Capitulo 5

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Annabelle P.O.V

Subo los escalones de la casa de a dos, con el botiquín de primeros auxilios en mi brazo bueno, es increíble como la noche pudo dar un giro tan rápido. Primero celebraba con mis amigos, luego vuelvo a convertirme en Bestia y salgo lastimada por unos cuantos niñatos. Y era viernes, gran inicio de fin de semana. Me dirijo al baño sumida en mis pensamientos, cuando escucho el grito de mi madre.

--Annabelle, dios mío, que te paso?—exagera otra vez—con quien peleaste ahora?—me mira—Te pusiste el vestido—sus ojos demuestran orgullo—te queda genial, pero lo manchaste con sangre, no hay problema, agua carbonatada con limón y estará como nuevo.

--Si mama, si ya terminaste me gustaría curarme, luego te doy el vestido así lo lavas, buenas noches—entro a mi habitación, me dirijo al baño de la habitación, tomo un algodón del botiquín, lo baño con alcohol, y lo presiono contra mi brazo, veo estrellas y maldigo a la humanidad, repito el paso con mis nudillos, y tiro de los dedos para acomodarlos, ya que me los descoloque. Una vez que termino mis curaciones me vendo, me cambio y me coloco la pijama, que es un top negro y un pantalón corto negro de paño.

Salgo de la habitación sin hacer mucho ruido, y me dirijo a la cocina, son las 12 de la noche, pero tengo hambre, bajo las escaleras y corro en dirección a ella, abro la heladera y encuentro un sándwich, me lo devoro y subo contenta con mi estómago lleno a mi cuarto, encuentro la puerta abierta, la abro de una patada y tacleo a la persona que esta parada al borde de mi cama, lo inmovilizo y enciendo el velador, para mi sorpresa es Samuel.

--Qué diablos haces en mi habitación Roberts?—digo asombrada—responde

--Sentí un ruido en la cocina y tu padre nos dijo que cualquier ruido que escuchemos te avisáramos a ti—Roberts habla con timidez y miedo

--Era yo idiota—me levanto de su espalda—Ve a tu cuarto y duerme, mañana madrugamos—sueno intimidante

--Si Ann... Best... ¿Cómo debo llamarte?—pregunta intrigado

--Solo Bestia, nadie me llama Anna cuando trabajo, salvo mi padre y Mike. —Queda en silencio—ya te respondí Roberts así que vete, fuera, necesito descansar.

Lo saco prácticamente a patadas cierro la puerta, la dejo destrabada por cualquier cosa, en cuanto toco la cama caigo en los brazos de Morfeo.

Samuel P.O.V

Me levanto por la incesante música de Galantis, que resuena desde el otro lado de la pared, tomo mi móvil y noto que son las 6:30 am, ya que saldremos a las 7:30, me dispongo a dirigirme al baño, me despojo de la ropa de noche y me sumerjo en una relajante ducha, tras varios minutos de oír solo el ruido del agua chocando contra mi cuerpo empiezo a escuchar leves gemidos de dolor que provienen de la habitación conjunta. Salgo de la ducha, tomo mi bata y salgo rumbo a la habitación de la Bestia, dudo unos minutos, pero me decido a entrar, en cuanto cuzo el umbral encuentro a una semidesnuda chica que en sus manos tiene una aguja de sutura con la cual se está cociendo el brazo a si misma

--Qué diablos estás haciendo? –grito algo conmocionado por la imagen que estoy presenciando

Saca la mordaza que tiene en la boca—No pienso ir la hospital, sique me estoy suturando la herida, soy enfermera, asique puedo hacerlo, la pregunta aquí es, porque estas en mi habitación? –pregunta con indiferencia

--Te escuche y me preocupe, no pensaba que te encontraría cociéndote a ti misma en ropa interior—sueno algo apenado, por qué diablos me escucho así.

--Nadie se preocupa por mí, menos un protegido, asique te pido que te retires y me dejes ser—suelta con veneno

Bajo la cabeza y me retiro cierro la puerta y salgo rumbo a mi habitación, me visto y bajo por las escaleras, voy rumbo al único lugar donde se escuchan voces, aparentemente es la cocina. Allí se encuentran el señor Anderson, una señora, Gregory y Bestia, la cual lleva unos leggins de cuero, una remera de Pantera manga larga y una chaqueta de cuero.

Enamorandome de mi protegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora