Too late •|STEREK|•

38.

Derek

Scott y Stiles se perdieron en el pasillo.
Liam me fulminó con la mirada encendida en color ámbar la cual conteste con gruñido.

-También recuerdo cuando salimos a caminar en un día lluvioso, tu casa estaba rodeada de árboles y charcos en todos lados, era hermoso cuando llovía, pero era cuando terminábamos muy mal de la ropa—la mercenaria movió la cuchara del té que estaba tomando, su ceño se frunció un poco y me miró de manera molesta—Esa vez mi madre me regaño por haber ensuciado todo el piso de la casa con mis botas llenas de fango, sabiendo que había sido tu culpa—me miró molesta

Solté una risotada y negué con la cabeza.

-Tu te dejabas influenciar mucho por mi, no era mi culpa–contraataque, encogiéndome de hombros

-¡Oh vamos, Derek!, teníamos 11 años, ninguno de los dos tenía amigos, ¿qué más me quedaba?, eras la última opción–soltó de manera burlona

Puse una mano de indignación en mi pecho y reí.

Puede que sea cierto, no tenía amigos por lo mismo de que era un pequeño lobo. Estudiaba en casa y no salía mucho, el bosque era mi único amigo.
Braeden llego no mucho tiempo después de que cumplí los 9 años. Después...solamente desapareció, la última vez que la vi fue a los 12 y no recuerdo más, solamente desapareció del mapa.

Ella solía ser muy cariñosa conmigo, lo cual no me agradaba ni desagradaba pero me sentía extraño a veces. Y si, me dolió cuando se fue sin tan siquiera despedirse, ni decir a dónde iría...solo se marchó.

-¿Por qué desapareciste?, no te despediste–dije con un atisbo de dolor en la voz

Ella levanto la mirada y dejo la taza que mantenía en sus manos en el lavabo.
Miro alrededor, la manada estaba ahí y platicaban entre ellos.

Ella me miró y me indicó con la mirada que la siguiera. La seguí hacia la salida y se sentó en una mecedora que colgaba del techo en el pórtico. Se sentó con sus piernas a manera de mariposa y me indico que me sentara a un lado de ella.

-Fue muy difícil para mí y jamás le perdone a mi padre el haberme alejado de ti de esa manera–susurró con dolor, observando el bosque

El cielo estaba nublado en un tono casi gris, el aire era lo suficientemente fuerte como para arrastras hojas consigo.
Pronto llovería, el aire que tenía un olor a tierra mojada me lo decía.

-Mi madre fue asesinada por...un hombre lobo–susurró lo último en un suspiro casi inaudible

Mi mirada se posó en la chica y vi el temblor que soltó su cuerpo. Acaricie su cabello con mi mano y ella se acercó al tacto.

-Mi padre logró seguir sus huellas, fue un viaje largo, era una manada completa y el alpha había sido el causante de todo–prosiguió Braeden, pegándose un poco a mi cuerpo, el viento comenzaba a helar—Salimos de Beacon Hills la misma noche que todo pasó, primero todo nos indicó que había ido a Texas, después perdimos su rastro por tres años, mi padre perdía los estribos y seguíamos sin encontrar nada...—sus facciones indicaban que le dolía pensar en todo eso

-No tienes por qué seguir, Brey–susurre, acordándome del apodo que le tenía cuando éramos niños

-Una noche mi padre llego muy mal herido, había logrado poner trampas para la manada...la mayoría había muerto, pero yo tenía en cuenta que no todos eran malos; lo peor de todo es que el alpha se había ido...de nuevo—dijo, haciendo una pausa y viendo el bosque—Logre curar a mi padre lo suficiente para poder hablar de lo que había hecho, mi padre se molesto demasiado diciendo que yo defendía a los que asesinaron a mamá—soltó un sollozo—Mi padre salió por la puerta sin decirme nada y no volvió, lo espere durante semanas en el hotel donde nos quedábamos pero jamás regresó, lo busque por 1 año entero, hasta que llego a mis oídos la noticia de que había sido asesinado...por el mismo alpha que había matado a mi madre