Capítulo 28: Después de la tormenta... Una tierna noticia

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Corrió hasta la puerta de salida sin importar que una fuerte lluvia le atrapara, simplemente quería morir ese momento, perderse de todo el mundo. Sin saber a dónde dirigirse, tomó el camino que primero se le vino a la mente y se fue. Ahora si era el final de un amor que para ella significo mucho pero para él siempre fue un juego.

PJM: ¿Dónde está Hye Min? – preguntó alterado
Lee Joon: acabó de irse, por esa puerta con el corazón roto. ¡Felicidades Park Jung Min! terminaste de destruir a alguien inocente – gritó furioso y sin importarle que lloviera fuerte, salió de la casa con el fin de encontrarla, sin embargo ella se encontraba demasiado lejos. Detrás de él también salió Jung Min con su auto quizás así podía alcanzarla.

Hye min se encontraba vagando por unas calles desiertas, toda empapada de lluvia de esa fría noche junto a sus lágrimas que no se detenían. Cansada de seguir caminando, se sentó un momento en un banquillo de un solitario parque y se quitó los zapatos que ya le empezaban a lastimar. Suspiró profundamente y se levantó para seguir con su trayecto, descalza.

En casa de Jung Min las cosas también se habían vuelto muy tensas que hasta los invitados fueron retirándose del lugar.
Youngnie: ¿Cómo es posible que estés viva? – dijo sorprendida a su rival
Ji Soo: se confundieron de cuerpo… logré salir rápidamente del accidente – dijo irónica
SH: no importa cuales hayan sido tus razones, estoy feliz de que estés aquí, porque gracias a ti, nos deshicimos de una persona jajajaja – se burló
Youngnie: ¿Qué estás diciendo? – reclamó furiosa
SH: ¡cálmate! Después nos desharemos de ella, ahora hay que festejar que salió Hye Min – le susurró al oído.
Mientras discutían disimuladamente por la reaparición de una de sus rivales. Seohyun aprovechó para llevarla lejos y reprochar lo que había hecho. En el fondo ella siempre había apoyado a Hye Min, sin embargo Ji Soo también era una de sus mejores amigas a la cual también tenía que ayudar, pero ahora que las cosas dieron una vuelta inesperada, estaba segura de que desde ahora en adelante siempre apoyaría a Hye Min porque su ex amiga Ji Soo se estaba convirtiendo en una persona diferente, egoísta y soberbia.

Seohyun: ¿se puede saber que hiciste? Te dije que no te aparecieras – reclamó molesta
Ji Soo: necesitaba verlo, además el sigue amándome, yo estaba segura de eso… desde ahora querida Seohyun ya no me molestes más porque trataré de hacer mi vida con él. – con estas palabras se retiró y se fue a la habitación de Min y decidió que era el mejor sitio para esperarlo.

Jung min seguía buscando desesperadamente a Hye Min. Daba vueltas por calles solitarias y no había rastro de ella. Muy cansado, decidió dirigirse a casa de ella, quizás hubiera llegado a buscar a sus hermanos. Tomó el camino más corto que lo llevaría a su destino.

Hye min estaba tan cansada de seguir caminando descalza, sus pies adoloridos ya no daban más sin embargo necesitaba llegar rápido a casa de su hermano, necesitaba un abrazo de él y, lo más importante quería pedirle perdón por no haberle hecho caso en su tiempo.
La lluvia no cesaba y cada minuto que pasaba era más fuerte junto un terrible frío que podía congelar a cualquiera, menos a ella ya que, el frío que a ella más le lastimaba era el que sentía en su corazón y como se lo habían roto en millones de pedacitos sin esperanza de que se volviera a reconstruir.

Terminó de salir de un callejón oscuro para encontrarse con una avenida llena de luces que le ayudarían a orientarse mejor. La gente la miraba y pensaba que era una loca pero, para ella, aquellas personas ni existían. En su mundo estaba presente el dolor y las lágrimas causadas por un idiota que supo jugar bien sus cartas.

Con un fuerte suspiró cruzó la calle principal y caminó por un callejón que se le hacía muy conocido para que a los pocos minutos a lo lejos observara su casita tan humilde su corazón sintió tranquilidad, estaba tan aliviada volver a casa pero mientras más se acercaba pudo observar a dos personas, uno de ellos recogía flores y la otra era más pequeña, la cual llevaba un gran canasto. Seguía acercándose más cuando al fin pudo escuchar sus voces que tanto había extrañado.

Corazón Salvaje (Park Jung Min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora