24.

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Derek

Ese chico, ese chico....ese chico. Sentía mi odio crecer ante su presencia.

Stiles estaba nervioso y apenado cuando los interrumpí.
Olí cierto interés en el chico desconocido.

El lobo gruñía desde el fondo, tratando de marcar su territorio.

Me di la vuelta y camine rumbo a la manada, acercándome a Scott que me observo preocupado.
La manada estaba un poco más alejada de nosotros. Mi respiración se agitó rápidamente indicándome que el lobo luchaba con mi parte humana por salir.

A lo lejos vi a Stiles que volteó y le dijo algo al chico.

Agudizando mi oído...

-Nos veremos de nuevo entonces, creo que nos hospedamos aquí–comentó Stiles de forma alegre 

-Nos veremos de nuevo entonces, Stiles–le contestó, no tuve que prestar atención, sabía que le había sonreído al decir eso

Puse una mano en la camioneta y un gruñido salió de mi garganta.

-Hey, cálmate–susurró Scott

Mi mirada fue directo a su cara, mis ojos se encendieron en señal de que no podía, y no quería calmarme.

-¡Stiles!–grito Scott con un toque de pánico en la voz

Una camioneta pasó a lado nuestro perdiéndose en la oscuridad del bosque.
El corazón de Stiles se acercaba y no lograba controlarme.

-Ve atrás del auto–me empujó Scott–¡Ahora!–susurró con mas fuerza, provocando que le soltara un gruñido 

Scott rodó los ojos y me ayudó a llegar a una parte donde no lograran verme, dejándome ahí y  llevándose a Stiles con él.

Mi respiración se volvió más pesada.
El dolor que invadió mi pecho fue tan rápido que caí de rodillas y cerré los puños, logrando cortarme con la gravilla del suelo.
Y de un momento a otro un flash con imágenes pasó rápidamente por mi cabeza.

**
Laura era apenas una chiquilla de aproximadamente diez años. Se encontraba peinada con un par de coletas en su cabeza, haciéndola lucir graciosa.

-Mamá–Laura llamó la atención de mi madre que se encontraba cocinando, tranquilamente

-¿Sí, cariño?–contestó mi madre

Un ruido proveniente de un cajón de cocina, hizo que Laura caminara hacia él y lo abriera, encontrándose a un pequeño de no más de 4 años, ocultado ahí dentro. El niño tenía en sus manos muchos popotes y unas cuantas ligas, sus ojos verdes y su cabello azabache levemente largo le tapaba los ojos.

Era...era, era yo, de pequeño.

Laura me alzo entre sus brazos y soltó una risa, colocándome en la barra de la cocina, jugando con mis pequeñas manos.

-¿Que son las parejas predestinadas?–preguntó mi hermana como si nada

Mi madre abrió los ojos sorprendida y volteó a ver a Laura con una sonrisa.

Too late •|STEREK|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora