Narra Alejandra
Jimena siempre había sido terca pero aún así era muy dulce, yo sabía que ella quería que fuera su graduación, pero aún así no me mencionó nada preocupándose por mis clases. Lo que ella no sabía era que terminé La preparatoria una semana antes que ella eso quería decir que estaba libre para ir.
Le dije a mi mamá (que ahora estaba viviendo sola en un departamento, perfectamente alejada del hombre) que me dejara quedarme en su casa un par de días en el que arreglaba los asuntos de la mudanza para irnos a la capital, ella sin dudarlo aceptó.
Al día siguiente al ingresar al colegio todos se sorprendieron de verme de nuevo, me saludaron y me preguntaron que me había pasado, yo sólo respondí que me había ido a visitar a unos familiares un tiempo; cuando pregunté por Jimena me dijeron que aún no había llegado, estaba tan emocionada por verla, hacíamos video llamada diario y hablábamos por mensaje casi las 24 horas, pero aún así no se comparaba con verla frente a mí, abrazarla al mismo tiempo que su aliento golpea en mi cuello y hace que una corriente eléctrica me recorra toda la columna.
Pasaron unos 10 minutos hasta que la vi, estaba hermosa con un vestido azul qué le quedaba poco arriba de la rodilla y con un escote precioso con orilla de encaje, debido a que su cabello era corto no podía peinarlo, pero se puso un hermoso broche del lado derecho; me quedé embobada viéndola hasta que ella me diviso y ambas nos quedamos estáticas en nuestros lugares. Parecía un sueño que estuviera justo frente a mí, había pasado un casi mes desde la última vez que la vi, pero no había cambiado nada, sigue siendo ella sólo que vestida así se veía cien veces más hermosa.
Rápidamente corrimos hacia la otra, bueno yo corrí por qué ella traía tacones, cuando nos encontramos nos fundimos en un fuerte abrazo, sentí como todos mis pesares se iban, como la carga de la espalda que había estado tanto tiempo se desvanecía, estar entre sus brazos era la sensación más cálida que podía tener, quería besarla justo ahí pero sabía que sí lo hacía nos metería en problemas. Cuando finalmente nos separamos vi que sus ojos estaban llenos de lágrimas.
— Te eh extrañado tanto— dijo mientras ponía una de sus manos en mi mejilla y yo cerraba los ojos ante su tacto.
—También yo, demasiado— le contesté y volvimos a abrazarnos— no vayas a llorar que estás muy hermosa.
Ella bufo ante mi comentario—Yo no lloro ¿qué te pasa?— contesto y ambas reímos.
Una vez más tranquilas nos acercamos a nuestros amigos para seguir platicando como si todo hubiera vuelto a como era antes, donde los único que nos preocupaba era cuánta tarea nos iban a dejar.
Después del evento académico y de la entrega de papeles, todos nos tomamos una foto, algunos estaban más sentimentales que otros y por eso mismo decidimos prometernos que algún día iríamos a la boda de todos y el que no se casara lo bañaríamos en agua fría, es muy estúpido lo sé, pero una parte de mí se sentía feliz de haber conocido a estas personas.Esa noche era la fiesta de graduación pero nosotras habíamos avisado que no podríamos ir ya que teníamos planeado salir a cenar. Y ahí estábamos, una frente a la otra en un restaurante un poco lujoso, ella con su hermoso vestido azul y yo con un sencillo vestido negro.
Hablamos de todo y de nada, me explico lo que había ocurrido con Melanie pero dijo que ya tenía planeado algo para ella pero que lo haría después, quise preguntar qué era pero me dijo que me daría los detalles cuando ya estuviera terminado, así que decidí dejarla por su cuenta. La conversación iba bien hasta que yo erróneamente la puse algo incómoda.— ¿Y te estás quedando con tu madre?— Me preguntó Jimena mientras se metía un bocado de carne a la boca.
—Si— le contesté— el departamento que tiene ahora es lo suficientemente bueno para que ella pueda vivir, de vez en cuando mi tía ira a visitarla para que no esté sola mientras nosotros estamos estudiando.
—Me parece perfecto— me contestó—se ve que tu madre está mucho mejor ahora.
—Sí, lo sé, cualquier estaría mejor alejado desde ese hombre—
Jimena se quedó callada unos segundos hasta que en voz baja me dijo:
— ¿Y...has hablado con tu padre?——La última vez que hablé con él era para que convencer a mamá de no divorciarse y yo simplemente le colgué. —
Seguía lentamente como si cuidar a sus palabras— ¿Pero tú lo extrañas o algo así?— lo pensé un par de segundos hasta que me di cuenta de lo que de verdad sentía.
—Extraño a mi padre, él que alguna vez me hizo reír y me hizo tantos cariños, el hombre que golpeó a mi madre y que se negaba a mi felicidad no era mi padre, desconozco ese hombre— dije en un tono más serio— si lo que me preguntas es si aún siento algo por él...mi respuesta sería no, ya no me importa lo que haga con su vida, mientras no se meta en la mía ni en la de mi madre.
—Lo siento...—susurro un poco Jimena, yo suspiré, me había pasado un poco de tono, es solo que algunos rastros de rencor aun estaban en mi corazón, por todo lo que había pasado.
—Perdona no quise expresarme tan duro, eso es lo que aún hay una parte de mí qué se siente culpable de todo esto—
—Yo soy la que debería sentirme culpable— dijo ella muy bajo, casi inaudible pero logré escucharlo.
— Claro que no ¿porque?— le pregunté; tenía la cabeza agachada y su mirada estaba perdida.
—Tal vez el hecho de que estés conmigo fue lo que hizo que tu familia pasara por todo esto— Al oír eso mi corazón casi se rompe.
—Claro que no— le dije firmemente —Tú no tienes la culpa de nada, en todo caso sería mi culpa por enamorarme de ti— Me observó sorprendida hasta que continúe.
— Jimena esto no es tu culpa, ni mía ni de mi madre ni de nadie, esto habría ocurrido tarde o temprano, nosotras no podía seguir viviendo con un hombre así—
—Te amo— dijo tranquilamente con una sonrisa mientras me miraba. Había oído decírmelo muchas veces, no es que las otras veces no le creyera o no lo sintiera igual, pero esta vez lo había sentido tan profundo...como si me lo hubiera dicho por primera vez. Casi se me salen las lágrimas, sentía una felicidad enorme recórreme todo el pecho.
—También te amo— conteste.
Nos inclinamos sobre la mesa, dudé un poco sí estaba bien hacerlo, pero hasta ese punto ya nada me importaba, y nos besamos ahí frente a todos los demás en el restaurante, sin separarnos de empezamos a oír pequeños susurros pero de la nada muchos aplausos empezaron a sonar; sonreímos en medio del beso.
Era como si esos aplausos los hubiera dado la vida misma, indicándonos que lo que estábamos haciendo estaba bien y que las decisiones que habíamos tomado para llegar a este momento, fueron las mejores de nuestra vida.
Fin.
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J&A[ChicaxChica]
Teen FictionJimena y Alejandra jamas pensaron que con una sola desicion se pueden cambiar miles de cosas. Estas dos chicas se conocieron al momento de entrar a la preparatoria, ambas son muy buenas amigas pero de pronto empiezan a sentir algo mas que solo amist...