Capitulo 4

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Narra Alejandra

No podía estar más nerviosa.
Jimena había pedido que habláramos debido a que la eh estado evitando. Pero no es porque me desagrade, más bien...me pongo muy ansiosa y si por error llego a decir algo que me deje en vergüenza con ella jamás podría perdonármelo.

Había pasado todo el día y solo sentía la mirada de Jimena sobre mí, sabía que quería decirme que debíamos hablar pero al parecer lo estaba dejando a mi decisión.
Al parecer ella no resistió que yo lo decidiera porque me busco a la salida.

— ¡Oye!—Grito detrás de mí — ¿A qué hora vamos a hablar?
Demonios

Mi corazón empezó a latir sin control y mis manos, sudorosas, no dejaban de temblar.

—Ah...pues... después —Comencé a caminar aun mas rápido de camino a las puertas del colegio, decidida a irme, pero Jimena corrió para tomarme de la mano.

— ¿Enserio? ¡Basta! Necesitamos hablar— Dijo en tono serio, rara vez se le ve así, la mayoría del tiempo está haciendo bromas y riendo, así que es un modo para tenerle miedo.
Trate de jalar mi brazo para poder liberarme de su agarre pero ella apretó aun mas fuerte

— ¡Auch!—Me dolía...no tengo la mas mínima idea de cómo saldré de esta; comenzaba a entrar en pánico

No quiero lastimarte, perdón, pero en serio necesito saber porque me ignoras— me llevo de regreso a los adentros del colegio hasta llegar a nuestro salón, cerró la puerta y yo me senté en la última butaca.

—Bien, ahora dime— se paro frente a mí evitando cualquier posible salida de mi parte

—Yo... ¿que...debo d—decirte? — Sabia muy bien lo que me pedía, pero explicarle el porqué, me dejaría como una tonta.

—Ayer me dijiste que hablaríamos— pude notar como comenzaba a molestarse — Si no me dices, imaginare que quieres... ¿terminar nuestra amistad?

—No...Bueno...es que yo... — sentía que mi corazón iba a explotar

— ¿Tu qué? ¿Acaso quieres...— pude escuchar como se le rompía la voz—...que ya no seamos amigas?—

Mierda; si llora no sabré que hacer

— ¡Que no!


— ¿¡Entonces que te pasa!?— le dio un golpe a la mesa de la butaca donde estaba sentada


—Yo...yo... ¡n-no lose!


— ¿¡Como que no sabes?! ¡Eso no tiene maldito sentido!— Sus ojos empezaron a ponerse rojos, se estaba aguantando las ganas de llorar.

¡Demonios Demonios!

¡Tu...me...! ¡NO, no puedo!— me pare de golpe para salir corriendo, pero ella me detuvo y me acorralo contra la pared, no podía decirle, me rechazaría, lo sé. Puso su frente contra la pared

—Por favor— susurro en mi oído— dímelo ya, sea lo que sea. —


Si no le decía en ese momento jamás podría decirlo pero estaba demasiado nerviosa y no sabría que hacer si me negaba.

—Tu....es que...— quería llorar— ¡Me pones muy nerviosa ¿si?! Desde esa vez que me defendiste y tu... ¡Tu solo haces que me lleve a mil la sangre y no logro calmarme! — estaba llorando, no aguante mucho, la desesperación, el miedo, todo se había mezclado así que simple mente lo dije.

— ¡Tu me gustas! ¡Pero sé que vas a rechazarme porque ambas somos mujeres y eso no está bien visto!— comenzó a hablar en sollozos;

¿Hasta cuándo acabara todo esto?


— ¡No entiendo nada de esto, es tan confuso! Mi mente solo está hecha un nudo y tú...—

No pude continuar, Jimena había permanecido en silencio desde que empezó a gritarle todo eso, pero había quitado la frente y las manos de la pared para tomar mi cara y besarme, ese beso, me hizo recordar el que me dio aquella vez en la calle, sus suaves labios se movían tan lento, estaba lleno de ternura, una ternura que hizo que todos mis nervios se fueran.
Cerré los ojos lagrimosos y lentamente subí mis manos hasta su espalda para acercarla más a mí; justo en ese momento deseaba que el tiempo se detuviera.

Pero no fue así.

— ¡Oigan! ¿Que hacen todavía aquí?


J&A[ChicaxChica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora