Capitulo 25

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Samuel P.O.V

Por fin la encontré, está sentada a mi lado, su presencia, aquella con la que soñé tantas noches por estos últimos seis años está en mi coche. Su cuerpo ha cambiado, tiene más curvas, pero aun así esta hermosa, es mi hermosa Anna, mi chica, la mujer de mi vida.

Conduzco hasta su casa, está igual, nada cambio, pero nosotros lo hicimos. Annabelle está inquieta, lo noto, se remueve en el asiento del coche y mira la puerta de la casa. Bajo del coche, y abro su puerta, el camino hasta el interior es en silencio, uno bastante incómodo.

Nos dirigimos hacia la cocina, ella saca un botellón de agua, me ofrece un poco, pero niego, quiero saber porque se fue, porque se alejó de mí, cuales fueron esos "Problemas médicos" por los que se retiró, en parte sé que fue por mi compromiso, pero eso es pasado.

--De qué querías hablar—rompe el silencio

--Muchas cosas Anna, pero la principal es porque te alejaste de mi lado, no me dejaste explicarte, no me diste la oportunidad.

-- Y aun después de tantos años me lo preguntas, tal vez sería porque mi supuesto novio, aquel que juraba amarme y pasar el resto de su existencia junto a mí—se comenzó a acercar a mí—aquel que me daría la oportunidad de ser madre, que adoptaría conmigo, aquel que me prometió una familia y un final feliz para la desalmada Bestia se comprometió con otra mujer en frete de mis narices. Puede que sea por eso, no lo crees.

--Fue mala mía, debí decirte que estaba comprometido, pero no la amaba, no la amo, me separe luego de seis meses, es lo que te obligan a estar casados para concederte el divorcio, no quería perder ese contrato, pero ahora noto que fue una estupidez, el mayor error de mi vida, que nunca debí aceptar porque eso solo me alejo de ti, del amor de mi vida, de la única mujer que me ha cautivado, la mujer más imperfectamente perfecta que me eh encontrado en mi vida.

Anna estaba llorando sus hermosos ojos negros estaban nublados por las lágrimas que amenazaban en salir, la tome por los hombros y la abrase, tal como ella lo hizo en su momento, unos fuertes sollozos salían de su perfecta boca, y susurraba palabras incoherentes

--Jamás me perdonaras—se separó un poco de mí y me observaba fijamente a los ojos—fui tan cruel, no me perdonaras jamás, lo se

--Que no te perdonare Anna?

Cuando ella iba a contestar dos pequeños niños corrían en nuestra dirección, eran los hermanitos del parque, estaban con sus cabellos todos despeinados, y con sus ojitos hinchados por tanto dormir, se veían como angelitos, pero caí en la cuenta, que hacían ellos aquí?

--Mami, estas bien?—pregunto el pequeño, que si no me equivoco se llama James. Mami, la llamo mami, Anna estaba casada, había podido continuar con su vida, había podido tener hijos.

--Si vida, estoy bien, suban con Jodie a su habitación, voy en unos minutos, los niños solo asintieron y se marcharon, dejándome con muchas dudas, e incógnitas, comencé a ver para todos lados, parecía un búho buscaba a ese esposo, al padre de los pequeños.

--No me case Samuel, no tengo esposo, no te preocupes

--Entonces quien es el padre de las criaturas?

--Eso es lo que jamás me perdonarías, TU ERES EL PADRE.

TU ERES EL PADRE, TU ERES EL PADRE, TU ERES EL PADRE, TU ERES EL PADRE

Mi vista se comenzó a nublar, aparecían imágenes en las cuales estábamos Anna y yo juntos, ella con muchos mareos y vómitos, ella llorando en la cena, ella yéndose por problemas médicos, ella con una inmensa barriga embarazada en la sala de un hospital, y la frase TU ERES EL PADRE repitiéndose en mi mente hasta que todo se volvió negro y caí en la inconsciencia  

Enamorandome de mi protegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora