Capítulo VI - Baño de Sangre PARTE 2.

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salimos del ducto uno por uno, uno tras otro, inclusive Thomas quién se podría decir que estaba mejor, no del todo bien pero tampoco del todo mal, por lo menos podía ponerse de pie y andar por si mismo. Los gritos provenían desde abajo, debíamos atravesar las escaleras,  una vez más, las odiaba. Odiaba todo en ese lugar, pero esas escaleras eran uno de los principales sitios que más odiaba. Aterradoras, largas y oscuras, así se veían y así eran, eso no era todo, atravesarlas era un verdadero desafío, debías ser valiente para hacerlo, nosotros no teníamos otra opcion. 
¿Porque no seguir por los ductos? se preguntaran, el instituto tenía tantos años sin ser inspeccionado por algún profesional que todo en el mismo empezó a deteriorarse de a poco, hasta ir quedando en ruinas, desde afuera hasta adentro. A pesar de eso el edificio seguía en pie, sus paredes más duras y firmes que el mismo acero, incapaces de romper con los golpes de mil martillos.  Todo gracias a una especie de Maldicion o embrujo que Elisabeth pacto hacia más de 200 años.
- ¿que haremos? - pregunto Max.
Cai al piso de rodillas, el sonido de los gritos me aturdia, a tal punto de que el mismo hizo que mis oídos sangraran. Peter se arrodillo a mi lado y teniéndolo tan cerca solo pude escuchar su voz a lo lejos preguntando "¿estas bien?" no pude responder, el dolor era impresionante. El me alejo de las escaleras, tanto como pudo hasta que por fin el sonido dejo de retumbar en mis oidos. Ambos en el piso y con sus brazos rodeandome, nuevamente de su boca la pregunta salió "¿estas bien?" levantandome con mucho cuidado "si" respondí con la cabeza.
- nos hemos separado del resto - dijo Peter tomándome de la mano -  ¿crees poder regresar? - agregó.
- vamos - le dije caminando de regreso - no escucho nada - agregue.
- tranquilo aquí te tengo - dijo Peter sujetandome de la mano.
- alto - le dije en susurros.
- ¿que pasa? - pregunto exaltado
- baja la voz - le dije sujetando con fuerza su brazo.
- ¿que sucede? - me pregunto.
- algo viene - le dije preocupado.
- ¿de que hablas?
¡Ayuda! Se le escucho gritar a Lila.
- proviene de...
- abajo - dije interrumpiendo a Peter.
- debemos ir por los demás - dijo Peter.
- no tenemos tiempo, ni siquiera están aqui - dije refiriéndome a las escaleras.
- ¿que haremos? No podemos caminar hasta abajo, están quebradas.
- debemos buscar otro modo -  dije mirando a mi alrededor.
- Peter - dijo Kelli caminando hacia nosotros.
- ¡mi amor! - exclamó Peter soltandome para ir hasta donde estaba ella de pie.
- ¡no! - exclame, tomando con fuerza a Peter de la mano haciendo que se detuviese - es una trampa - agregue.
-¿de que hablas? - me pregunto.
- mira sus ojos -  le dije.
- ¡muere! - grito kelli abalanzandose hacia nosotros.
empuje con fuerza a Peter haciéndolo caer a un lado mientras que Kelli salto sobre mi con fuerza haciendo que ambos rodaramos por la larga escalera, mientras caiamos por cada uno de los duros peldaños de madera blanca, las sombras frenéticas saltaban encima de ambos causando fuertes rasguños alrededor de mi cuerpo, atravesando incluso mi ropa con sus afiladas uñas y dientes intentando morder mi piel. Justo en el centro de la escalera caímos al sótano, pues esta estaba rota desde la última vez, por aquel sorpresivo ataque de los otros dos cuervos.
- nadie te salvará de esta -  dijo Kelli aún encima de mi.
- ¡lucha! ¡Lucha Kelli! - le grite en desesperación, intentando que regresara a ser la misma o al menos que dejara de atacarme.
Sus ojos estaban cegados, realmente la poderosa magia de Elisabeth estaba controlando a cada una de las criaturas, incluyendo a Kelli, no había mucho que hacer, ella me tenía, de ambos brazos con gran fuerza tanto que sentía que mis huesos estaban a punto de quebrarse, como de costumbre las lágrimas corrieron de mis ojos.
- suplica -  dijo Kelli riendo con una voz rasposa y un tanto macabra.
- aléjate de el - dijo Peter saltando desde arriba, cayendo encima de Kelli.
esta se levanto y empezó a sacudirse, su boca y nariz se convirtieron en su enorme pico y su piel se lleno de plumas negras, mientras chillaba aun sacudiendose intentando quitarse a Peter de encima.
- ¡corre! - exclamó Peter, sujetándose con fuerza de las plumas de Kelli mientras esta aún chillaba.
de pronto recordé aún tendido en el piso, aquella vez que fui atacado por la misma Kelli como la plata quemo su piel. Me levante de inmediato y busque algo del mismo material por doquier, los muebles viejos, la poca luz y la tela de araña que colgaba de las paredes me estorbaban el paso pero fue allí cuando en un simple y descuidado tropiezo lo vi, un espejo con hermosos adornos de metal, lo quebré de un solo golpe, ni siquiera pense en si me cortaría la mano, haría lo que fuese por defender a Peter.
tome aparte los cristales quebrados en el piso de madera y entre cortadas y sangre cayendo tome una pieza pequeña de metal que cayó.
Me lance encima de Kelli y la clave en su brazo, haciendo que esta se quejara con un fuerte chillido que retumbó en mis oídos dañados. Sus plumas se hicieron piel, de la cual salía humo. Con su mano izquierda la tomo, cubriéndose la herida, mirándonos con sus enormes ojos rojos y quejándose salió de un brinco del sótano.
- ¿estas bien? - me pregunto Peter tomándome del mentón.
- si -  respondí tomando mis manos una con la otra.
- debemos salir de aquí - dijo el colocando un viejo mueble debajo del ducto de ventilación.
- ayuda - dijo alguien en susurros.
- ¿quien esta ahí? - pregunto Peter, tomando del suelo una madera quebrada que había caído al quebrarse la escalera.
- ayuda -  nuevamente se escucho.
- no es lila -  le dije, caminando detrás de él.
- ayuda - una y otra vez.
- tengo miedo - dije.
- tranquilo -  dijo Peter - estoy aquí - agregó.
- ¿puedes ver algo? - pregunto.
- no logro ver nada esta muy oscuro.
- viene de aquí -  dijo Peter acercándose a una pequeña puerta pegada a la pared.
- ábrela con cuidado - le dije, aferrandome de su brazo.
Peter tomó la oxidada perilla de la pequeña puerta de color blanca y le dio vuelta para abrirla, con mucho cuidado.
- no hay nada -  dijo al abrirla por completo.
- ¿estas seguro? - pregunte.
- si -  respondió el.
- déjame ver - dije colocándome al frente.
- aguarda - dijo Peter - ¿ves eso? - me pregunto.
- no - respondí moviendo mi cabeza.
- es una clase de túnel subterráneo -  dijo sacando su linterna de su bolsillo y empezando a alumbrar.
- no veo nada más que madera y tierra -  le dije.
- hechamos un vistazo -  dijo entrando.
- no creo que sea buena idea -  le dije jalandolo del pie, el único modo de entrar era gateando.
- no tengas miedo - dijo Peter - ¿que tal si es una salida? -  agregó.
- ¿que tal si no? -  respondí.
- bien espérame aquí - dijo Peter gateando más a fondo.
- no te dejare ir solo -  dije de rodillas en frente de la puerta.
- ¡pues entra! -  exclamó.
No tuve que pensarlo mucho, la idea de esperarlo y quedarme solo en su espera me daba pavor así que al igual que el entre gateos, atravesé la puerta, para mi sorpresa al arrastrarme solo unos centímetros, me di cuenta que el túnel se hacía más y más grande, tanto que se podía caminar de pie.
- hay poco oxígeno aquí -  dijo Peter alumbrando el lugar -  pero mantén la calma, respira poco, se que este túnel nos llevará a un lugar mejor.
- ¿que pasara con el resto? - le pregunte.
- volveremos por ellos, pero primero debemos seguir.
- creo que debemos regresar -  le dije quedandome de pie.
- ¿desconfias de mi? -  me pregunto alumbrandome el rostro con la linterna y una mirada seria en su rostro.
- ya no se en que confiar -  respondí, dándome la vuelta para regresar.
- espera -  dijo sujetandome con fuerza de la mano y jalandome hacia su cuerpo.
- ¿me matarás? -  pregunte.
- no -  dijo mirándome a los ojos -  ¿puedes verlo? - me pregunto.
- ¿que cosa? -  pregunte asustado.
- el amor -  dijo el aún sin quitar su mirada de mis ojos.
- ¿amor? - pregunte confundido.
- si -  respondió -  el amor -  agregó.
- no entiendo.
- no hace falta que lo hagas - dijo dejando caer la linterna y recostandome en los muros de arena y pocas tablas que lo sostenían, para terminar besándome apasionadamente, mientras nuestros cuerpos sudaban por la falta de aire y el calor que rodeada el lugar.
- ahora no -  le dije alejandolo de mi.
- ¿no me amas? -  me pregunto.
- no es eso solo que...
- sigamos entonces -  dijo levanto la linterna.
- lo siento - le dije sujetándolo del brazo.
- entiendo que desconfíes de mi por lo que ha hecho mi padre pero...
- cierra la boca - le dije.
- ¡¿que?! - exclamó - ¡¿es acaso una broma?! -  pregunto exaltado.
- en serio cierra la boca - le dije intentando escuchar algo que sus gritos no me dejaban.
- ¡¿he hecho algo mal!? -  pregunto entre gritos.
- no, solo cierra la boca un minuto no puedo escuchar - le respondí.
- ¿porque debes ser tan misterioso todo el tiempo? - me pregunto.
- viene algo -  le dije.
- ¿estas seguro? - pregunto.
- ¿alguna vez he usado eso como broma? - pregunte un poco molesto.
- disculpa - dijo él.
- deberíamos volver -  le dije - tengo miedo de lo que se esté aproximando -  agregue.
- tranquilo -  dijo Peter -  tengo esto - agrego, sacando una pistola de su bolsillo.
- sabes bien que esas cosas no ayudan mucho - le dije preocupado.
- de algo nos debe servir, descuida, no dejaré que te lastimen, sigamos adelante -  dijo caminando.
mire hacia atrás unos minutos viendo como nos alejabamos cada vez más de la puerta, pero lo seguí, ya no había vuelta atrás, nuevamente estamos nosotros dos solos, no tenía la menor idea de donde estaba Sky o el resto de el grupo, era correr o morir.
- ¿escuchaste eso? -  me pregunto Peter caminando delante de mi.
- estoy medio sordo no escucho bien -  le respondí.
- viene de más adelante.
- ¿debemos seguir? - pregunte.
- escucho voces -  dijo -  en definitiva debemos seguir, sujeta mi brazo, no quiero que tropieces con algo - agrego refiriéndose a los escombros y tablas que estabas en el. suelo.
-  no quiero seguir Peter -  dije apretando su brazo con ambas manos.
- no pasará nada -  dijo él.
- no quiero quedarme solo -  le dije con voz quebrada.
- vamos, estoy aquí ¿por que piensas que te dejare solo? - pregunto.
- me refiero a que tengo miedo de que algo te pase -  respondí llorando.
- deja de llorar y camina, todo estára bien -  dijo secando mis lágrimas.
Mis pies tenían ampollas de tanto caminar, no entendía porque Peter había dicho que el sonido de las voces estaba tan cerca, era caminata tras caminata y nada, solo el silencio y la falta de oxígeno haciéndose cada vez más evidente.
- ¿me has mentido? -  le pregunte quedándome de pie justo detrás de el.
- ¿de que hablas? -  pregunto dándose la vuelta.
- no veo ni escucho nada -  le respondí con una mirada seria.
- ¿en serio no confías en mi? - me pregunto.
- deja de intentar manipularme, regresare -  dije dándome la vuelta enojado.
- ¿en serio piensas que te haré daño? - pregunto.
- solo regresemos - respondí.
- no - dijo Peter quedandose de pie en frente de mi.
- continúa sin mi entonces - le dije, caminando de regreso a la puerta.
- te amo Jake - dijo mientras aún caminaba de regreso.
Me aleje unos cuantos pasos, ya no había luz, solo oscuridad, y me puse a pensar en todo lo que había pasado durante esas semanas, ¿estaré loco? Me cuestione a mi mismo, ¿porque yo? Me pregunté ¿porque nosotros? ¿Que hemos hecho? ¿Como llegamos aquí? Caí en desesperación y decidí volver pero ya no había señales de Peter, por ningún lado, como la típica película de horror caí al piso doblandome el tobillo, salvo que eso que pasaba no era una película más sino la vida real, mi vida, si es que se podía llamar "vida" sentía que moria de a poco. Solo, perdido y sin ayuda, así había sido siempre, no me sorprendería tanto si hubiese muerto allí.
Pero de pronto después de pasar casi tres horas acostado en ese lugar sin poder respirar casi una luz brillante se acercó desde lejos, perdí el conocimiento, aunque mis ojos aun estaban abiertos, escuchaba voces hablando entre sí, pero no entendía ni una sola palabra de lo que decían, sentí que el estaba a salvo pero el infierno apenas se aproximaba. 
desperté en una cómoda cama Aliviado me dije a mi mismo abriendo los ojos "ha sido un sueño" pero no, no era mi habitación, ni siquiera el cuarto donde dormía con los chicos,  esta era una habitación que nunca antes había visto, estaba pintada de rojo, era espaciosa y los muebles eran finos, con ese toque de la época victoriana, dignos de una reina, hasta un hermoso tapete de color negro cubría el piso, había flores en hermosos jarrones y un toque de lavanda en el aire. "¿donde estoy?" me pregunte.
- has despertado - dijo una mujer.
- ¿quien es usted? - pregunte sentándome en la cama.
- ¿no me reconoces acaso? - me pregunto aún de espalda.
- no - respondi.
- mirame y mirame bien pues será lo último que veas -  dijo dándose la vuelta.
Era Elisabeth, completamente vieja, arrugada como pasa en en el refrigerador, débil y marchita más que cualquier flor que es arrancada del suelo, ella se acercó hasta mi y sin tener a donde ir se sentó a mi lado.
- tu no eres como el resto -  me dijo sonriendo.
- ¿que diablos quiere usted? - pregunte - ¿donde esta Peter? -  pregunte preocupado.
- ¿tu amigo? reposa cómodamente descuida -  dijo señalando a una cama vecina a la mía.
No mintió allí estaba el, recostado, mal herido, rasguñado y con moretones en su cuerpo, exaltado me levante, me fui hasta su cama y de inmediato lo tome entre mis brazos, le hable recuerdo haberle dicho "Peter estoy aqui" mientras lágrimas caían de mis ojos al ver sus heridas, algunas eran profundas y su respiración era muy leve.
- ¡esta muriendo! - exclame.
- puede que si, pero déjalo y hagamos un trato tu y yo - dijo Elisabeth, extendiendo su mano hacia mi.
- salvalo -  le dije llorando, aún sosteniendolo entre mis brazos.
- me gustaría hacerlo pero... vaya como veras estoy vieja y débil necesito un alma joven para levantarme una vez más y terminar con todo esto y así trascender al mundo de los muertos y descansar en paz - dijo ella haciendo señas con sus manos.
- ¿a que te refieres con todo esto? - pregunte.
- hace muchos años hice un pacto con un demonio, ya es tiempo de que el cumpla su parte de dejarme ir y dejar que mi cuerpo hecho polvo descanse.
- ¿cuanto has estado aquí? - pregunte.
- lo suficiente como para haber perdido todo - respondió con una mirada de tristeza en su rostro.
- podrías dejarnos ir y terminar con todo de una buena vez.
- créeme lo intente hace mucho, pero el nunca los dejara salir de aquí -  dijo ella mirándonos.
- ¿y tu? -  pregunte.
- ojalá pudiera pero...
- inténtalo, has tu último acto de bondad -  le dije - así podrás descansar en paz -  agregue.
- lo haré -  respondió.
- ¿es en serio? - pregunte emocionado.
- si - respondió ella cambiado su expresión facial de triste a una sonrisa.
- debo ir por mis amigos - le dije, levantándome.
- esta bien - dijo ella, poniendose de pie también -  al cruzar mi puerta deberas sobrevivir por tu podría cuenta, ya no puedo hacer más nada por ti, después de que lo hagas, como te dije antes estoy muy débil y las criaturas en estas fechas son más salvajes -  agregó.
- regresare así sea en pedazos - dije cruzando la puerta y dándole un último vistazo a Peter.

"Bien es hora Jake", me dije a mi mismo caminando por el túnel complemente solo, no tenía luz no tenía nada más que mis pies para correr y mis manos para defenderme, olvidé preguntar como Peter quedó tan mal herido pero algo me decía que no había sido Elisabeth sino algo peor algo que vivía debajo, justo en el túnel.
Empece a correr, intentando no tropezar nuevamente, olvidé el dolor de mi tobillo y seguí haciéndolo. Pero el dolor se hacía insoportable y tuve que detenerme por completo, lo intente pero no solo era mi tobillo el calor y la falta de oxígeno oprimian mi cuerpo hasta hacerme caer al suelo.  Me arrastre, pero algo me Jalo de los pies, arrastrándome con gran fuerza, haciendo que los escombros y trozos de madera me golpearan por doquier. ¡ayuda! Grite mientras aún era arrastrado y cubria mi rostro. Lo único que se escuchaba eran las risas de niños, era escalofriante, no sabía que iba  a pasar conmigo una vez más.
- juega con nosotros - le escuche decir a una niña.
- ¡juguemos! - exclamaron todos aun arrastrándome con fuerza, mi camisa estaba completamente rasgada lo supe porque sentía como las piedras lastimaban mi espalda.
- juguemos a ahogar al marinero.
- no mejor a quemar a la bruja.
- mejor al científico loco.
- si, si, cortemoslo y unamos sus partes después.
"con hilo y aguja, lo vamos a coser" cantaban todos entre risas, mientras con fuerza intentaba zafarme de algo que ni siquiera podia ver. 
- ¡basta ya! - dijo Elisabeth saliendo de su habitación.
- ¿tanto me arrastraron? -  me pregunte.
- queríamos jugar -  dijeron las voces.
- otro día será -  dijo Elisabeth ayudandome a levantar.
- ¿que son? Ni siquiera los pude ver -  dije colocándome de pie con su ayuda.
- son todos mis hijos -  respondió Elisabeth.
- ¿hijos? Pero... ¿Como? - pregunte.
- debes sanar esa herida en tu espalda, adelante pasa -  dijo abriendo su puerta.

Ya adentro Elisabeth empezó a curar mis heridas, mientras me contaba como el demonio que habitaba su cuerpo salía una vez por mes y la obligaba a tener sexo con el para saciar uno de los siete pecados capitales que este necesita para vivir, es decir, la lujuria.
he sido una mujer demasiado complaciente, porque el me prometió el mundo y mirame ahora toda vieja y acabada, casi muerta, como un esqueleto fuera de su tumba y ahora...
fue realmente algo desagradable, pero antes de terminar de hablar Elisabeth de la nada hizo explosión, como si se hubiese tragado una bomba, la sangre y sus órganos chocaron con las paredes, salpicando todo el lugar inclusive mi cuerpo, fue un baño de sangre, completamente asqueroso, sentí como parte de la misma entró en mi boca abierta, haciendo que terminara vomitando, nuestra salida nuevamente estaba cerrada, estábamos atrapados dentro una vez más, eso no era todo el lugar empezó a rajarse, las paredes se estremecieron y todo desde lo alto empezó a caer en pedazos, derrumbándose de a poco, tome a Peter entre mis brazos y lo subí a mi espalda, y empecé a recorrer el túnel una vez más, con la esperanza de salir de ese lugar con vida,  pues también se derrumbaba, las piedras y tierra caían, levantando una gran cantidad de polvo, haciendome toser, dejándome sin aire, estaba escrito, mi destino era morir en ese lugar, caí al piso, abrace con fuerza a Peter y a su lado empecé a esperar el final. 

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