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Veía sus ojos, parecía la persona más malvada de todas, aquella que no le importaba lo que a ti  te importaba, la que arruina tu vida con solo pisar la puerta de la entrada, la que juzga, molesta y te mata cada día más, esa persona era Matthew Evans. Llevaba un ramo de rosas blancas, aquellas que yo alguna vez imaginé que pondrían en mi funeral, estaba claro el mensaje que quería dejar: para él, Blacke estaba muerto, para él ya lo había derrotado.
Camille estaba al lado de él como un borreguito indefenso, parecía no diferenciar el bien del mal.
Matt se acercó a una enfermera y le entregó las flores, le dijo algo y luego se fue, echó una última mirada de felicidad hacia mí y se largo. La enfermera caminaba hacia la habitación de Blacke, entonces me interpuse, le dije que yo sé las daría y ella me las entregó.
Caminé hasta el tacho de basura y tiré el ramo de rosas; nadie se merecía este ramo, nadie se merecía la muerte, nadie que fuera como Blacke, mi gran amigo. Estaba muy claro lo que iba a suceder ahora, Matthew Evans y yo éramos los peores enemigos, pero hay algo que él no sabe, nunca me tengas en tu contra porque te haré la vida imposible.
Volví hasta el cuarto de Blacke, ya habían llegado los demás chicos, por lo tanto me limité a mirar y sonreír.

-Y Cara? Ya preguntaste cuando sale Blacke?- me preguntó Ryan, lo había olvidado completamente.

-No, lo olvidé...

-No importa, ya estoy aquí- dijo el doctor que apareció detrás nuestro- Blacke no saldrá por al menos dos o tres semanas, salió de un coma chicos y tenemos que controlarlo.

Pocos minutos después el horario de visita había terminada entonces todos nos dirigimos a nuestro hogar. Los chicos estuvieron comentando todo el viaje de regreso sobre cómo estaba Blacke y qué suerte que despertó.

-En serio Cara, cuando te preguntó por Camille creía que estaba loco, si esa chica o el idiota de Matt se acercaban les rompería la cara- dijo Scott mientras me miraba por el espejo retrovisor.

-Sí, lo sé, qué suerte que no tocaron el hospital- dije.

Al llegar a casa ya era de noche, todos entramos muy cansados y con ganas de dormir todo un año. Los chicos se despidieron y yo me quedé en mi cama, ósea el sofá. La ventaja de vivir en el living es que tengo un gran espacio y estoy lejos de los chicos, pero la desventaja es que puedo escuchar lo ruidos de afuera y alguna que otra luz me despierta. Y este no era un caso distinto, me levanté después de escuchar un motor que se apagaba, era un auto de en frente, me acerqué a la ventana y miré. Un chico se bajó de la camioneta negra, tenía un pasamontañas en su rostro por lo cual no pude distinguir su cara, dos segundos después la puerta de la fraternidad enemiga se abre y de ahí sale Matthew.
¿Qué es esto?- pensé.
Matt le dio un gran royo de dinero y el hombre le dio una bolsa pequeña, aquellas en las que meten droga, y este no era una excepción. El hombre subió a su auto y se fue, Matthew se quedó allí mirando la bolsita.

-Vamos Matt, hazlo, déjame ver cómo eres- dije, pero como si me hubiera escuchado, él se adentró a la casa y no lo volví a ver en toda la noche.

No fue la mañana siguiente, ni la semana siguiente, ni el mes, pasó mucho tiempo para que me diera cuenta de lo que estaba pasando a mi alrededor. No sólo me concentré en destruir a Matt, si no que me vicié.

Todo comenzó el mes siguiente a la entrega de droga, lo miraba desde mi pieza, siempre a la misma hora esa camioneta negra se estacionaba en la calle de en frente, siempre el mismo hombre con pasamontañas, y siempre era Matt quién iba a buscar la droga. Pero mientras que pasaban los días y las semanas, me di cuenta para quien era, hasta que mis dudas se hicieron verdad. Una noche, Matt no salió a buscar la droga, no, era mucho peor, Camille la estaba comprando.

Hola!! Espero que les guste mucho.
Saben? Estoy tratando de mezclar todos los problemas de todos los chicos, y de nuestra protagonista.
Espero que me puedan apoyar con un voto y o comentario se los agradecería.
Subiré pronto!!

Fraternidad Evans Donde viven las historias. Descúbrelo ahora