Capítulo veintisiete.

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El Sr. Reid se escondió detrás de un poste de cemento. Yo me deslicé detrás de un cubo de basura, con cuidado para no poder ser vista por nadie.

Y entonces vi los picos brillantes de pelo. Justin, en su casillero, introduciendo su combinación. El Sr. Reid sacó su walkie-talkie, su frente arrugada en concentración.

Cuando Justin abrió el casillero, la carta que yo había insertado a través de las oberturas cayó hasta el suelo. Él sacó un tubo de gomina para el pelo y luego se miró en un espejo pequeño que tenía en el interior de la puerta. El sobre estaba anclado debajo de su talón izquierdo. Él ni siquiera lo había mirado. ¿No lo había visto? No, estábamos hablando de Justin Bieber. Él lo veía todo.

En segundos, una chispa de esperanza nació. Al menos, él se había agachado a coger el sobre. La palabra "URGENTE" se podía ver a la perfección, pero Justin la ignoró, poniendo la carta en su bolsillo.

Nunca se me ocurrió que él quizá no fuese a leer la carta en ese momento. Si el anillo no caía enfrente del Sr. Reid, el plan entero fracasaría.

La cabeza de Justin giró a su alrededor, escaneando la multitud. Yo tenía el presentimiento de que me estaba buscando a mí. Me eche hacia atrás, mareada del miedo. Solo podía ver el perfil del Sr. Reid. Lo miré, el walkie-talkie posicionado en su boca, las venas de su mano sobresaliendo. Miré alrededor justo a tiempo para ver a Justin abrir el sobre. Puse una mano en mi boca, tensa por la expectación.

El anillo en la cadena cayó al suelo, dibujando círculos en el aire antes. Antes de poder tomar otro respiro, el Sr. Reid se apresuró y le quitó la nota a Justin. Él pretendió leerla, la boca abierta en sorpresa a la vez que recogía el anillo. Nuestro director era un actor decente. Casi tan bueno como Justin.

—Eso es de mi madre. ¡Devuélvemelo! —demandó Justin. Toda cabeza a treinta pies de distancia se giró en su dirección.

El Sr. Reid levantó el anillo hacia la luz para leer la inscripción, luego dijo algo inaudible a su walkie-talkie. Justin pasó los dedos por su cabello, haciendo un desastre. Él se fue, largos pasos a través del pasillo.

—¡Quédate ahí mismo! —gritó Reid.

Justin empezó a ir más rápido, empujando a un chico contra la vitrina de trofeos. El Sr. Reid se quedó quieto, mirando tranquilamente. Yo no lo entendía: ¿Iba a dejar que Justin se fuera? Me acurruqué, recordándome no moverme. Pero si Justin escapaba, la policía nunca lo pillaría. Él robaría el BMW de su tío y estaría fuera del estado en un par de horas, y estaba segura de ello.

Pero entonces el Sr. Jansen, el encargado de béisbol, salió de detrás de una máquina expendedora. Los dos oficiales de policía, Price y Henderson, salieron de la dirección opuesta. Atrapado entre ellos, Justin no tenía ningún lugar adónde ir.

—¡No he hecho nada! —gritó Justin, logrando escapar de Price. Sus ojos examinaron la zona a lo loco, buscando una salida tal cual una ardilla atrapada en una trampa. Vio la clase más cerca y salió corriendo. Si se metía adentro, yo sabía lo que haría él. Él le pegaría una patada al cristal y saldría por la ventana hasta llegar a la acera. Entonces correría a más no poder y huiría. Fugado.

A cámara lenta, el oficial Price corrió a lo largo del pasillo y colocó el brazo de Justin en su espalda. Justin se dobló de la presión que Price estaba aplicando en su codo, su lucha acabando en quejidos de dolor.

El oficial Henderson colocó las esposas alrededor de las muñecas de Justin. Los susurros de la gente rompieron el silencio, no dejando escuchar lo que el oficial Henderson le estaba diciendo a Justin. Yo me sabía la oración, de todas formas, de ver muchísimas series de policías con mi padre.

Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga o haga puede ser usado en su contra en una corte...

Vislumbré el rostro de Justin antes de que fuera sacado del edificio. Rasgos duros. Barbilla angular. Las cejas oscuras en una línea. La barbilla hacia adelante con desafío. Parecía un criminal. Justin Bieber estaba siendo removido de Kennedy High por una última vez.

Me permití sonreír levemente antes de girarme para ir a clase. Casi me choqué contra Nora, que se encontraba detrás de mí, tan cerca que nuestros hombros casi se rozaban. Sus ojos estaban fijados en la puerta cerrada como si esperara que Justin se escapara de la policía y volviera a entrar al edificio.

—Ha terminado —dije, abrazándome a mí misma.

Nora puso su vista en mí, pestañeó para alejar las lágrimas de sus ojos y asintió una sola vez.

—Lo sé.

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No sé qué decir, tbh. ¿Qué pensáis vosotres? ¿Será el fin de Justin Bieber?

El siguiente capítulo es el último... ¿Preparades? Porque yo no.💔

Nos vemos pronto,

Ana (hundredrew)💜

P.D. De nada, Idi😌❤

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