Lo puse en un sobre con una carta. Cuando lo abra, el anillo caerá. Cualquiera que pase por ahí lo verá.

Puso sus ojos en la pared. Pasaron severos segundos antes de que hablara.

—He querido pillar a Justin por mucho tiempo. Creo que el anillo conseguirá ese propósito. Gracias, Ariana.

Culpabilidad, dolor, pena, pesadumbre, pesaban tanto como las rocas y se acumularon en mi corazón. Pero había un nuevo sentimiento aflorando a la superficie: gratitud.

—Gracias, Sr. Reid —susurré.

Miró el reloj encima de la puerta. Quedaban veinte minutos para que sonara el timbre marcando el final de la comida. Él se puso de pie, de la forma en la que la gente se pone cuando quiere que te vayas, y sacó un walkie-talkie de su cinturón.

—Sr. Roach, por favor, cancele mi quedada con el vicepresidente de la asociación de padres. —Lo apagó y me miró—. Cuando acabe, el Sr. Bieber solo podrá culparme a mí.

Me apretó el hombro una sola vez a la vez que pasaba por mi lado. Yo le seguí hasta la puerta de la oficina de la escuela. Nos dimos la mano, un trato secreto entre nosotros.

Veinte minutos después, el Sr. Reid salió de la oficina. A la vez que giraba la esquina para ir a otro pasillo, yo me colaba entre la multitud para seguirle.

————

Wow. ¿Os esperabais esto?

¿Qué pensáis que va a pasar ahora? Todes conocemos cómo es Justin... ¿Caerá en el plan de Ariana?

¡Votad y dejadme vuestras teorías en los comentarios!😌

Nos vemos pronto,

Ana (hundredrew)💜

P.D. Solo quedan dos capítulos. :(

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