Capitulo 4 . Conociendo a mi protegido

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Austin P.O.V

No puedo dejar de mirar a Anna, luce tan hermosa, ese vestido le queda como guante de seda, resalta su hermosa figura, aunque muchas de sus cicatrices queden al descubierto, parece no molestarle. Llevamos ya una hora en este antro, y parece que Anna es Anna, y que nadie la reconoce como la Bestia, aunque hay muchos que tratan de sacarla a bailar o invitarle algún trago, ella se niega rotundamente, amenazándolos o hasta golpeándolos en la nariz, ya hay como 4 o 5 tabiques rotos.

--Quieren bailar—grito en los oídos de mis amigas, para que puedan oírme

--Sí—responden al unisonido

Nos dirigimos a la pista, hay varias parejas bailando y nosotros nos unimos a ellos, raramente, Anna baila de una manera demasiado provocativa junto a Rosy, lo cual hace que mi amigo se despierte de su siesta. No entiendo como lo hace, dos veces en un día, esta mujer me vuelve loco. Las aproxime un poco más a mí, ya que había muchos hombres con mirada de lujuria cerca, no se negaron y siguieron bailando pegadas a mí. Dios ayúdame a controlarme y no hacer nada indecente.

Samuel P.O.V

Entramos a la discoteca y fui segado por luces de neón. El lugar era increíblemente grande y la gente bailaba de manera efusiva. Nos dirigimos a la barra, pedimos unos tragos y en mi campo visual apareció una despampanante morocha, con buenas curvas en un ceñido vestido negro bailando con una rubia de manera muy sensual.

--Mira que hermosura la de allá—grite en el oído de Gregy apuntando a la joven

--Yo que tu no me le acercaba—una mueca de preocupación apareció en su rostro

--Voy a invitarla a bailar, nadie se me niega mi amigo—Camino rumbo a la chica que esta de espaldas

Me acerque a ella y la tome por las caderas, en menos de un segundo me sangraba la nariz, cielos, esta chica tenía una buena zurda.

--Quién diablos te crees idiota!—grita a todo pulmón, creando una ronda de gente a nuestro alrededor

--Más respeto muñeca, soy...

--Dios, es Samuel Roberts!—grita una chica del publico

En un cerrar y abrir de ojos la gente se acercaba peligrosamente a mí, las chicas rasgaban mi camisa, y del cumulo de personas apareció una delgada mano que me jaló con una fuerza monumental, y al darme cuanta corría tras la chica que me había golpeado hace solo unos minutos.

--No se supone que debías llegar en una semana—gritaba furiosa, mientras rebuscaba su móvil en el pequeño bolso de mano—Como te arriesgas a venir aquí sin protección, viniste solo?—Niego con la cabeza, esta chica da miedo—Estas con Gregory Harrison—asiento—Llámalo ahora!

Tomo mi teléfono, dos pitidos después Gregory atiende—Ven afuera, estoy con la morocha sexy—miro hacia mi izquierda y allí esta ella, con el móvil en la oreja caminando de un lado a otro.

--Ahora viene—gira para verme, dios esos ojos oscuros, son perfectos—Soy Samuel preciosa

--Annabelle, Gregory no te dijo quién era yo?—Niego rápidamente, creo que me dio un mareo—Soy tu guardia de seguridad, creo que se me conoce mejor como Bestia.

Ella era Bestia, de verdad, la miro de arriba hacia abajo, y puedo notar las cicatrices en su cuerpo, por sus brazos, hay cortadas, en sus hombros hay pequeños puntos que parecen haberlos causado balas, en su ceja derecha hay un tajo, y en su mentón también hay uno muy parecido.

--Samu hijo mío—Gregy me abraza—Gracias Bestia, creo que hay que adelantar el contrato—Ríe y le guiña un ojo, me molesta, pero no sé porque

Enamorandome de mi protegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora