Capitulo 24

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Me desperté temprano por la mañana, mis niños aun dormían, eran las 7 am de un domingo en plenas vacaciones de verano. Mike y Liam estaban en casa, en la habitación de huéspedes, sus ronquidos se escuchaban desde mi habitación. Me levante con pesadez de la cama, desde que vi a Samuel en el parque no salía a ningún lugar, y evitaba que los niños salieran solos. No quería que los viera, sé que es una estupidez, y que es su derecho como su progenitor el saber que tiene hijos, pero soy muy cobarde y egoísta para enfrentarme a su enojo, y en una mala situación al rechazo. En estos últimos años los niños me preguntan por su padre, solo les digo que fue un hombre muy importante en mi vida, pero que no pudo quedarse por su trabajo, y que los amaba mucho. Jamás les diría que me dejo por un mejor contrato de trabajo, que hecho a la basura nuestra "relación" por un mejor trato con la disquera.

Con mucho sueño bajo las escaleras vestida con unos leggins deportivos, unas Adidas negras y una camiseta de tirantes, tomo mi móvil que esta sobre la isla de la cocina y los auriculares, antes de salir dejo una pequeña nota donde aviso que salí a correr, no quiero que mis ángeles se preocupen por mí.

Salgo trotando por el camino que rodea la mansión, cuando llevo unos 20 minutos trotando empiezo a correr, en una hora llego al pueblo, cruzo por el parque y me detengo en una banca que está a la sombra de un hermoso sauce llorón. Me quito los auriculares, y comienzo a estirar, hace mucho tiempo que no sentía la necesidad de despejarme de esta manera, antes solo agarraba un saco de box y lo destruía, pero desde que mis niños nacieron deje a esa Annabelle violenta, no quiero que ellos sean así, no quiero que la ira, el resentimiento y la sed de sangre los consuma como me consumió a mí. Estoy tan perdida en mis pensamientos que no noto cuando una persona se encuentra cerca de mí, para ser más precisos, que está justo atrás de mí.

--Annabelle?—pregunta casi en un susurro esa voz que no había escuchado por años, pero que aun asi me erizaba todas las terminaciones nerviosas.

--Roberts—me giro y el me mira de pies a cabeza, mi cuerpo se tornó más curvilíneo luego del parto y él lo nota.

--No esperaba verte por aquí, digo—carraspea un poco—no sabía que vivías aquí ahora.

--vivo aquí desde hace unos años, siempre me dio paz, pero dime, que haces tu aquí?

--Solo viejo, vengo aquí una vez por año, por razones personales.

--Ya veo, lo siento pero, debo irme, tengo un compromiso, y no puede esperar mucho mas, aun debo correr hasta casa, hasta luego Sam-digo, Roberts—giro sobre mis talones para marcharme, 'pero una masculina mano sujeta delicadamente mi muñeca

--Te llevo, necesitamos hablar, es imperativo que conversemos.

--No hay nada de qué hablar, y puedo ir perfectamente sola, no te preocupes—trato de liberarme, pero es una misión imposible

--Te llevo Anna, y hay muchas cosas de las que hablar.

Sin más me arrastro hasta su automóvil, estoy frita, de que querrá hablar.

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Los ama R.C.R

Enamorandome de mi protegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora