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Capítulo diecinueve.

—¿Hola? —La voz era de joven; quizá de alguien de ocho o nueve años.

—Hola. ¿Podría hablar con Jenny? —pregunté.

—No hay nadie llamada Jenny aquí. Soy Becca. ¿Quieres hablar con mi mami?

—No, está bien. —Colgué y taché el noveno número de mi lista. Sonó una, dos, tres veces.

Un chico, no mayor del niño con el que acababa de hablar, respondió.

—Martin Carson al habla.

—¿Está Jenny?

—Tienes mal el número. —Sonaba como si estuviera leyendo de un papel.

Por supuesto, no podía ser así de fácil. Esto no era una película. Costaba más que una búsqueda en las Páginas Blancas de internet para encontrar a una persona.

Quizá no podía ser así de fácil, pero deseaba que lo fuera. Con cada llamada que hacía, venía una punzada de deslealtad. ¿Qué si Justin tenía razón sobre mi inhabilidad en confiar? No, espera. ¿Él había dicho eso o yo lo había soñado?

Suspiré.

—Gracias de todas formas. —Estaba a punto de colgar cuando escuché:

—Oh, ya sé, eres...

—¿Qué has dicho? —pregunté, poniendo el móvil otra vez en mi oreja.

—¿Estás buscando a Jennifer Carson? Ella es mi prima, pero no vive aquí.

Mi voz se rompió cuando le pregunté su número.

—No le gusta que la llamen Jenny.

—Umh, entendido —balbuceé—. ¿Entonces tienes su número de teléfono?

—No te lo puedo dar. Va en contra de las normas de la casa.

—Martin —dije, pausando para dar énfasis—. Es importante.

Silencio.

—Su padrastro se llama Jeff Kringler. Búscalo tú misma. —Un niño chilló, seguido de un clic. Martin había colgado.

Un minuto después, el número de Jeff Kingler estaba en mi mano.

—¿Hola? —esta vez contestó una chica. Mi edad más o menos. Deseé haber ensayado una introducción—. ¿Hola? —repitió—. ¿Hay alguien ahí?

Mis palmas estaban tan sudadas que el teléfono casi se me resbala de mi agarre.

—Uh, sí. ¿Eres Jen... Jennifer Carson?

—Soy yo. ¿Quién eres?

-Mi nombre es Ariana Grande. Necesito hablar contigo sobre...

—No necesitamos nada —dijo.

—No es una llamada para vender. Es sobre Justin Bieber. Fuiste a la escuela...

—¿Quién demonios eres? —Después de una larga pausa, añadió—: ¿Cómo has conseguido este número?

—Soy una... amiga de Justin. —Sostuve mi respiración y esperé. Como ella no dijo nada, añadí—: Escuché lo que te pasó. La cosa es, necesito saber la verdad.

—Fue hace mucho tiempo. No quiero hablar sobre ello, especialmente no con la última novia de Justin. Si estás con él quiere decir que eres tan retorcida como lo es él.

La última. No me gustaba cómo sonaba eso. Cuestiones que quería preguntar venían a mí en todas direcciones. Esquivarlas me mareaban. Pero no tuve tiempo de escoger una, porque ella me colgó.